Este es interrogante analizado en el segundo informe del diario EL PILÓN en el marco de la campaña ‘Ha2lO, por ti, por mí, por nosotros’.
Las constantes brechas de desigualdad en el acceso al agua potable en departamentos como el Cesar quedarían cerradas si el Estado garantizara la sostenibilidad de los servicios públicos.
La riqueza hídrica nace en la Sierra Nevada de Santa Marta y la serranía de Los Motilones o Perijá, básicamente de estos dos macizos montañosos destilan más de 20 ríos que atraviesan las poblaciones cesarenses y se encuentran, en su mayoría, con el río Cesar.
Badillo, Río Seco, Guatapurí, Pereira, Mocho, Cesarito, Tocaimo, Magiriamo, Fernambuco, Garupal, Ariguaní, Casacará, Tucuy-Sororia, Calenturitas, San Antonio, Maracas, Perete, Garupal, son parte de la gran cuenca del río Cesar, que en este departamento pasa por Valledupar, La Paz, San Diego, Agustín Codazzi, Becerril, El Paso, Astrea, Chiriguaná y finalmente en Chimichagua. Fortaleza en la que, según Andrés Felipe Meza Araújo, se concentra uno de los principales inconvenientes para el gobierno municipal, departamental, nacional y la ciudadanía en general a quienes invita a unirse a la campaña: ‘Ha2lO, por ti, por mí, por nosotros’.
“Es importante recordar que el río Cesar entra al departamento en unas muy buenas condiciones, se afecta por el posterior paso a la planta de tratamiento de aguas residuales de Valledupar, y además a ello, recibe aguas no en las mejores condiciones de otras fuentes hídricas. Son ríos que descienden de la Serranía de Perijá, surten a gran parte de la población, pero que también tienen ciertos inconvenientes”, indicó el integrante del Programa de Riquezas Natural de la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional, USAID, en el Cesar y La Guajira.
Considera que el valle del río Cesar presta unos servicios ecosistémicos importantes, especialmente para actividades ganaderas y agrícolas que se nutren de sus aguas.
“Corpocesar está trabajando el Pomca, el Plan de manejo y ordenamiento de la cuenca media y baja del río Cesar, donde se realizará una zonificación que permitirá reducir esos conflictos y tensiones socioambientales, de tal manera que se pueda recuperar, en complemento con la PTAR de Valledupar, los servicios ecosistémicos que presta el río Cesar, que es una cuenca de influencia de gran parte de los municipios del norte y casi centro del departamento: podríamos recuperar las características navegables, servicios como el consumo humano de agua, el aprovechamiento de ese mismo recurso de manera racional y sostenible para actividades agropecuarias”, expuso el exsecretario de Ambiente del Cesar.
Y es que el río Cesar pierde con facilidad su caudal, fenómeno que, explicado por Andrés Felipe Meza, se establece en su débil correntía, nutrido por otras cuencas que se conectan en poblaciones del norte y centro del Cesar.
“Se nutre de las fuentes hídricas a su paso, estratégicamente a Valledupar no le sirve, pero aguas abajo es significativo para el desarrollo de actividades productivas mas no para el consumo humano, especialmente en zonas rurales que son influencia del Cesar”, sostuvo Mezas Araújo, explicando que para que el río Cesar se convierta en potencial de agua para el consumo humano primero deben hacerse acciones, proyectos e inversiones significativas en Valledupar.
El Plan de Ordenamiento del Recurso Hídrico del río Cesar, estructurado por la Universidad del Atlántico para Corpocesar, indica que la ecorregión Valle del Río Cesar cuenta con suelos de alta productividad, por lo que tradicionalmente se ha constituido en uno de los pilares sobre los que se sustenta el potencial económico del Cesar. Entre ellas sobresalen la ganadería, la agricultura, la agroindustria y la minería, que finalmente termina afectando el potencial hídrico del río Cesar para abastecer a los habitantes de zonas establecidas en veredas y corregimientos de San Diego, El Paso, Astrea y Chimichagua.
