La ciudad tiene un inventario significativo de árboles -70 mil- que hoy no quieren dejar morir, sino aprovechar para disminuir las emisiones de dióxido de carbono.
Valledupar busca el reconocimiento a nivel nacional e internacional de ciudad verde y resiliente, pero primero debe saldar una deuda con el ambiente en cuanto al cuidado y mantenimiento de los árboles se refiere.
El Plan de Manejo del Arbolado es la ruta para que la capital del Cesar llegue a reducir hasta un 92 % las emisiones del CO2, algo que a ciudades como Cartagena, Bogotá o Cali les costaría millones y millones de dólares, tal como lo explicó el ingeniero ambiental y asesor del Servicio Forestal de los Estados Unidos (USFS), Andrés Felipe Meza Araújo.
Valledupar en 1998 fue declarada por el Ministerio del Medio Ambiente como ‘Municipio Verde de Colombia’, pero con el pasar de los años y el cambio de administraciones los árboles sembrados en aceras y bulevares se sumieron en el descuido: mango, maíz tostado, cañaguate, algarrobillo, caucho, almendro, olivo negro y otras especies, suman más de 70.000 especies en todo el perímetro urbano.
Ambientalistas como Miguel Ángel Sierra calculan que Valledupar puede tener unos 150.000 árboles, de estos cerca de 70.000 en sitios públicos, 45.000 a cargo de Aseo del Norte y 25.000 de Electricaribe.
El diagnóstico del Plan de Manejo de Arbolado diseñado por la Agencia para el Desarrollo Internacional de los Estados Unidos (USAID), en conjunto con el Servicio Forestal de los Estados Unidos (USFS), indica que un porcentaje entre el 25 y 40 % de las especies tiene problemas fitosanitarios tras la presencia de plantas parasitas, comején y la hormiga arriera.
“Para 2019 vamos a contar con algo más de 430.000 habitantes, es decir que necesitaremos cerca de 74.000 árboles para cumplir con el estándar internacional de tener tres árboles por un habitante, entonces habría que sembrar los que nos faltan, lo cual reduciría las emisiones del CO2 (dióxido de carbono) en la ciudad hasta en un 92 %”, declaró Andrés Felipe Meza Araújo.
El ingiero ambiental aclaró que los nuevas plantas deben sembrarse en la zona rural, mas no en la corregimental. El Plan de Arbolado evidenció que el año de 1936 marca la pauta del inicio del arbolado de las zonas públicas de Valledupar, con la siembra de dos mangos en la plaza mayor.
“Esos árboles podrán sembrarse en las zonas de expansión urbana establecidas en el Plan de Ordenamiento Territorial, así como la recuperación paisajística de muchas zonas verdes que hoy no cuentan con lo requerido o que se pueden mejorar sus condiciones. Así toca identificar cómo ubicaremos esos 70.000 árboles”, señaló Meza Araújo.
Como el promedio anual de temperatura del aire en Valledupar es de 29 grados centígrados (°C), con temperaturas en el mes más cálido de 30°C (marzo), y el mes más fresco con temperaturas de 27.7 °C (octubre), la ciudad necesita comenzar a recuperar sus espacios naturales para contrarrestar efectos del cambio climático, donde el Ideam prevé que las lluvias se reducirán en un 16 % y la temperatura aumentara? en 1.9 °C, entre 2041 y el 2070.
El plan establece puntos a desarrollar, entre ellos está: manejar y mantener de manera adecuada los árboles existentes; tratar los árboles enfermos y recuperar sus condiciones; ampliar la cobertura; sembrar la especie correcta en el sitio adecuado; fortalecer capacidades en las instituciones; empoderar a la comunidad y generar conocimiento, entre otras.
Un comité institucional fue creado para supervisar la ejecución del plan, entregado al alcalde de Valledupar, Augusto Ramírez Uhía.
Inconvenientes
El estudio de la USAID en coordinación con la Alcaldía de Valledupar se extendió a las seis comunas de la ciudad.
