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Valledupar queda sin niveles freáticos

Con el pasar de los días expertos aseguran que el suelo de la ciudad está siendo ‘blindado’ para absorber aguas lluvias por la cantidad de construcciones.

El boom de la construcción en Valledupar ha generado un crecimiento poblacional y de infraestructura, así como también puede estar impermeabilizando los suelos que en el futuro podría traer consecuencias no muy buenas.
La falta al principio de planificación generaría que por el alto grado del nivel freático, que en Valledupar varía entre cero y 10 metros principalmente, estos suelos no puedan adsorber las aguas lluvias y en consecuencia se presentarían inundaciones y así un colapso del alcantarillado pluvial en la ciudad.

El nivel freático es la sección superior de la zona de saturación en el suelo. La zona de saturación es el área de terreno en la que el agua ha penetrado y llena todos los huecos en el suelo, saturándola por completo. A medida que pasa el tiempo, la zona de saturación puede aumentar o disminuir dependiendo de los niveles de precipitación. Mientras la zona de saturación cambia, lo mismo ocurre con el nivel freático. Por ejemplo, si el clima es seco, el nivel freático puede llegar a ser más profundo ya que hay menos agua disponible. Por su parte, un acuífero es el agua que está debajo de la capa freática.

En las edificaciones profundas uno de los problemas con los que se encuentran los constructores de esta ciudad durante el proceso de excavación, es la existencia del nivel freático, lo que implica que deba realizarse un estudio hidrológico que contemple el modo de efectuar su extracción.
Para más explicación del tema, el ingeniero agrícola, especializado en Ciencias Ambientales, riego y drenaje, entre otras, Luis Ramón Cuello Maduro, indicó que Valledupar tiene en promedio unos 30 millones de metros cúbicos entre acuíferos y aguas freáticas, estas últimas se alimentan de las aguas lluvias que caen.
Frente al tema de cómo afecta las construcciones, Cuello Maduro aseguró que para hacer una edificación lo primero que debe practicarse antes del proyecto son estudios de los niveles freáticos.

“Si hacen un estudio de los niveles freáticos sabrán las acciones que deberán tomar para que no se inunde la obra, eso no tiene por qué generar un conflicto, es un tema que hay que convivir con él porque es natural. El problema surge por la falta de planificación de la obra, porque en todas partes hay niveles freáticos, algunos altos y otros bajos, eso no tiene nada que ver con la obra”, señaló el experto consultado por EL PILÓN.
Anteriormente en Valledupar la presencia de los niveles freáticos hacia las capas superiores estaba a una profundidad de un metro y en partes hasta 50 centímetros, hoy en día por todas las condiciones y explotaciones de agua que existen la profundidad es mucho mayor.

Luis Ramón Cuello, gerente de la empresa Ingeniería, Ambiente y Sociedad, dijo que los constructores están en la obligación de hacer sondeos, estudios, exploraciones de flora altimetría, montar una red de monitoreo y hasta determinar áreas de influencia. En la capital del Cesar, la principal zona de recarga para las aguas freáticas es la Sierra Nevada de Santa Marta, donde algunos nacederos de agua y ríos ya comenzaron a secarse, además se habla que en 10 años ya no sería nevada porque la nieve de los picos desaparecería.
El problema de todo esto se centra en que cualquier proyecto después de construido podría irse al suelo tras la presencia de niveles freáticos. “Lo que puede pasar con el tiempo y es lo que está sucediendo en casi todas las ciudades, es que los niveles freáticos comiencen a disminuir porque la zonas de recargas empiezan a impermeabilizarse”, dijo Luis Ramón Cuello y explicó que el proceso se generaría porque los habitantes están pavimentando los patios y techos de las viviendas, además se asfaltan las calles por parte de los gobiernos.

Hace algunos años cuando llovía en Valledupar, del cien por ciento de las aguas que caían, el 20 % corría por las calles de la ciudad y el 80 se infiltraba, pero en la actualidad el 80 corre y el 20 se infiltra.
“La porción de agua que se infiltra entra a alimentar los acuíferos, las aguas subterránea y las aguas freáticas; si la cantidad de agua que se almacena o entra es superior a lo que se puede retener, entonces las aguas comienza a subir y por eso se ven las zonas encharcadas, eso ya no lo vemos en Valledupar porque ahora el agua corre”, manifestó el ingeniero agrícola.