Salida y sustento de vida
Con el pasar de los años, poblaciones encontraron el sostenimiento familiar gracias al potencial pesquero de las aguas del río Cesar. Entre esas estaba Las Pitillas en San Diego y Santa Cecilia, en Astrea.
La contaminación, especialmente por el vertimiento de unos 2.000 litros por segundo de aguas residuales a su corriente, por la planta de tratamiento de la empresa Emdupar, cercenó todo tipo de ilusión para esos pequeños productores establecidos en la ribera del afluente que tiene aproximadamente unas 1.848.578 hectáreas de extensión.
En Astrea, asegura el alcalde Sandy Sepúlveda, captar agua desde el río Cesar no se da por diferentes inconvenientes. El primero porque sería muy costoso llevar el líquido hasta la cabecera municipal. “Estamos hablando de 27 a 30 kilómetros”, otro es por contaminación y “además que nos tocaría realizar un estudio técnico para revisar la viabilidad ambiental para brindar agua desde este importante afluente”, precisó.
En Santa Cecilia, la Alcaldía de Astrea tiene un proyecto para las familias que viven de la pesca. “Buscamos que tengan la oportunidad de dejar quieto el río Cesar, es un proyecto productivo que se basa en piscinas con aireadores para generar el pescado que consumen y comercializan”, dijo el mandatario municipal.
Sanitariamente Astrea es un municipio inviable en el tema de agua potable, para mejorar necesita el apoyo del orden departamental y nacional. Por ahora, la empresa Aguas del Cesar lidera un proyecto de consultoría, no de obra física, para el diseño del Plan Maestro de Acueducto y Alcantarillado, que está formulado, aprobado por la Gobernación del Cesar y se está alistando el proceso contractual. Es una inversión cercana a los $900 millones.
“El proyecto nos dará luces y técnicas para mirar cuál es la mejor forma de captar el agua, ya sea por reservorio o batería de pozos. El agua en Astrea es muy bicarbonatada, tiene muchas sales minerales y por ende es salada.
Estamos buscando las alternativas que nos puedan brindar agua en mejores condiciones para tratarlas y brindárselas a la comunidad”, afirmó Sepúlveda.
Contribuir con la generación de conciencia ciudadana frente al debido cuidado de los bienes naturales es uno de los objetivos de ‘Ha2lO’, especialmente porque el agua es nuestro recurso natural más vital y en el Cesar, el Sistema de Vigilancia de Calidad de Agua Potable del Instituto Nacional de Salud, no refleja los mejores resultados en poblaciones como González, Bosconia, Astrea, Chimichagua, El Paso y Pailitas.
Retos y desafíos
Por municipios, San Diego presenta la mayor cantidad de usuarios con el 8.54 % del área de influencia del río Cesar, su mayor uso agrícola corresponde a frutales, maíz y arroz y pecuario a vacuno y caprino, con el 22.74 % total del agua.
Le sigue Valledupar con el 5.44 % del área, su mayor uso agrícola corresponde a pasto de corte, pecuario vacuno, equino, caprino y aves, con el 4.75 % del agua concesionada. El Paso con el 32.89 %, su mayor uso agrícola es palma de aceite con el 9.62 % del área y con un 34.94 % del total de agua usada, del mismo modo La Paz donde el 22.21 % del área corresponde a palma de aceite con un 37.55 %, es así como el 72.50 % del agua es usado para los cultivos de palma. Esta información es emitida por Corpocesar de empresas o personas que cuentan con permisos vigentes de concesión y explotación del recurso hídrico del río Cesar.
Allí dice el secretario de Ambiente Departamental, Andrés Arturo Fernández, existen ciertas brechas que debe cerrar el departamento con inversiones.