Dicho estudio encontró que el 70 % de los árboles sembrados en las calles tiene conflicto con las redes eléctricas y el 16 % tiene conflicto con los andenes; de los árboles en las calles, el 65 % esta? rodeado por cobertura impermeable (cemento).
“El primer problema que encontramos fue la falta de criterios estandarizados. Si usted hoy le pregunta a cinco ambientalistas, tendrá cinco conceptos diferentes de podas, de siembra y hasta de especies. Todo el mundo critica a Electricaribe y a Corpocesar, pero nosotros no hemos estandarizado un manual de cómo podar los árboles, al igual que tener criterios unificados en el tratamiento de árboles enfermos. Tampoco hemos articulado acciones, por ejemplo, Aseo del Norte hace podas en zonas públicas, Electricaribe en redes eléctricas y así sucesivamente”, explicó Andrés Felipe Meza.
El Plan de Arbolado mostró que existen 73 especies en la ciudad: 53 en parques y 45 en calles. El árbol más abundante en los parques es el puy y en las calles el mango. Los parques y zonas verdes en la ciudad tienen más especies del bosque seco tropical, que las calles. Para este estudio tomaron muestras de 2.447 árboles: 1.182 en parques y 1.265 en calles.
Los vallenatos, en un 70 %, prefieren el mango, seguido por el mamoncillo, níspero y maíz tostado. El 63 % de los habitantes y el 92% de los comerciantes consideran que lo más urgente en la ciudad es mantener los árboles que ya existen y sembrar más.
Para poner en marcha el plan se necesitan 1.510 millones de pesos que darían paso a desarrollar las estrategias planteadas en el documento que fue entregado a la Oficina Asesora de Planeación Municipal. También requieren una inversión anual de 300 millones para desarrollar las actividades operativas de manejo, mantenimiento y siembra de árboles en Valledupar.
La USAID y USFS no establecieron la creación de una Oficina del Árbol para esta capital, pero si consideran que debe ponerse en marcha la adecuación de un vivero municipal que administre las especies a tratar, que no quedaron claras en este estudio.
El ambientalista Miguel Ángel Sierra destacó que es el momento de aprovechar “la carta de navegación” en el tema de planeación, desde la Alcaldía de Valledupar, para que tengan claro y conciso cuál será el nuevo sistema de construcción en la ciudad.
“Deberán tenerse en cuenta el tipo de árbol que se utilizará. También hay que tener en cuenta la manera de construcción, porque a los constructores hay que pedirles respeto por los árboles, no todo es poda, porque necesariamente no debemos sembrar, podemos preservar los que tenemos. Lo mejor que nos pudo pasar es haber iniciado este proceso con la USAID y la y USFS”, advirtió Sierra.
Sin embargo, el director de Corpocesar, Kaleb Villalobos, se refirió al tema de las críticas recibidas en la corporación cuando se habla de manejo, cuidado y autorización de árboles en Valledupar.
“Somos articuladores del desarrollo sostenible para el arbolado urbano, pero deben tener en cuenta las secretarías de Obras e Infraestructura cuando aprueban un diseño, porque a nosotros nos llega algo que ya está hecho. Son muchas las críticas que recibimos por el tema, pero deben tener en cuenta que cumplimos con un derecho y aunque no estamos en contra del desarrollo urbanístico de la ciudad, este es un llamado para que se revisen los diseños de cada obra”, indicó Villalobos Brochel.
¿El Vivero Municipal?
El actual Vivero Municipal de Valledupar tiene sus terrenos ocupados por lujosas casas de campo y otros en cambuches. A pesar de que la Contraloría Municipal de Valledupar hizo control de advertencia al exalcalde Fredys Socarrás Reales por este hecho, debido a que tras una inspección en el sitio, encontró que existen áreas invadidas por particulares, la administración anterior y esta no tienen claro el futuro del predio que adquirió bajo la escritura 1.086 del 30 de diciembre de 1985.
