Por Hernán Maestre Martínez Valledupar, Ciudad Ecológica de Colombia. Recuperemos y conservemos las cuencas de los ríos Guatapurí y Cesar. Hagamos causa común para que el Embalse Los Besotes sea una realidad, es agua para la vida en Valledupar, La Paz y San Diego. En el año 1980, como respuesta a una resolución del programa […]
Por Hernán Maestre Martínez
Valledupar, Ciudad Ecológica de Colombia. Recuperemos y conservemos las cuencas de los ríos Guatapurí y Cesar. Hagamos causa común para que el Embalse Los Besotes sea una realidad, es agua para la vida en Valledupar, La Paz y San Diego.
En el año 1980, como respuesta a una resolución del programa de Naciones Unidas para el Ambiente (PNUMA), este organismo junto con World Wildlife Fund (WWF – Fundación Mundial de la Vida Silvestre), encargó la preparación de esta estrategia a la Unión Internacional de Conservación de la Naturaleza (UICN).
La Estrategia Mundial para la Conservación proporciona tanto, un marco intelectual como una guía práctica para las tareas de conservación que sea necesario emprender. Preconiza esfuerzos globales y coordinados amparados por la voluntad y la determinación en pro de una acción concertada a escala nacional e internacional, y también de una solidaridad global para la ejecución de los programas de la estrategia. Esta Estrategia constituye un movimiento universal destinado a proporcionar un efecto práctico y concreto, y constituye un complemento necesario para un programa universal destinado al desarrollo racional de los recursos de nuestro planeta. El desarrollo y la conservación son equivalentes en importancia para nuestra supervivencia y para el cumplimiento de nuestra responsabilidad de ser depositarios de los recursos naturales que necesitarán las generaciones futuras.
El corpus conceptual de la Estrategia considera que los seres humanos, en busca del desarrollo económico y del aprovechamiento de las riquezas naturales, deberán hacer frente a la realidad de la limitación de los recursos y de la capacidad de los ecosistemas y también tener en cuenta las necesidades de las generaciones futuras.
Éste es el mensaje de la conservación puesto que si la finalidad del desarrollo es proporcionar el bienestar social y económico, el objetivo de la conservación es, en cambio, mantener la capacidad de la Tierra para sostener este desarrollo y dar apoyo a la vida.
Según la estrategia, dos características distinguen a nuestra era. Una es la capacidad casi ilimitada que tienen los seres humanos para construir y crear, junto con su contrapartida de la misma magnitud, la capacidad para destruir y aniquilar.
Las crecientes necesidades de la sociedad han obligado frecuentemente a los pueblos a explotar los recursos sin demasiada prudencia. El precio de este modo de proceder se manifiesta claramente hoy en día: este precio es una larga lista de peligros y de desastres como la erosión del suelo, la desertificación, la perdida de tierras de cultivo, la contaminación, la deforestación, la degradación de los ecosistemas y su destrucción, y la extinción de las especies y variedades.
Por Hernán Maestre Martínez Valledupar, Ciudad Ecológica de Colombia. Recuperemos y conservemos las cuencas de los ríos Guatapurí y Cesar. Hagamos causa común para que el Embalse Los Besotes sea una realidad, es agua para la vida en Valledupar, La Paz y San Diego. En el año 1980, como respuesta a una resolución del programa […]
Por Hernán Maestre Martínez
Valledupar, Ciudad Ecológica de Colombia. Recuperemos y conservemos las cuencas de los ríos Guatapurí y Cesar. Hagamos causa común para que el Embalse Los Besotes sea una realidad, es agua para la vida en Valledupar, La Paz y San Diego.
En el año 1980, como respuesta a una resolución del programa de Naciones Unidas para el Ambiente (PNUMA), este organismo junto con World Wildlife Fund (WWF – Fundación Mundial de la Vida Silvestre), encargó la preparación de esta estrategia a la Unión Internacional de Conservación de la Naturaleza (UICN).
La Estrategia Mundial para la Conservación proporciona tanto, un marco intelectual como una guía práctica para las tareas de conservación que sea necesario emprender. Preconiza esfuerzos globales y coordinados amparados por la voluntad y la determinación en pro de una acción concertada a escala nacional e internacional, y también de una solidaridad global para la ejecución de los programas de la estrategia. Esta Estrategia constituye un movimiento universal destinado a proporcionar un efecto práctico y concreto, y constituye un complemento necesario para un programa universal destinado al desarrollo racional de los recursos de nuestro planeta. El desarrollo y la conservación son equivalentes en importancia para nuestra supervivencia y para el cumplimiento de nuestra responsabilidad de ser depositarios de los recursos naturales que necesitarán las generaciones futuras.
El corpus conceptual de la Estrategia considera que los seres humanos, en busca del desarrollo económico y del aprovechamiento de las riquezas naturales, deberán hacer frente a la realidad de la limitación de los recursos y de la capacidad de los ecosistemas y también tener en cuenta las necesidades de las generaciones futuras.
Éste es el mensaje de la conservación puesto que si la finalidad del desarrollo es proporcionar el bienestar social y económico, el objetivo de la conservación es, en cambio, mantener la capacidad de la Tierra para sostener este desarrollo y dar apoyo a la vida.
Según la estrategia, dos características distinguen a nuestra era. Una es la capacidad casi ilimitada que tienen los seres humanos para construir y crear, junto con su contrapartida de la misma magnitud, la capacidad para destruir y aniquilar.
Las crecientes necesidades de la sociedad han obligado frecuentemente a los pueblos a explotar los recursos sin demasiada prudencia. El precio de este modo de proceder se manifiesta claramente hoy en día: este precio es una larga lista de peligros y de desastres como la erosión del suelo, la desertificación, la perdida de tierras de cultivo, la contaminación, la deforestación, la degradación de los ecosistemas y su destrucción, y la extinción de las especies y variedades.