“Recuperación y sostenibilidad de este, el afluente más importante del departamento en tema de recurso hídrico, es la convicción del gobierno departamental. Tenemos hoy un reto y un desafío desde la Secretaría de Ambiente que es adelantar acciones que nos permitan disminuir los impactos ambientes que ha sufrido el río Cesar a través del tiempo”, señaló Fernández.
Argumentó que trabajan en adelantar la segunda fase del proyecto de aireación, implementado por el Ministerio de Ambiente y Corpocesar, que consiste en inyectarle aire a la corriente contaminada del río Cesar, después de su paso por la planta de tratamiento de aguas residuales de Emdupar, El Salguero.
“Las obras complementarias serán de limpieza y saneamiento ambiental, como está contemplado en el Plan de Desarrollo en el componente de Desarrollo Verde. El principal problema es la fuerte contaminación por el vertimiento de aguas residuales, pero eso va acompañado de los fuertes crecimientos del caudal en épocas de lluvias que logra afectar a distintas poblaciones vecinas que están en la ribera del río. Con la intervención que queremos realizar lograremos mitigar las afectaciones ambientales que tiene además el complejo de la Zapatosa, producto de las escorrentías y del cauce que desemboca del río Cesar en este, el espejo de agua más grande de Latinoamérica”, declaró Andrés Arturo Fernández.
Hoy el agua del río Cesar en general es de uso agrícola y pecuario, no tiene declarado uso en pesca y vida acuática, industrial y recreativo. Las condiciones de calidad del agua del río Cesar son más críticas durante el período de bajas lluvias, dice su Plan de Ordenamiento del Recurso Hídrico.
Proyectos
Cinco proyectos resalta Andrés Felipe Meza Araújo que podrían devolverle vitalidad, navegabilidad y la riqueza al río Cesar.
* Tratamiento de aguas residuales.
* Dragado para incentivar a la navegabilidad de otrora.
* Control de la autoridad ambiental en afluentes que caen a su cuenca.
* Producción de implementación sostenible para el aprovechamiento agrícola y pecuario.
* Estructuración del Pomca en la cuenca media-baja, que está en manos de Corpocesar.
El Plan de Ordenamiento del Recurso Hídrico del río Cesar indica que las actividades de vertimientos de Valledupar y La Paz, contribuyen a la afectación porque los sistemas de tratamiento no están funcionando de manera eficiente y se están descargando materia orgánica, nutrientes inorgánicos y sólidos a las aguas del río Cesar que trae de manera natural, una importante carga de sólidos.
San Diego presenta la mayor cantidad de usuarios con el 8.54 % del área de influencia del río Cesar, su mayor uso agrícola corresponde a frutales, maíz y arroz y pecuario a vacuno y caprino.
Sanitariamente Astrea es un municipio inviable en el tema de agua potable, para mejorar necesita el apoyo del orden departamental y nacional.
“En el sistema El Salguero, al comparar con el decreto 3930 de 2010 (Presidencia de la República), en cuanto a las metas de carga contaminante sobre todo en cuanto a la descarga de materia orgánica, presenta deficiencias ya que en el seguimiento a la calidad del recurso natural se aprecia una alteración de las concentraciones naturales”: Universidad del Atlántico.
Río Cesar
Nacimiento en El Limón o Limoncito, caserío indígena de la etnia Wiwa. A una altura aproximada de 1.800 metros sobre el nivel del mar en la Sierra Nevada de Santa Marta.
Extensión
Aproximada de 1.848.578 hectáreas (Corpocesar). Recorre 280 kilómetros aproximadamente hasta su desembocadura en el río Magdalena.
Aumento de caudal
Gracias a ríos como:
* Barcino en San Juan del Cesar, La Guajira.
* Guatapurí, Valledupar, Cesar.
* Chiriamigo, La Paz, Cesar.
* Magiriamo, Agustín Codazzi, Cesar.
* Maracas, Becerril, Cesar.
* Calenturitas, La Jagua de Ibirico, Cesar.
* La Mula, Curumaní, Cesar.
