Laura Gámez y Alfonso Cabanzo lanzan la Red de Filosofía Cesarense: un colectivo que examina interrogantes desde Rafael Carrillo Lúquez hasta Diomedes Díaz.
El derecho “es algo que el hombre hace para hacerse a sí mismo, y el hacerse a sí mismo constituye la realización del valor supremo de una persona”.
Hoy, 17 de julio, se conmemoran los 27 años del fallecimiento del filósofo Rafael Carrillo Lúquez. En honor a su memoria, este medio publica las tesis planteadas por Carrillo en el panel sobre la "Problemática y perspectivas de la filosofía en Colombia" cuya discusión es fundamental que vuelva a darse hoy.
A partir de la edad contemporánea (1789) el término “Academia” está referido generalmente al mundo universitario e intelectual, que vuelve a ocupar un lugar preponderante en la cultura.
En términos generales se hizo un buen foro y se logró lo que habíamos venido ambientando desde este diario para la conmemoración, que era hablar de su vida y obra. Pero de esos conversatorios siempre queda algo por comentar.
Muchos filósofos destacan como su más grande legado su labor educativa. La docencia por más de cinco décadas en los colegios y universidades donde formó en las facultades de Filosofía, Derecho y Sociología, a numerosas generaciones.
Rafael Carrillo, en sus cinco décadas como profesor de latín, literatura y filosofía, en colegios de bachillerato, pero, además, como maestro fundador de una escuela de filosofía formó varias generaciones de abogados, sociólogos, literatos y filósofos.
El entrevistado es Carlos Elías Lúquez Carrillo, vallenato de ancestros de Atanquez, radicado en Bogotá, amigo de esta casa desde hace 20 años. Con honestidad intelectual expresa en la presentación del libro que no tiene formación filosófica, y deja a los especialistas el estudio y la interpretación de la obra filosófica de Rafael Carrillo.
Como era de su hábito llegar antecedido en el tiempo a la cátedra, se hicieron más a menudo las cortas conversaciones logradas antes de su hora de magisterio. Un día censuró con benevolencia mi retraso en el encuentro, entonces entendí para mi satisfacción, que no le era inoportuno y que él no estaba evadido de nuestro mundo en su mundo abstracto, y que no poseía la rigidez fría y engominada de los tratadistas y pensadores de altos vuelos.
La ley es dura pero es la ley, es un paradigma del positivismo legalista, aquel que cree y rinde culto a la letra y a su gramática, como un fin en sí mismo que, al ser replicado en decisiones judiciales, produce sensación de seguridad y confianza en el ordenamiento jurídico por parte de la sociedad. […]
La Biblioteca Rafael Carrillo Lúquez implementará varias estrategias en todo el Cesar, con el fin de fomentar la lectura en las nuevas generaciones.