El presidente del Partido Alianza Verde se reunió en Valledupar con la dirigencia cesarense de esta colectividad, con el propósito de organizar las actividades que van a adelantar para promover el Sí al plebiscito por la paz.
Antonio Sanguino Páez, líder nacional del Partido Alianza Verde, llegó a la capital del Cesar a promover la campaña que inició esta colectividad en apoyo a los acuerdos de paz firmados entre el Gobierno Nacional y las Farc.
El concejal de Bogotá y presidente vocero de los verdes explicó que la negociación realizada en La Habana le pone punto final a una confrontación militar de más de cincuenta años y que ocupó la mitad del siglo 20 y lo que va del siglo 21, teniendo en cuenta que según el informe Basta Ya produjo 220 mil muertos, el 81% de ellos entre la población civil. También indicó que es un conflicto que ha producido más de cinco millones de colombianos en condición de desplazamiento, 27 mil secuestrados, cerca de 50 mil desaparecidos, y personas lisiadas por las minas antipersonal.
En entrevista con EL PILÓN el líder político se refirió a los ataques que ha tenido el proceso de paz por parte de los opositores y recalcó las virtudes de por qué se debe votar Sí en el plebiscito.
Hay una franja de colombianos que con toda razón tienen desconfianzas. No están todavía plenamente convencidos de la virtud de hacer la paz y de votar en favor de esta. A esos colombianos y cesarenses que tienen esas dudas nosotros tenemos que ir a persuadirlos, explicarles en qué consisten los alcances de este acuerdo. Aquí no estamos eligiendo a Timochenko de presidente, ni reeligiendo a Santos.
El Cesar por ejemplo tiene de cada 10 ciudadanos 4 víctimas directas de la violencia; son cerca de 400 mil personas en un departamento que tiene cerca de un millón de habitantes, una región que ha sido golpeada en su economía, en su tejido social, en sus relaciones personales y familias que se han roto por esta violencia.
Entonces, es claro que a la gente le cuesta, primero creer que la paz sea posible y segundo respaldarla. Aquí lo que estamos es votando la terminación de una guerra para que podamos resolver en buena parte los desafíos que tenemos como sociedad en paz.
Las curules y la participación en la vida política de las Farc no hay que compararlas con las de la minoría porque no son cupos que otorgan para perjudicar a estas minorías políticas, sino que hay que compararlas con las mayorías que fueron participes o beneficiadas directas del Frente Nacional que excluyó de la política a sectores diferentes al partido Conservador y Liberal. Luego surgieron unos partidos que son hereditarios de ese acuerdo.
Si usted quiere resolver un conflicto político, usted debe abrir los espacios políticos para quienes se levantaron en arma contra el sistema político. No hay otra manera de hacerlo, pues de lo contrario no hay paz posible.
En este acuerdo no solo se abren espacios políticos para la Farc, sino que también para la Colombia profunda, las organizaciones sociales, los pobladores de 16 regiones del país que están subrepresentados en el Congreso de la República. Entonces vamos a ganar una representación de esa Colombia que no está representada y adicionalmente los partidos políticos estamos discutiendo una reforma en el país que dote a la democracia colombiana de un estatuto de la oposición para que no solo haya garantías para los que gobiernan, sino para quienes ejercen la oposición de manera civilizada.
Este es un marco de justicia transicional para todos los que participaron del conflicto, no solo para las Farc, sino empresarios, militares y distintos actores que cometieron violaciones a los derechos humanos e infracciones al derecho internacional humanitario. Aquí hay un elemento sustancial y es que impunidad no va a haber. Primero va a haber exigencia de verdad, y a cambio de esa verdad va a haber un tratamiento penal especial que se necesita para poder pasar la página. Si nosotros le ofrecemos a quienes participan de la guerra el código penal que existe, pues no hay negociación de paz, porque sencillamente se trata de aplicar la ley, pero como la ley no ha sido suficiente para terminar la guerra hay que construir un marco de justicia que tiene que contemplar los estándares internacionales.
La consulta previa está prevista en la Constitución Nacional y en principio debería hacerse y de manera rápida. Lo que corresponde es que las partes en la mesa construyan un escenario de diálogo con estas comunidades, algún nivel de consulta debe haber con los indígenas de tal suerte que estas zonas de concentración no sean zonas que no contemplen las condiciones concretas y la opinión de la ciudadanía que habita en ellas.
Los vallenatos y cesarenses somos gente de paz que nos ha tocado vivir un periodo de violencia costoso. Nosotros debemos asumir esta posibilidad histórica de superar este conflicto, esta guerra y este dolor con la alegría que nos caracteriza y con optimismo.