Por Carlos Mario Jiménez
[email protected]
Este es interrogante analizado en el segundo informe del diario EL PILÓN en el marco de la campaña ‘Ha2lO, por ti, por mí, por nosotros’.
Las constantes brechas de desigualdad en el acceso al agua potable en departamentos como el Cesar quedarían cerradas si el Estado garantizara la sostenibilidad de los servicios públicos.
La riqueza hídrica nace en la Sierra Nevada de Santa Marta y la serranía de Los Motilones o Perijá, básicamente de estos dos macizos montañosos destilan más de 20 ríos que atraviesan las poblaciones cesarenses y se encuentran, en su mayoría, con el río Cesar.
Badillo, Río Seco, Guatapurí, Pereira, Mocho, Cesarito, Tocaimo, Magiriamo, Fernambuco, Garupal, Ariguaní, Casacará, Tucuy-Sororia, Calenturitas, San Antonio, Maracas, Perete, Garupal, son parte de la gran cuenca del río Cesar, que en este departamento pasa por Valledupar, La Paz, San Diego, Agustín Codazzi, Becerril, El Paso, Astrea, Chiriguaná y finalmente en Chimichagua. Fortaleza en la que, según Andrés Felipe Meza Araújo, se concentra uno de los principales inconvenientes para el gobierno municipal, departamental, nacional y la ciudadanía en general a quienes invita a unirse a la campaña: ‘Ha2lO, por ti, por mí, por nosotros’.
“Es importante recordar que el río Cesar entra al departamento en unas muy buenas condiciones, se afecta por el posterior paso a la planta de tratamiento de aguas residuales de Valledupar, y además a ello, recibe aguas no en las mejores condiciones de otras fuentes hídricas. Son ríos que descienden de la Serranía de Perijá, surten a gran parte de la población, pero que también tienen ciertos inconvenientes”, indicó el integrante del Programa de Riquezas Natural de la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional, USAID, en el Cesar y La Guajira.
Considera que el valle del río Cesar presta unos servicios ecosistémicos importantes, especialmente para actividades ganaderas y agrícolas que se nutren de sus aguas.
“Corpocesar está trabajando el Pomca, el Plan de manejo y ordenamiento de la cuenca media y baja del río Cesar, donde se realizará una zonificación que permitirá reducir esos conflictos y tensiones socioambientales, de tal manera que se pueda recuperar, en complemento con la PTAR de Valledupar, los servicios ecosistémicos que presta el río Cesar, que es una cuenca de influencia de gran parte de los municipios del norte y casi centro del departamento: podríamos recuperar las características navegables, servicios como el consumo humano de agua, el aprovechamiento de ese mismo recurso de manera racional y sostenible para actividades agropecuarias”, expuso el exsecretario de Ambiente del Cesar.
Y es que el río Cesar pierde con facilidad su caudal, fenómeno que, explicado por Andrés Felipe Meza, se establece en su débil correntía, nutrido por otras cuencas que se conectan en poblaciones del norte y centro del Cesar.
“Se nutre de las fuentes hídricas a su paso, estratégicamente a Valledupar no le sirve, pero aguas abajo es significativo para el desarrollo de actividades productivas mas no para el consumo humano, especialmente en zonas rurales que son influencia del Cesar”, sostuvo Mezas Araújo, explicando que para que el río Cesar se convierta en potencial de agua para el consumo humano primero deben hacerse acciones, proyectos e inversiones significativas en Valledupar.
El Plan de Ordenamiento del Recurso Hídrico del río Cesar, estructurado por la Universidad del Atlántico para Corpocesar, indica que la ecorregión Valle del Río Cesar cuenta con suelos de alta productividad, por lo que tradicionalmente se ha constituido en uno de los pilares sobre los que se sustenta el potencial económico del Cesar. Entre ellas sobresalen la ganadería, la agricultura, la agroindustria y la minería, que finalmente termina afectando el potencial hídrico del río Cesar para abastecer a los habitantes de zonas establecidas en veredas y corregimientos de San Diego, El Paso, Astrea y Chimichagua.
