Los recuerdos son un trabajo de la memoria la imaginación es un trabajo de la mente. En la pequeña puntita de un lápiz están los más hermosos poemas que nadie haya escrito jamás, están también las más complejas ecuaciones y fórmulas matemáticas que describen toda la mecánica celeste, están resueltas las imperfecciones de la teoría […]
Los recuerdos son un trabajo de la memoria la imaginación es un trabajo de la mente.
En la pequeña puntita de un lápiz están los más hermosos poemas que nadie haya escrito jamás, están también las más complejas ecuaciones y fórmulas matemáticas que describen toda la mecánica celeste, están resueltas las imperfecciones de la teoría gravitacional, las fallas de la relatividad general y se encuentra claramente enunciada la teoría de las perturbaciones. También están muy bien definidas todas las complejidades de la mecánica cuántica, partículas subatómicas, la antimateria, su estructura, interacciones y enigmas de la física de altas energías.
Allí se encuentran almacenadas todas las verdades del universo, la creación y sus misterios.
Si, aunque usted no lo crea todo eso está allí. Lo que no tenemos es alguien capaz de hacerle escribir estos secretos.
Olvido
Luz Helena decidió una tarde cualquiera olvidar un viejo amor. Su recuerdo la acosaba como abeja sedienta de rocío, por eso escogió un camino sereno de sombras apacibles y vientos azules. Buscó amparo en la poesía.
Le resultó imposible derrotar un enemigo que no veía. Muy pronto comprendió que los versos la traían exactamente al camino de regreso. Entonces advirtió que todos los amores no son iguales como tampoco los son todos los aguaceros, aunque hagan florecer la primavera, por eso decidió volar más alto para apagar la estrella que la consumía en vida, inerme y dulcemente perseguida se refugió en la música.
No encontró reposo. Sus sentimientos enfrentaron una conspiración desmedida en su contra. Los mensajes de las canciones que escuchaba no estaban concebidos para olvidar.
Transitó en círculos concéntricos para volver a empezar sin poder triunfar sobre el recuerdo. Ahora camina sobre nostalgias de ayer y cerró las puertas al olvido. Entendió a golpes que lo difícil no es que un amor se nos vaya, lo difícil es dejarlo ir con el pedazo de alma que se nos va con ellos.
Su corazón si le reveló la verdad sin misterios. Supo que continuaba enamorada cuando se dio cuenta que todas las canciones románticas estaban escritas solamente para ella.
El vuelo
Ella era muy linda, perfumaba las nubes con su encanto, de chico me regalaba hermosos pájaros de papel, muy coloridos, que creaba con sus propias manos, yo le regalaba tiernas mariposas de azúcar.
Dicen por ahí que ella me enseñó a volar, por cierto, hay días lúgubres que me siento desanimado, entonces llegan a mi puerta pájaros muy coloridos y junto a ellos vuelvo a remontar el vuelo.
Por Leonardo José Maya
Los recuerdos son un trabajo de la memoria la imaginación es un trabajo de la mente. En la pequeña puntita de un lápiz están los más hermosos poemas que nadie haya escrito jamás, están también las más complejas ecuaciones y fórmulas matemáticas que describen toda la mecánica celeste, están resueltas las imperfecciones de la teoría […]
Los recuerdos son un trabajo de la memoria la imaginación es un trabajo de la mente.
En la pequeña puntita de un lápiz están los más hermosos poemas que nadie haya escrito jamás, están también las más complejas ecuaciones y fórmulas matemáticas que describen toda la mecánica celeste, están resueltas las imperfecciones de la teoría gravitacional, las fallas de la relatividad general y se encuentra claramente enunciada la teoría de las perturbaciones. También están muy bien definidas todas las complejidades de la mecánica cuántica, partículas subatómicas, la antimateria, su estructura, interacciones y enigmas de la física de altas energías.
Allí se encuentran almacenadas todas las verdades del universo, la creación y sus misterios.
Si, aunque usted no lo crea todo eso está allí. Lo que no tenemos es alguien capaz de hacerle escribir estos secretos.
Olvido
Luz Helena decidió una tarde cualquiera olvidar un viejo amor. Su recuerdo la acosaba como abeja sedienta de rocío, por eso escogió un camino sereno de sombras apacibles y vientos azules. Buscó amparo en la poesía.
Le resultó imposible derrotar un enemigo que no veía. Muy pronto comprendió que los versos la traían exactamente al camino de regreso. Entonces advirtió que todos los amores no son iguales como tampoco los son todos los aguaceros, aunque hagan florecer la primavera, por eso decidió volar más alto para apagar la estrella que la consumía en vida, inerme y dulcemente perseguida se refugió en la música.
No encontró reposo. Sus sentimientos enfrentaron una conspiración desmedida en su contra. Los mensajes de las canciones que escuchaba no estaban concebidos para olvidar.
Transitó en círculos concéntricos para volver a empezar sin poder triunfar sobre el recuerdo. Ahora camina sobre nostalgias de ayer y cerró las puertas al olvido. Entendió a golpes que lo difícil no es que un amor se nos vaya, lo difícil es dejarlo ir con el pedazo de alma que se nos va con ellos.
Su corazón si le reveló la verdad sin misterios. Supo que continuaba enamorada cuando se dio cuenta que todas las canciones románticas estaban escritas solamente para ella.
El vuelo
Ella era muy linda, perfumaba las nubes con su encanto, de chico me regalaba hermosos pájaros de papel, muy coloridos, que creaba con sus propias manos, yo le regalaba tiernas mariposas de azúcar.
Dicen por ahí que ella me enseñó a volar, por cierto, hay días lúgubres que me siento desanimado, entonces llegan a mi puerta pájaros muy coloridos y junto a ellos vuelvo a remontar el vuelo.
Por Leonardo José Maya