EL PILÓN recolectó el testimonio de 10 campesinos que resultaron beneficiados de las células agrícolas de la Gobernación del Cesar, el proyecto que por los retrasos se convirtió en su quiebra económica.
En un debate de control político realizado el pasado 27 de febrero, los funcionarios de la Gobernación del Cesar se comprometieron con los campesinos de la vereda El Toco, presentes en el recinto, a que dos de los cuatro pivotes de las células agrícolas entrarían en operación el pasado 29 de abril.
“Con la convicción, de frente a la comunidad, 29 de abril, 2 pivotes centrales irrigando en las hectáreas que están cultivo yuca amarga. Es la propuesta que le hacemos a la comunidad, y es el compromiso del gobierno departamental”, aseguraba el pasado 27 de febrero el secretario de Agricultura, José Sequeda. Sin embargo, no fue así. Al contrario, la Gobernación realizó la novena adición del contrato y amplió el plazo por otros dos meses. Por eso, el proyecto pasó de un plazo inicial de 6 meses a 35 meses.
Recomendado: Adiciones, robos y denuncias de corrupción en el contrato de las agricel de la Gobernación del Cesar
EL PILÓN dialogó con casi 10 familias beneficiarias, quienes ahora se consideran víctimas de este proyecto porque tuvieron que salir de sus predios y mudarse a otras ciudades como Valledupar, Codazzi y la zona urbana de San Diego. Entendiendo que los trabajos aún continúan en los predios de los campesinos que brindaron su testimonio a través de audios, EL PILÓN guarda reserva de nombres.
“Fuimos una comunidad víctima de la violencia, ahora somos víctimas de la Gobernación. Un proyecto tan importante, del que esperábamos mucho se convirtió en nuestra quiebra”, comentó uno de los participantes.
Recomendado: ¿En qué consisten las ‘Células de desarrollo agrícola’ implementadas en el Cesar?
“Existe el miedo de que se convierta en un elefante blanco en medio de tanta necesidad. El territorio está desolado, quitaron la selva, la montaña, mocharon árboles de más de 100 años. Nos sentimos engañados. Nos pintaron la ilusión de que seríamos una expensa agrícola, y ahora esto parece un desierto”, comentó otro campesino.
Lo más preocupante es la situación económica de los campesinos que cuando inició el proyecto vendieron sus animales porque les prometieron que en 6 meses instalarían los 4 pivotes y empezarían a producir hasta 4 cosechas al año. Sin embargo, casi 3 años después, solo hay terrenos inundados por la lluvia y la Gobernación solo instalaría dos de los cuatro pivotes.
“Ese proyecto fue lo peor que nos pudo pasar porque abandonamos nuestra tierra y no nos dejan trabajar. Yo vendí gallinas, marranos y chivos, porque necesitaban el terreno desocupado”, relató otra beneficiaria del proyecto de Agricel.
Otro campesino contó que antes del proyecto “producía entre 80 y 100 litros diarios de leche, ahora a veces no alcanzo ni los 20”, principalmente porque “los animales no tienen alimentos, las cercas están en suelo”. “Abandonamos todo y nunca nos cumplieron”, agregó.
Sin excepción, todos las fuentes consultadas por EL PILÓN, aseguraron que, como estaban acostumbrados a generar los ingresos de su tierra, desde que tuvieron que salir están pasando “penurias económicas”.
Además de que la mayoría de productores han abandonado el proyecto, entre los que aún continúan hay dudas acerca de la sostenibilidad de los pivotes por el costo de la energía.
“Todos hemos analizado. Si ponen a funcionar uno de los pivotes, ¿cómo hacemos para pagar el recibo de la luz? Una hora en operación cuesta $140 mil. Al mes estaríamos pagando más de $30 millones en energía, prendiéndolo una hora diaria, mientras se saca la producción. La producción más rápida es el pancoger, que sale a los 4 meses; ¿de dónde vamos a sacar para pagar $120 millones mientras llega la producción? Esa es la preocupación”, contó una de las personas que salió de su predio.
Otro de los beneficiarios señaló que no firmarían ningún documento con Afinia. “Eso no va a operar. Nadie está en capacidad de pagar $30 millones en energía cada mes. Ellos dicen que la pagará la producción, pero ¿cómo?”, contó.
Alrededor del contrato no solo ha resultado afectada la comunidad de El Toco. También se habría registrado detrimento a los recursos públicos. En su momento se denunció que hubo una “actitud dolosa por hacer modificaciones leoninas para el contrato”. Por ejemplo, la construcción de una pequeña caseta para guardar 1 bomba que inicialmente costaba $15 millones; modificaron para que costara $61 millones.
También el caso de una base para el pivote que tuvo un costo de $21 millones. Y unos postes de madera de baja calidad para el aislamiento reservorio pagaron $23.900 por unidad, cuando en algunos sectores se vende a menos de $4.000 la unidad.