Salida y sustento de vida
Con el pasar de los años, poblaciones encontraron el sostenimiento familiar gracias al potencial pesquero de las aguas del río Cesar. Entre esas estaba Las Pitillas en San Diego y Santa Cecilia, en Astrea.
La contaminación, especialmente por el vertimiento de unos 2.000 litros por segundo de aguas residuales a su corriente, por la planta de tratamiento de la empresa Emdupar, cercenó todo tipo de ilusión para esos pequeños productores establecidos en la ribera del afluente que tiene aproximadamente unas 1.848.578 hectáreas de extensión.
En Astrea, asegura el alcalde Sandy Sepúlveda, captar agua desde el río Cesar no se da por diferentes inconvenientes. El primero porque sería muy costoso llevar el líquido hasta la cabecera municipal. “Estamos hablando de 27 a 30 kilómetros”, otro es por contaminación y “además que nos tocaría realizar un estudio técnico para revisar la viabilidad ambiental para brindar agua desde este importante afluente”, precisó.
En Santa Cecilia, la Alcaldía de Astrea tiene un proyecto para las familias que viven de la pesca. “Buscamos que tengan la oportunidad de dejar quieto el río Cesar, es un proyecto productivo que se basa en piscinas con aireadores para generar el pescado que consumen y comercializan”, dijo el mandatario municipal.
Sanitariamente Astrea es un municipio inviable en el tema de agua potable, para mejorar necesita el apoyo del orden departamental y nacional. Por ahora, la empresa Aguas del Cesar lidera un proyecto de consultoría, no de obra física, para el diseño del Plan Maestro de Acueducto y Alcantarillado, que está formulado, aprobado por la Gobernación del Cesar y se está alistando el proceso contractual. Es una inversión cercana a los $900 millones.
“El proyecto nos dará luces y técnicas para mirar cuál es la mejor forma de captar el agua, ya sea por reservorio o batería de pozos. El agua en Astrea es muy bicarbonatada, tiene muchas sales minerales y por ende es salada.
Estamos buscando las alternativas que nos puedan brindar agua en mejores condiciones para tratarlas y brindárselas a la comunidad”, afirmó Sepúlveda.
Contribuir con la generación de conciencia ciudadana frente al debido cuidado de los bienes naturales es uno de los objetivos de ‘Ha2lO’, especialmente porque el agua es nuestro recurso natural más vital y en el Cesar, el Sistema de Vigilancia de Calidad de Agua Potable del Instituto Nacional de Salud, no refleja los mejores resultados en poblaciones como González, Bosconia, Astrea, Chimichagua, El Paso y Pailitas.
Retos y desafíos
Por municipios, San Diego presenta la mayor cantidad de usuarios con el 8.54 % del área de influencia del río Cesar, su mayor uso agrícola corresponde a frutales, maíz y arroz y pecuario a vacuno y caprino, con el 22.74 % total del agua.
Le sigue Valledupar con el 5.44 % del área, su mayor uso agrícola corresponde a pasto de corte, pecuario vacuno, equino, caprino y aves, con el 4.75 % del agua concesionada. El Paso con el 32.89 %, su mayor uso agrícola es palma de aceite con el 9.62 % del área y con un 34.94 % del total de agua usada, del mismo modo La Paz donde el 22.21 % del área corresponde a palma de aceite con un 37.55 %, es así como el 72.50 % del agua es usado para los cultivos de palma. Esta información es emitida por Corpocesar de empresas o personas que cuentan con permisos vigentes de concesión y explotación del recurso hídrico del río Cesar.
Allí dice el secretario de Ambiente Departamental, Andrés Arturo Fernández, existen ciertas brechas que debe cerrar el departamento con inversiones.
