Para muchos la presencia del Ministro de Medio Ambiente en la ciudad de Valledupar y sus declaraciones sobre la crisis que vive el Departamento, fueron ligth y muy globales. Con todo respeto que hay que colocarse en los zapatos de este alto funcionario para entender que actúa como oficina de servicio al cliente, se recibe su queja pero no te resuelven nada. Esta actitud obedece a que maneja un ministerio cenicienta del gobierno central, su presupuesto es el primero en recortarse por encima del 10 %, cuando el promedio de los otros recortes no supera el 7 %. Su conocimiento del ramo es muy discutido, por ello siempre su visión y concepto de los temas gira en torno a las generalidades y aspectos globales, como lo hizo durante el foro.

La actitud del Ministro, a mi juicio, es coherente con el espectro que le rodea, pero más allá de esto, somos los cesarenses quienes debemos analizar técnicamente los efectos del cambio climático en nuestro territorio y plantear las medidas de mitigación-adaptación.

La actitud del Ministro evidencia que en esta materia los planteamientos no vendrán del centro y muchos menos los recursos, el gobierno central salva su responsabilidad argumentando que expidió lineamientos de cambio climático y es deber de los territorios aplicarlos y desarrollarlos. Además es una clara notificación para que tengamos propuestas claras de mitigación y adaptación, que le definan agenda a este ente y así evitamos que vengan al Departamento a pontificar de manera general y se vayan como llegaron.

Ante la recurrencia con la que se presentan los fenómenos del Niño y de la Niña, los agentes decisores deben preguntarse: ¿qué tan vulnerable es el territorio, en especial el sistema hídrico al cambio climático y en cuanto lo es? ¿Qué medidas deben tomarse en corto, mediano y largo plazo, para garantizar el abastecimiento de agua a la población? ¿Para qué preguntarse esto? Para preparar al territorio, en especial a los sistema de abastecimiento y sus habitantes a las nuevas condiciones que genera el cambio en el régimen hídrico.

El recién creado comité de cambio climático debe trazar una agenda de trabajo que priorice la formulación de la estrategia departamental de mitigación y adaptación al cambio climático. De otro lado, debe incentivar para que se evalúe la vulnerabilidad y el riesgo de los sistemas de abastecimiento de agua frente al cambio climático.

Finalmente, hay que reconocer el espacio abierto por la Corporación y la Gobernación para la discusión pública del tema, pero así mismo se debe apoyar las iniciativas de municipios que vienen trabajando en su adaptación al cambio climático, un ejemplo de ello es el Municipio del Jagua de Ibirico.