Son 25 años en los que EL PILÓN ha contado y sigue narrando las noticias de Valledupar, el Cesar, La Guajira y el Caribe colombiano. En este primer cuarto de siglo, además de ser uno de los principales medios de comunicación escritos de la región, se ha convertido en el archivo documental de los momentos históricos que marcaron la zona.
Son 25 años en los que EL PILÓN ha contado y sigue narrando las noticias de Valledupar, el Cesar, La Guajira y el Caribe colombiano. En este primer cuarto de siglo, además de ser uno de los principales medios de comunicación escritos de la región, se ha convertido en el archivo documental de los momentos históricos que marcaron la zona.
El robo de $24.000 millones a la sede del Banco de la República en Valledupar entre el 15 y 17 de octubre de 1994; el auge del paramilitarismo y la parapolítica en el Cesar; el boom del carbón y la crisis ganadera por los Tratados de Libre Comercio; la fundación del Valledupar FC en el 2004; la cumbre y muerte de grandes maestros como Escalona y Diomedes Díaz; la obtención de medallas olímpicas… Un extenso capítulo de historias difícil de resumir.
Leer EL PILÓN es leer la región. Por eso, como refieren sus fundadores y periodistas que acompañaron el proceso, el valor más grande del periódico ha sido el empeño por resistir en la independencia.
“EL PILÓN ha ayudado a fortalecer la democracia: el periódico ha dado muestra como uno de los pocos medios regionales donde se ha intentado hacer periodismo independiente. Se han hecho temas donde otros no podían por intereses políticos o económicos. EL PILÓN tiene un valor incalculable a nivel ético y moral que se debe cuidar con mucho recelo”, señala Ana María Ferrer, exdirectora del diario EL PILÓN.
Ferrer llegó al periódico en 1996, a dos años de la primera edición (17 de septiembre de 1994) y recién graduada de periodista en la Universidad Autónoma del Caribe. Hizo parte del grupo que se encargó de recorrer el Cesar posicionando el nombre de este medio.
Tener un diario escrito era una necesidad para Valledupar como ciudad. Transcurría la mitad de la década 90 y la capital del departamento crecía a ritmo acelerado, mientras el Cesar era protagonista nacional tanto en la economía como en la cruda violencia que marcó la historia del país.
“Valledupar estaba necesitado: había un déficit de información fidedigna y real acorde con toda la información que producía la zona. Iván Alejandro Duarte y yo, duramos cuatro años trabajando para montar el periódico. Salimos a buscar inversionistas para que reforzaran, pero no encontrábamos, siempre nos exigían un estudio de factibilidad y cuando lo íbamos a contratar nos costaba plata”, narra Dickson Quiroz, uno de los fundadores del periódico.
Luego de un trabajo de casi cuatro años, el 17 de septiembre de 1994, sale la primera publicación. Allí inicia la carrera del periódico, primero semanario, luego tres veces a la semana, hasta convertirse en un diario. Transición que iba a la par de una época violenta que debía ser narrada. Pero que golpeó las estructuras de EL PILÓN.
“Muy tenaz hacer periodismo en esa época de violencia. Me tocó huir dos veces de Valledupar, en una oportunidad amenazado por la guerrilla y en otra ocasión amenazado por los paramilitares”, agrega Dickson Quiroz.
Pero, sin duda, el asesinato del jefe de redacción de EL PILÓN, Guzmán Quintero, aquel trágico 16 de septiembre de 1999, hirió el entusiasmo del periodismo vallenato.
“Nos marcó la vida a todo el equipo de trabajo. Luego de eso fue una etapa de mucha confusión, uno no sabía si hacer o no hacer, si decir o no decir. Aunque uno dice ‘seguimos, no nos van a callar’, mentira, uno siente el impacto, uno es humano, pero sobre todo tiene familia. Una etapa de mucha tensión”, reseñó Óscar Martínez, quien estuvo en EL PILÓN como periodista desde finales de 1996 por casi ocho años.
Pero EL PILÓN debía seguir, por la memoria de Guzmán Quintero y porque la realidad nunca dejó de producir noticias, en unos años de lucha entre la pasión y la violencia que retó al periodismo local.
“Era una época de mucha fuerza, de mucho fervor, de mostrar lo que las comunidades querían saber, de decirle a Valledupar aquí hay un medio de comunicación que sirve como expresión de ustedes”, señala Édgar de la Hoz, periodista y reportero gráfico que hizo parte del diario EL PILÓN a finales de los años 90.
Ese fervor ha atraído a los más jóvenes, por eso, como casa editorial, EL PILÓN ha sido una de las mayores escuelas de periodismo en el Cesar. El primer grupo que llegó al periódico fue llamado el ‘kínder de EL PILÓN’, por la juventud e inexperiencia de los recién graduados. Juventud que fue y es sinónimo de la pasión a la hora de informar.
