San Jerónimo, Los Mayales y la Urbanización Rafael Escalona son los últimos sectores donde se han presentado protestas, pues la comunidad exige ayuda para paliar las necesidades básicas durante el confinamiento.
Mientras el mundo enfrenta una batalla por frenar la propagación del COVID-19, en varias partes de la sociedad colombiana las familias luchan por sobrevivir durante el confinamiento ante la imposibilidad de ganarse el sustento del día a día. Valledupar no ha sido la excepción. Algunos habitantes se han volcado a las calles para exigir ayudas humanitarias a las autoridades gubernamentales en aras de sobrellevar el aislamiento obligatorio decretado por el Gobierno Nacional.
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Quemas de llantas, obstrucciones en las entradas de los barrios, cacerolazos y barricadas es el panorama que predomina en la capital del Cesar.
Sectores como San Jerónimo, Los Mayales y la Urbanización Rafael Escalona fueron los últimos epicentros de las protestas, donde la comunidad exigió ayuda para paliar las necesidades básicas durante confinamiento.
José Bermúdez, miembro de la Junta de Acción Comunal, manifestó que en el barrio Los Mayales la mayor inconformidad radica en que solamente una parte de los habitantes recibieron ayuda y otros están ‘echados al olvido’.
“Hay un 70 % de habitantes que están totalmente enardecidos, enloquecidos con hambre y no los tuvieron en cuenta para nada y por eso la gente está saliendo a protestar en las calles. Me preocupa porque algunas personas han llegado a la vivienda a lanzarnos improperios tratando de vincularnos con la entrega de las ayudas y nosotros no las tenemos”, expresó Bermúdez.
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Este barrio ubicado al sur de la ciudad se caracteriza por tener comúnmente ciudadanos que se ganan la vida trabajando como comerciantes, conductores, mototaxistas, entre otros oficios que penden de las labores diarias.
“Acá viven personas que trabajan ganándose el día a día, en mi caso manejo una camioneta haciendo trasteos y está ahí guardada desde que comenzó la cuarentena, por consiguiente estamos viviendo la misma situación que el resto de los pobladores del barrio”, puntualizó el líder comunitario.
Similar situación viven los residentes de la Urbanización Rafael Escalona, quienes protagonizaron la última protesta ocurrida en la mañana del miércoles.
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Los habitantes con palos y quemas de llantas taparon la entrada del sector cerca de la manzana cinco para enviar un ‘S.O.S’ a la administración municipal.
“Nos estamos quejando porque de verdad ya no podemos más. Esta es una urbanización donde hay hasta casas subsidiadas, un líder dialogó con un mayor de las autoridades para que nos trajeran ayudas pero no llegaron y en la tarde llegó la Policía a amenazarnos”, contó Vanessa Rangel Moya, quien laboraba de oficios varios en casas de familia.
La Policía Nacional indicó que las protestas han podido ser disueltas oportunamente y no han dejado heridos o hechos que lamentar. No obstante, generaron alteraciones del orden público y obstrucciones de lagunas calles por varias horas.
El comandante del Primer Distrito del Departamento de Policía Cesar, teniente coronel Manuel Leonardo Carvajal Peñaloza, comunicó que ha sido necesario la mediación, la paciencia y la tolerancia para atender cada requerimiento.
“Con los presidentes de junta de acción comunal y algunos líderes comunitarios se ha hablado pero si se sigue con los bloqueos se tiene que mostrar la fortaleza de la institución porque no se puede permitir que se proceda con intimidación y que la vía de hecho sea el camino para obtener el beneficio de alguna ayuda”, afirmó Carvajal Peñaloza.
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Entre tanto, Karen Vanessa Estrada Vanegas, asesora de Gestión Social de la Alcaldía Municipal precisó que desde que empezó el confinamiento emprendieron una tarea titánica para llegar a los barrios de la ciudad pero que aún no ha terminado.
“Estamos trabajando día y noche por llegar a cada barrio del municipio de Valledupar y atender a la población vulnerable, solo que no lo podemos hacer en un día porque es un trabajo que lleva una logística y lo estamos haciendo sin descanso, no hemos parado ni un día”, acotó Estrada Vanegas.
La funcionaria agregó que desde la Administración municipal han entregado cerca de 2.400 mercados en distintos sectores.
Por ahora los sectores beneficiados por la intervención de la Administración municipal y la Gobernación son la margen derecha del río Guatapurí, Los Guasimales, Chiriquí, la Ciudadela los 450 Años, Villa Clara, Villa del Rosario y Urbanización Nando Marín, entre otros.
“Lo que pasa es que nosotros no debemos demorar tanto en un barrio porque más que un problema de alimentamos también estamos viviendo un problema de salud y todos nos estamos exponiendo con todo el equipo que llega en los diferentes barrios”, puntualizó Estrada.
Otro sector que se vio beneficiado fue el de la comunidad Kamkuama del corregimiento de Atánquez donde se distribuyeron mercados en una jornada que contó con el apoyo de la Diócesis de Valledupar, Ejército y Policía Nacional.