Este es un lote de 10 hectáreas, ubicado en la carrera 4 entre calles 17 y 18 de Valledupar, donde realizarían actividades productivas y ambientalmente sostenibles, relacionadas con el tema agropecuario.
El jefe de la Oficina Asesora de Planeación Municipal, Aníbal Quiroz Monsalvo, explicó que la administración de Augusto Ramírez Uhía tiene la idea de recuperar el Vivero Municipal y otro predio como es la laguna de oxidación El Tarullal, situada en la parte trasera del barrio Amaneceres del Valle.
“En esas 40 hectáreas de la antigua laguna El Tarullal tenemos pensado construir el Vivero Municipal para ayudar al cambio del 33 % de los árboles que tiene problemas hoy en Valledupar, porque necesitamos que la ciudad sea la primera en el mundo en capturar el CO2 que produce”, indicó Quiroz Monsalvo.
Proyecto de siembra
El Plan de Arbolado arrojó que se necesita la siembra de 70.000 árboles, que lograrían reducir en 92 % de emisiones del dióxido de carbono (CO2).
Ante este hecho el gobernador del Cesar, Francisco Ovalle Angarita, anunció el aporte de 35.000 árboles, es decir, el 50 % de los que se necesitan para cumplir con las metas de la USAID.
“Para trabajar de manera articulada con la Alcaldía de Valledupar y Corpocesar, dispongo de 35.000 árboles, que sembraría en tres años; el 10 % este año, un 15 % en 2018 y el restante en 2019. Es nuestra meta para seguir aportando al medio ambiente y contrarrestar los efectos del cambio climático”, declaró Ovalle Angarita.
Beneficios del arbolado urbano
*Regulación de temperatura
* Reducción del consumo de energía
* Mejoramiento de la calidad del aire
* Absorción y secuestro de dióxido de carbono(CO2) o Regulación de inundaciones
* Atenuación de ruido de la ciudad
* Reducción de niveles de criminalidad y violencia
* Aumenta el bienestar y la salud
* Aumenta el valor de la finca raíz
* Provee hábitat para la fauna
Existen 30 grupos y organizaciones en la ciudad, 10 entidades públicas y 13 empresas que activamente cuidan el medio ambiente en la ciudad.
La ejecución del Plan de Manejo de Arbolado Urbano tiene un valor de 1.510 millones de pesos, con base en las estrategias planteadas por el Servicio Forestal de Estados Unidos y el Programa de Desarrollo Resiliente Bajo en Carbono de la USAID.
Según el diagnóstico de los árboles en la capital del Cesar, esta ciudad tiene 70.000 árboles, de los cuales entre el 40 % y 70 % se encuentran está afectado por plagas y enfermedades.
Por Carlos Mario Jiménez
[email protected]
La ciudad tiene un inventario significativo de árboles -70 mil- que hoy no quieren dejar morir, sino aprovechar para disminuir las emisiones de dióxido de carbono.
Valledupar busca el reconocimiento a nivel nacional e internacional de ciudad verde y resiliente, pero primero debe saldar una deuda con el ambiente en cuanto al cuidado y mantenimiento de los árboles se refiere.
El Plan de Manejo del Arbolado es la ruta para que la capital del Cesar llegue a reducir hasta un 92 % las emisiones del CO2, algo que a ciudades como Cartagena, Bogotá o Cali les costaría millones y millones de dólares, tal como lo explicó el ingeniero ambiental y asesor del Servicio Forestal de los Estados Unidos (USFS), Andrés Felipe Meza Araújo.
Valledupar en 1998 fue declarada por el Ministerio del Medio Ambiente como ‘Municipio Verde de Colombia’, pero con el pasar de los años y el cambio de administraciones los árboles sembrados en aceras y bulevares se sumieron en el descuido: mango, maíz tostado, cañaguate, algarrobillo, caucho, almendro, olivo negro y otras especies, suman más de 70.000 especies en todo el perímetro urbano.