“Recuerdo que pusieron un carro bomba en el edificio de una familia reconocida de Valledupar. A las 9 de la mañana fue el hecho, ya habíamos salido en la edición y volvíamos a salir dentro de dos días. Ese día hicimos un periódico extra que fue un cuadernillo como de ocho páginas y lo sacamos en la tarde. Allí nos dimos cuenta que estábamos preparados”, narró la exdirectora Ana María Ferrer.
Con el cambio de milenio llegó la revolución digital. Con la entrada del internet no se piensa en una edición extra, sino en una nota para el portal web.
“Cada día uno lo va sintiendo, el papel va perdiendo importancia, entre comillas, porque va quedando gente pendiente del papel. Hay que meterse en el tema digital, pero es un reto muy grande porque es la inmediatez de la noticia, a veces no hay profundidad, que es lo que permite el periódico: se puede profundizar y hacer un análisis del tema. Hacia allá vamos: tenemos que buscar una forma de hacer sostenible los periódicos porque la parte digital tiene un ritmo diferente”, argumenta María Clara Quintero, integrante del Consejo editorial y de la Junta directiva de EL PILÓN.
La decadencia del papel frente a lo digital contrajo también la participación de los impresos en las sociedades, y los medios tradicionales en el mundo entraron en crisis. EL PILÓN no fue la exención. El reto exigió reformar las mentalidades y abrir nuevas puertas para ser sostenibles.
Y a los 25 años de su fundación, EL PILÓN sigue reinventándose en las formas cómo participa en las discusiones sociales. “Yo creo que las crisis se convierten en oportunidades y lo que observamos es que teníamos que aprovechar la marca y la credibilidad del medio. Es así como viendo la responsabilidad social que tenemos, tomamos la iniciativa de llevarlos a escenarios donde nos permitiera, no solo tratarlos, sino con la misma participación de actores y de la comunidad buscar las posibles soluciones. La gente se ha dado cuenta que en los foros, EL PILÓN busca la solución a los problemas del Cesar”, complementó Clara Inés Araujo, gerente general de EL PILÓN.
En últimas, cumplir un cuarto de siglo contando la realidad del departamento y el país vallenato, es la oportunidad ideal para renovar el compromiso de informar lo que pasa en Valledupar, cada uno de los municipios del Cesar y la región.
Por: Deivis Caro | EL PILÓN
[email protected]
Son 25 años en los que EL PILÓN ha contado y sigue narrando las noticias de Valledupar, el Cesar, La Guajira y el Caribe colombiano. En este primer cuarto de siglo, además de ser uno de los principales medios de comunicación escritos de la región, se ha convertido en el archivo documental de los momentos históricos que marcaron la zona.
Son 25 años en los que EL PILÓN ha contado y sigue narrando las noticias de Valledupar, el Cesar, La Guajira y el Caribe colombiano. En este primer cuarto de siglo, además de ser uno de los principales medios de comunicación escritos de la región, se ha convertido en el archivo documental de los momentos históricos que marcaron la zona.
El robo de $24.000 millones a la sede del Banco de la República en Valledupar entre el 15 y 17 de octubre de 1994; el auge del paramilitarismo y la parapolítica en el Cesar; el boom del carbón y la crisis ganadera por los Tratados de Libre Comercio; la fundación del Valledupar FC en el 2004; la cumbre y muerte de grandes maestros como Escalona y Diomedes Díaz; la obtención de medallas olímpicas… Un extenso capítulo de historias difícil de resumir.
Leer EL PILÓN es leer la región. Por eso, como refieren sus fundadores y periodistas que acompañaron el proceso, el valor más grande del periódico ha sido el empeño por resistir en la independencia.
“EL PILÓN ha ayudado a fortalecer la democracia: el periódico ha dado muestra como uno de los pocos medios regionales donde se ha intentado hacer periodismo independiente. Se han hecho temas donde otros no podían por intereses políticos o económicos. EL PILÓN tiene un valor incalculable a nivel ético y moral que se debe cuidar con mucho recelo”, señala Ana María Ferrer, exdirectora del diario EL PILÓN.
Ferrer llegó al periódico en 1996, a dos años de la primera edición (17 de septiembre de 1994) y recién graduada de periodista en la Universidad Autónoma del Caribe. Hizo parte del grupo que se encargó de recorrer el Cesar posicionando el nombre de este medio.
Tener un diario escrito era una necesidad para Valledupar como ciudad. Transcurría la mitad de la década 90 y la capital del departamento crecía a ritmo acelerado, mientras el Cesar era protagonista nacional tanto en la economía como en la cruda violencia que marcó la historia del país.