San Jerónimo, Los Mayales y la Urbanización Rafael Escalona son los últimos sectores donde se han presentado protestas, pues la comunidad exige ayuda para paliar las necesidades básicas durante el confinamiento.
Mientras el mundo enfrenta una batalla por frenar la propagación del COVID-19, en varias partes de la sociedad colombiana las familias luchan por sobrevivir durante el confinamiento ante la imposibilidad de ganarse el sustento del día a día. Valledupar no ha sido la excepción. Algunos habitantes se han volcado a las calles para exigir ayudas humanitarias a las autoridades gubernamentales en aras de sobrellevar el aislamiento obligatorio decretado por el Gobierno Nacional.
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Quemas de llantas, obstrucciones en las entradas de los barrios, cacerolazos y barricadas es el panorama que predomina en la capital del Cesar.
Sectores como San Jerónimo, Los Mayales y la Urbanización Rafael Escalona fueron los últimos epicentros de las protestas, donde la comunidad exigió ayuda para paliar las necesidades básicas durante confinamiento.
José Bermúdez, miembro de la Junta de Acción Comunal, manifestó que en el barrio Los Mayales la mayor inconformidad radica en que solamente una parte de los habitantes recibieron ayuda y otros están ‘echados al olvido’.
“Hay un 70 % de habitantes que están totalmente enardecidos, enloquecidos con hambre y no los tuvieron en cuenta para nada y por eso la gente está saliendo a protestar en las calles. Me preocupa porque algunas personas han llegado a la vivienda a lanzarnos improperios tratando de vincularnos con la entrega de las ayudas y nosotros no las tenemos”, expresó Bermúdez.
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Este barrio ubicado al sur de la ciudad se caracteriza por tener comúnmente ciudadanos que se ganan la vida trabajando como comerciantes, conductores, mototaxistas, entre otros oficios que penden de las labores diarias.
“Acá viven personas que trabajan ganándose el día a día, en mi caso manejo una camioneta haciendo trasteos y está ahí guardada desde que comenzó la cuarentena, por consiguiente estamos viviendo la misma situación que el resto de los pobladores del barrio”, puntualizó el líder comunitario.
Similar situación viven los residentes de la Urbanización Rafael Escalona, quienes protagonizaron la última protesta ocurrida en la mañana del miércoles.
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Los habitantes con palos y quemas de llantas taparon la entrada del sector cerca de la manzana cinco para enviar un ‘S.O.S’ a la administración municipal.
“Nos estamos quejando porque de verdad ya no podemos más. Esta es una urbanización donde hay hasta casas subsidiadas, un líder dialogó con un mayor de las autoridades para que nos trajeran ayudas pero no llegaron y en la tarde llegó la Policía a amenazarnos”, contó Vanessa Rangel Moya, quien laboraba de oficios varios en casas de familia.
La Policía Nacional indicó que las protestas han podido ser disueltas oportunamente y no han dejado heridos o hechos que lamentar. No obstante, generaron alteraciones del orden público y obstrucciones de lagunas calles por varias horas.
El comandante del Primer Distrito del Departamento de Policía Cesar, teniente coronel Manuel Leonardo Carvajal Peñaloza, comunicó que ha sido necesario la mediación, la paciencia y la tolerancia para atender cada requerimiento.
“Con los presidentes de junta de acción comunal y algunos líderes comunitarios se ha hablado pero si se sigue con los bloqueos se tiene que mostrar la fortaleza de la institución porque no se puede permitir que se proceda con intimidación y que la vía de hecho sea el camino para obtener el beneficio de alguna ayuda”, afirmó Carvajal Peñaloza.
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Entre tanto, Karen Vanessa Estrada Vanegas, asesora de Gestión Social de la Alcaldía Municipal precisó que desde que empezó el confinamiento emprendieron una tarea titánica para llegar a los barrios de la ciudad pero que aún no ha terminado.
“Estamos trabajando día y noche por llegar a cada barrio del municipio de Valledupar y atender a la población vulnerable, solo que no lo podemos hacer en un día porque es un trabajo que lleva una logística y lo estamos haciendo sin descanso, no hemos parado ni un día”, acotó Estrada Vanegas.
La funcionaria agregó que desde la Administración municipal han entregado cerca de 2.400 mercados en distintos sectores.
Por ahora los sectores beneficiados por la intervención de la Administración municipal y la Gobernación son la margen derecha del río Guatapurí, Los Guasimales, Chiriquí, la Ciudadela los 450 Años, Villa Clara, Villa del Rosario y Urbanización Nando Marín, entre otros.
“Lo que pasa es que nosotros no debemos demorar tanto en un barrio porque más que un problema de alimentamos también estamos viviendo un problema de salud y todos nos estamos exponiendo con todo el equipo que llega en los diferentes barrios”, puntualizó Estrada.
Otro sector que se vio beneficiado fue el de la comunidad Kamkuama del corregimiento de Atánquez donde se distribuyeron mercados en una jornada que contó con el apoyo de la Diócesis de Valledupar, Ejército y Policía Nacional.