“Recuperación y sostenibilidad de este, el afluente más importante del departamento en tema de recurso hídrico, es la convicción del gobierno departamental. Tenemos hoy un reto y un desafío desde la Secretaría de Ambiente que es adelantar acciones que nos permitan disminuir los impactos ambientes que ha sufrido el río Cesar a través del tiempo”, señaló Fernández.
Argumentó que trabajan en adelantar la segunda fase del proyecto de aireación, implementado por el Ministerio de Ambiente y Corpocesar, que consiste en inyectarle aire a la corriente contaminada del río Cesar, después de su paso por la planta de tratamiento de aguas residuales de Emdupar, El Salguero.
“Las obras complementarias serán de limpieza y saneamiento ambiental, como está contemplado en el Plan de Desarrollo en el componente de Desarrollo Verde. El principal problema es la fuerte contaminación por el vertimiento de aguas residuales, pero eso va acompañado de los fuertes crecimientos del caudal en épocas de lluvias que logra afectar a distintas poblaciones vecinas que están en la ribera del río. Con la intervención que queremos realizar lograremos mitigar las afectaciones ambientales que tiene además el complejo de la Zapatosa, producto de las escorrentías y del cauce que desemboca del río Cesar en este, el espejo de agua más grande de Latinoamérica”, declaró Andrés Arturo Fernández.
Hoy el agua del río Cesar en general es de uso agrícola y pecuario, no tiene declarado uso en pesca y vida acuática, industrial y recreativo. Las condiciones de calidad del agua del río Cesar son más críticas durante el período de bajas lluvias, dice su Plan de Ordenamiento del Recurso Hídrico.
Proyectos
Cinco proyectos resalta Andrés Felipe Meza Araújo que podrían devolverle vitalidad, navegabilidad y la riqueza al río Cesar.
* Tratamiento de aguas residuales.
* Dragado para incentivar a la navegabilidad de otrora.
* Control de la autoridad ambiental en afluentes que caen a su cuenca.
* Producción de implementación sostenible para el aprovechamiento agrícola y pecuario.
* Estructuración del Pomca en la cuenca media-baja, que está en manos de Corpocesar.
El Plan de Ordenamiento del Recurso Hídrico del río Cesar indica que las actividades de vertimientos de Valledupar y La Paz, contribuyen a la afectación porque los sistemas de tratamiento no están funcionando de manera eficiente y se están descargando materia orgánica, nutrientes inorgánicos y sólidos a las aguas del río Cesar que trae de manera natural, una importante carga de sólidos.
San Diego presenta la mayor cantidad de usuarios con el 8.54 % del área de influencia del río Cesar, su mayor uso agrícola corresponde a frutales, maíz y arroz y pecuario a vacuno y caprino.
Sanitariamente Astrea es un municipio inviable en el tema de agua potable, para mejorar necesita el apoyo del orden departamental y nacional.
“En el sistema El Salguero, al comparar con el decreto 3930 de 2010 (Presidencia de la República), en cuanto a las metas de carga contaminante sobre todo en cuanto a la descarga de materia orgánica, presenta deficiencias ya que en el seguimiento a la calidad del recurso natural se aprecia una alteración de las concentraciones naturales”: Universidad del Atlántico.
Río Cesar
Nacimiento en El Limón o Limoncito, caserío indígena de la etnia Wiwa. A una altura aproximada de 1.800 metros sobre el nivel del mar en la Sierra Nevada de Santa Marta.
Extensión
Aproximada de 1.848.578 hectáreas (Corpocesar). Recorre 280 kilómetros aproximadamente hasta su desembocadura en el río Magdalena.
Aumento de caudal
Gracias a ríos como:
* Barcino en San Juan del Cesar, La Guajira.
* Guatapurí, Valledupar, Cesar.
* Chiriamigo, La Paz, Cesar.
* Magiriamo, Agustín Codazzi, Cesar.
* Maracas, Becerril, Cesar.
* Calenturitas, La Jagua de Ibirico, Cesar.
* La Mula, Curumaní, Cesar.
Por Carlos Mario Jiménez
[email protected]