Por Redacción EL PILÓN
EL PILÓN recolectó el testimonio de 10 campesinos que resultaron beneficiados de las células agrícolas de la Gobernación del Cesar, el proyecto que por los retrasos se convirtió en su quiebra económica.
En un debate de control político realizado el pasado 27 de febrero, los funcionarios de la Gobernación del Cesar se comprometieron con los campesinos de la vereda El Toco, presentes en el recinto, a que dos de los cuatro pivotes de las células agrícolas entrarían en operación el pasado 29 de abril.
“Con la convicción, de frente a la comunidad, 29 de abril, 2 pivotes centrales irrigando en las hectáreas que están cultivo yuca amarga. Es la propuesta que le hacemos a la comunidad, y es el compromiso del gobierno departamental”, aseguraba el pasado 27 de febrero el secretario de Agricultura, José Sequeda. Sin embargo, no fue así. Al contrario, la Gobernación realizó la novena adición del contrato y amplió el plazo por otros dos meses. Por eso, el proyecto pasó de un plazo inicial de 6 meses a 35 meses.
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EL PILÓN dialogó con casi 10 familias beneficiarias, quienes ahora se consideran víctimas de este proyecto porque tuvieron que salir de sus predios y mudarse a otras ciudades como Valledupar, Codazzi y la zona urbana de San Diego. Entendiendo que los trabajos aún continúan en los predios de los campesinos que brindaron su testimonio a través de audios, EL PILÓN guarda reserva de nombres.
“Fuimos una comunidad víctima de la violencia, ahora somos víctimas de la Gobernación. Un proyecto tan importante, del que esperábamos mucho se convirtió en nuestra quiebra”, comentó uno de los participantes.
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“Existe el miedo de que se convierta en un elefante blanco en medio de tanta necesidad. El territorio está desolado, quitaron la selva, la montaña, mocharon árboles de más de 100 años. Nos sentimos engañados. Nos pintaron la ilusión de que seríamos una expensa agrícola, y ahora esto parece un desierto”, comentó otro campesino.
Lo más preocupante es la situación económica de los campesinos que cuando inició el proyecto vendieron sus animales porque les prometieron que en 6 meses instalarían los 4 pivotes y empezarían a producir hasta 4 cosechas al año. Sin embargo, casi 3 años después, solo hay terrenos inundados por la lluvia y la Gobernación solo instalaría dos de los cuatro pivotes.
“Ese proyecto fue lo peor que nos pudo pasar porque abandonamos nuestra tierra y no nos dejan trabajar. Yo vendí gallinas, marranos y chivos, porque necesitaban el terreno desocupado”, relató otra beneficiaria del proyecto de Agricel.
Otro campesino contó que antes del proyecto “producía entre 80 y 100 litros diarios de leche, ahora a veces no alcanzo ni los 20”, principalmente porque “los animales no tienen alimentos, las cercas están en suelo”. “Abandonamos todo y nunca nos cumplieron”, agregó.
Sin excepción, todos las fuentes consultadas por EL PILÓN, aseguraron que, como estaban acostumbrados a generar los ingresos de su tierra, desde que tuvieron que salir están pasando “penurias económicas”.
Además de que la mayoría de productores han abandonado el proyecto, entre los que aún continúan hay dudas acerca de la sostenibilidad de los pivotes por el costo de la energía.
“Todos hemos analizado. Si ponen a funcionar uno de los pivotes, ¿cómo hacemos para pagar el recibo de la luz? Una hora en operación cuesta $140 mil. Al mes estaríamos pagando más de $30 millones en energía, prendiéndolo una hora diaria, mientras se saca la producción. La producción más rápida es el pancoger, que sale a los 4 meses; ¿de dónde vamos a sacar para pagar $120 millones mientras llega la producción? Esa es la preocupación”, contó una de las personas que salió de su predio.
Otro de los beneficiarios señaló que no firmarían ningún documento con Afinia. “Eso no va a operar. Nadie está en capacidad de pagar $30 millones en energía cada mes. Ellos dicen que la pagará la producción, pero ¿cómo?”, contó.
Alrededor del contrato no solo ha resultado afectada la comunidad de El Toco. También se habría registrado detrimento a los recursos públicos. En su momento se denunció que hubo una “actitud dolosa por hacer modificaciones leoninas para el contrato”. Por ejemplo, la construcción de una pequeña caseta para guardar 1 bomba que inicialmente costaba $15 millones; modificaron para que costara $61 millones.
También el caso de una base para el pivote que tuvo un costo de $21 millones. Y unos postes de madera de baja calidad para el aislamiento reservorio pagaron $23.900 por unidad, cuando en algunos sectores se vende a menos de $4.000 la unidad.
Por Redacción EL PILÓN