Problemas a la luz pública

En Valledupar dos ejemplos puntuales en los que se observan altos niveles freáticos en construcciones; el primero está en la remodelación del estadio de fútbol ‘Armando Maestre Pavajeau’ y el otro en la edificación del centro comercial ‘Megamall’.
Por estos días se observa que el agua corre a diario por barrios como el Doce de Octubre debido a las obras del estadio municipal de fútbol, esto se produce por la excavación profunda y el nivel freático de la ciudad, según indicó el consorcio GMP construcciones y el Grupo Capitol, encargado de la construcción de la obra.

El consorcio y grupo manifestaron que teniendo en cuenta que se harían excavaciones a 2.40 metros y el riesgo por el alto nivel freático, previnieron a la Policía Ambiental al momento de acercarse la obra.
Entre las soluciones planteadas para detener tal derramamiento del líquido, aseguraron que “implementarán varias soluciones, la primera es que actualmente se construyen dos grandes tanques, uno de abatimiento de agua freática y otro de agua potable, y en cuanto estén terminados, dicha situación quedará resuelta; la segunda es que no se bombeará de día, sino en horario nocturno, dejando reposar las aguas lluvia, para que no lleguen a las calles con sólidos suspendidos”.

Pero según explicó el ingeniero civil, Obdulio Mejía, todas las obras deberían tener un estudio hidrológico e hidráulico para determinar qué cantidad de agua existe y llegaría por las lluvias, incluyendo los proyectos como el estadio municipal, la construcción privada y los parques de la ciudad.
Así mismo, este diario visitó el terreno donde se construirá el centro comercial Megamall y conoció por parte de trabajadores que la próxima semana reiniciarán las obras, luego de construir tanques almacenadores de agua para luego conducir el líquido a un sitio seguro.
EL PILÓN conoció también que algunas edificaciones en Valledupar recogen el agua subterránea y prefieren pagar cierta cantidad de dinero a Emdupar para enviarla al alcantarillado pluvial de la ciudad, que llevarla para poblaciones como Aguas Blancas, El Perro, Guaimaral, entre otras, así como para regar cultivos o calmar la sed de los animales, lugares donde podría reutilizarse.

Planeación define todo

Una buena planeación se encargará de permitir estándares de calidad en las construcciones que actualmente y a futuro se darán en Valledupar.
Un equipo de la Oficina Asesora de Planeación en cabezada por su director Raúl Villegas Ochoa y el ingeniero Luis Eduardo Yaruro, indicó que a raíz de la modificación en el 2011 del Plan de Ordenamiento Territorial, POT, que permitió elevar alturas a cinco y siete pisos, encontraron que en los nuevos sótanos comenzaron a inundarse por el alto nivel freático.
“Una norma para regular el nivel freático como tal, simplemente se regula a través de las posibilidades de edificación, es decir, para el caso de Valledupar la recomendación es que no se trabaje en sótanos, sino de semisótanos hacia arriba y que las zonas de parqueos se trabajen en pisos superiores, lo cual la norma como ventaja no lo contabiliza como volumen de construcción”, aseveró Yaruro.

El funcionario de la Oficina Asesora de Planeación puso como ejemplo el centro comercial Mayales, “ellos a pesar de que tenían grandes superficies y tenían un sistema de parqueos subterráneos, al proyecto como tal le generaron unas condiciones técnicas que permitieran el drenaje de estas aguas lluvias”.
A través del estudio Evaluación del potencial del agua subterránea en los municipios de Curumaní, Pailitas, Tamalameque, Pelaya, La Gloria, Gamarra, Aguachica, Río de Oro, San Martín, San Alberto y Valledupar, la Corporación Autónoma Regional del Cesar, Corpocesar, estableció que en la capital del Cesar hay 228 aljibes (pozo de balde), 25 pozos y un manantial, para un total de 259 puntos de agua.

Por Carlos Mario Jiménez / EL PILÓN
carlos.jimenez@elpilon.com.co

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