“Valledupar estaba necesitado: había un déficit de información fidedigna y real acorde con toda la información que producía la zona. Iván Alejandro Duarte y yo, duramos cuatro años trabajando para montar el periódico. Salimos a buscar inversionistas para que reforzaran, pero no encontrábamos, siempre nos exigían un estudio de factibilidad y cuando lo íbamos a contratar nos costaba plata”, narra Dickson Quiroz, uno de los fundadores del periódico.
Luego de un trabajo de casi cuatro años, el 17 de septiembre de 1994, sale la primera publicación. Allí inicia la carrera del periódico, primero semanario, luego tres veces a la semana, hasta convertirse en un diario. Transición que iba a la par de una época violenta que debía ser narrada. Pero que golpeó las estructuras de EL PILÓN.
“Muy tenaz hacer periodismo en esa época de violencia. Me tocó huir dos veces de Valledupar, en una oportunidad amenazado por la guerrilla y en otra ocasión amenazado por los paramilitares”, agrega Dickson Quiroz.
Pero, sin duda, el asesinato del jefe de redacción de EL PILÓN, Guzmán Quintero, aquel trágico 16 de septiembre de 1999, hirió el entusiasmo del periodismo vallenato.
“Nos marcó la vida a todo el equipo de trabajo. Luego de eso fue una etapa de mucha confusión, uno no sabía si hacer o no hacer, si decir o no decir. Aunque uno dice ‘seguimos, no nos van a callar’, mentira, uno siente el impacto, uno es humano, pero sobre todo tiene familia. Una etapa de mucha tensión”, reseñó Óscar Martínez, quien estuvo en EL PILÓN como periodista desde finales de 1996 por casi ocho años.
Pero EL PILÓN debía seguir, por la memoria de Guzmán Quintero y porque la realidad nunca dejó de producir noticias, en unos años de lucha entre la pasión y la violencia que retó al periodismo local.
“Era una época de mucha fuerza, de mucho fervor, de mostrar lo que las comunidades querían saber, de decirle a Valledupar aquí hay un medio de comunicación que sirve como expresión de ustedes”, señala Édgar de la Hoz, periodista y reportero gráfico que hizo parte del diario EL PILÓN a finales de los años 90.
Ese fervor ha atraído a los más jóvenes, por eso, como casa editorial, EL PILÓN ha sido una de las mayores escuelas de periodismo en el Cesar. El primer grupo que llegó al periódico fue llamado el ‘kínder de EL PILÓN’, por la juventud e inexperiencia de los recién graduados. Juventud que fue y es sinónimo de la pasión a la hora de informar.
“Recuerdo que pusieron un carro bomba en el edificio de una familia reconocida de Valledupar. A las 9 de la mañana fue el hecho, ya habíamos salido en la edición y volvíamos a salir dentro de dos días. Ese día hicimos un periódico extra que fue un cuadernillo como de ocho páginas y lo sacamos en la tarde. Allí nos dimos cuenta que estábamos preparados”, narró la exdirectora Ana María Ferrer.
Con el cambio de milenio llegó la revolución digital. Con la entrada del internet no se piensa en una edición extra, sino en una nota para el portal web.
“Cada día uno lo va sintiendo, el papel va perdiendo importancia, entre comillas, porque va quedando gente pendiente del papel. Hay que meterse en el tema digital, pero es un reto muy grande porque es la inmediatez de la noticia, a veces no hay profundidad, que es lo que permite el periódico: se puede profundizar y hacer un análisis del tema. Hacia allá vamos: tenemos que buscar una forma de hacer sostenible los periódicos porque la parte digital tiene un ritmo diferente”, argumenta María Clara Quintero, integrante del Consejo editorial y de la Junta directiva de EL PILÓN.
La decadencia del papel frente a lo digital contrajo también la participación de los impresos en las sociedades, y los medios tradicionales en el mundo entraron en crisis. EL PILÓN no fue la exención. El reto exigió reformar las mentalidades y abrir nuevas puertas para ser sostenibles.
Y a los 25 años de su fundación, EL PILÓN sigue reinventándose en las formas cómo participa en las discusiones sociales. “Yo creo que las crisis se convierten en oportunidades y lo que observamos es que teníamos que aprovechar la marca y la credibilidad del medio. Es así como viendo la responsabilidad social que tenemos, tomamos la iniciativa de llevarlos a escenarios donde nos permitiera, no solo tratarlos, sino con la misma participación de actores y de la comunidad buscar las posibles soluciones. La gente se ha dado cuenta que en los foros, EL PILÓN busca la solución a los problemas del Cesar”, complementó Clara Inés Araujo, gerente general de EL PILÓN.
En últimas, cumplir un cuarto de siglo contando la realidad del departamento y el país vallenato, es la oportunidad ideal para renovar el compromiso de informar lo que pasa en Valledupar, cada uno de los municipios del Cesar y la región.
Por: Deivis Caro | EL PILÓN
[email protected]