Andreina Bandera / EL PILÓN
[email protected]
El presidente del Partido Alianza Verde se reunió en Valledupar con la dirigencia cesarense de esta colectividad, con el propósito de organizar las actividades que van a adelantar para promover el Sí al plebiscito por la paz.
Antonio Sanguino Páez, líder nacional del Partido Alianza Verde, llegó a la capital del Cesar a promover la campaña que inició esta colectividad en apoyo a los acuerdos de paz firmados entre el Gobierno Nacional y las Farc.
El concejal de Bogotá y presidente vocero de los verdes explicó que la negociación realizada en La Habana le pone punto final a una confrontación militar de más de cincuenta años y que ocupó la mitad del siglo 20 y lo que va del siglo 21, teniendo en cuenta que según el informe Basta Ya produjo 220 mil muertos, el 81% de ellos entre la población civil. También indicó que es un conflicto que ha producido más de cinco millones de colombianos en condición de desplazamiento, 27 mil secuestrados, cerca de 50 mil desaparecidos, y personas lisiadas por las minas antipersonal.
En entrevista con EL PILÓN el líder político se refirió a los ataques que ha tenido el proceso de paz por parte de los opositores y recalcó las virtudes de por qué se debe votar Sí en el plebiscito.
Hay una franja de colombianos que con toda razón tienen desconfianzas. No están todavía plenamente convencidos de la virtud de hacer la paz y de votar en favor de esta. A esos colombianos y cesarenses que tienen esas dudas nosotros tenemos que ir a persuadirlos, explicarles en qué consisten los alcances de este acuerdo. Aquí no estamos eligiendo a Timochenko de presidente, ni reeligiendo a Santos.
El Cesar por ejemplo tiene de cada 10 ciudadanos 4 víctimas directas de la violencia; son cerca de 400 mil personas en un departamento que tiene cerca de un millón de habitantes, una región que ha sido golpeada en su economía, en su tejido social, en sus relaciones personales y familias que se han roto por esta violencia.
Entonces, es claro que a la gente le cuesta, primero creer que la paz sea posible y segundo respaldarla. Aquí lo que estamos es votando la terminación de una guerra para que podamos resolver en buena parte los desafíos que tenemos como sociedad en paz.
Las curules y la participación en la vida política de las Farc no hay que compararlas con las de la minoría porque no son cupos que otorgan para perjudicar a estas minorías políticas, sino que hay que compararlas con las mayorías que fueron participes o beneficiadas directas del Frente Nacional que excluyó de la política a sectores diferentes al partido Conservador y Liberal. Luego surgieron unos partidos que son hereditarios de ese acuerdo.
Si usted quiere resolver un conflicto político, usted debe abrir los espacios políticos para quienes se levantaron en arma contra el sistema político. No hay otra manera de hacerlo, pues de lo contrario no hay paz posible.
En este acuerdo no solo se abren espacios políticos para la Farc, sino que también para la Colombia profunda, las organizaciones sociales, los pobladores de 16 regiones del país que están subrepresentados en el Congreso de la República. Entonces vamos a ganar una representación de esa Colombia que no está representada y adicionalmente los partidos políticos estamos discutiendo una reforma en el país que dote a la democracia colombiana de un estatuto de la oposición para que no solo haya garantías para los que gobiernan, sino para quienes ejercen la oposición de manera civilizada.
Este es un marco de justicia transicional para todos los que participaron del conflicto, no solo para las Farc, sino empresarios, militares y distintos actores que cometieron violaciones a los derechos humanos e infracciones al derecho internacional humanitario. Aquí hay un elemento sustancial y es que impunidad no va a haber. Primero va a haber exigencia de verdad, y a cambio de esa verdad va a haber un tratamiento penal especial que se necesita para poder pasar la página. Si nosotros le ofrecemos a quienes participan de la guerra el código penal que existe, pues no hay negociación de paz, porque sencillamente se trata de aplicar la ley, pero como la ley no ha sido suficiente para terminar la guerra hay que construir un marco de justicia que tiene que contemplar los estándares internacionales.
La consulta previa está prevista en la Constitución Nacional y en principio debería hacerse y de manera rápida. Lo que corresponde es que las partes en la mesa construyan un escenario de diálogo con estas comunidades, algún nivel de consulta debe haber con los indígenas de tal suerte que estas zonas de concentración no sean zonas que no contemplen las condiciones concretas y la opinión de la ciudadanía que habita en ellas.
Los vallenatos y cesarenses somos gente de paz que nos ha tocado vivir un periodo de violencia costoso. Nosotros debemos asumir esta posibilidad histórica de superar este conflicto, esta guerra y este dolor con la alegría que nos caracteriza y con optimismo.
Andreina Bandera / EL PILÓN
[email protected]