Ambientalistas como Miguel Ángel Sierra calculan que Valledupar puede tener unos 150.000 árboles, de estos cerca de 70.000 en sitios públicos, 45.000 a cargo de Aseo del Norte y 25.000 de Electricaribe.
El diagnóstico del Plan de Manejo de Arbolado diseñado por la Agencia para el Desarrollo Internacional de los Estados Unidos (USAID), en conjunto con el Servicio Forestal de los Estados Unidos (USFS), indica que un porcentaje entre el 25 y 40 % de las especies tiene problemas fitosanitarios tras la presencia de plantas parasitas, comején y la hormiga arriera.
“Para 2019 vamos a contar con algo más de 430.000 habitantes, es decir que necesitaremos cerca de 74.000 árboles para cumplir con el estándar internacional de tener tres árboles por un habitante, entonces habría que sembrar los que nos faltan, lo cual reduciría las emisiones del CO2 (dióxido de carbono) en la ciudad hasta en un 92 %”, declaró Andrés Felipe Meza Araújo.
El ingiero ambiental aclaró que los nuevas plantas deben sembrarse en la zona rural, mas no en la corregimental. El Plan de Arbolado evidenció que el año de 1936 marca la pauta del inicio del arbolado de las zonas públicas de Valledupar, con la siembra de dos mangos en la plaza mayor.
“Esos árboles podrán sembrarse en las zonas de expansión urbana establecidas en el Plan de Ordenamiento Territorial, así como la recuperación paisajística de muchas zonas verdes que hoy no cuentan con lo requerido o que se pueden mejorar sus condiciones. Así toca identificar cómo ubicaremos esos 70.000 árboles”, señaló Meza Araújo.
Como el promedio anual de temperatura del aire en Valledupar es de 29 grados centígrados (°C), con temperaturas en el mes más cálido de 30°C (marzo), y el mes más fresco con temperaturas de 27.7 °C (octubre), la ciudad necesita comenzar a recuperar sus espacios naturales para contrarrestar efectos del cambio climático, donde el Ideam prevé que las lluvias se reducirán en un 16 % y la temperatura aumentara? en 1.9 °C, entre 2041 y el 2070.
El plan establece puntos a desarrollar, entre ellos está: manejar y mantener de manera adecuada los árboles existentes; tratar los árboles enfermos y recuperar sus condiciones; ampliar la cobertura; sembrar la especie correcta en el sitio adecuado; fortalecer capacidades en las instituciones; empoderar a la comunidad y generar conocimiento, entre otras.
Un comité institucional fue creado para supervisar la ejecución del plan, entregado al alcalde de Valledupar, Augusto Ramírez Uhía.
Inconvenientes
El estudio de la USAID en coordinación con la Alcaldía de Valledupar se extendió a las seis comunas de la ciudad.
Dicho estudio encontró que el 70 % de los árboles sembrados en las calles tiene conflicto con las redes eléctricas y el 16 % tiene conflicto con los andenes; de los árboles en las calles, el 65 % esta? rodeado por cobertura impermeable (cemento).
“El primer problema que encontramos fue la falta de criterios estandarizados. Si usted hoy le pregunta a cinco ambientalistas, tendrá cinco conceptos diferentes de podas, de siembra y hasta de especies. Todo el mundo critica a Electricaribe y a Corpocesar, pero nosotros no hemos estandarizado un manual de cómo podar los árboles, al igual que tener criterios unificados en el tratamiento de árboles enfermos. Tampoco hemos articulado acciones, por ejemplo, Aseo del Norte hace podas en zonas públicas, Electricaribe en redes eléctricas y así sucesivamente”, explicó Andrés Felipe Meza.
El Plan de Arbolado mostró que existen 73 especies en la ciudad: 53 en parques y 45 en calles. El árbol más abundante en los parques es el puy y en las calles el mango. Los parques y zonas verdes en la ciudad tienen más especies del bosque seco tropical, que las calles. Para este estudio tomaron muestras de 2.447 árboles: 1.182 en parques y 1.265 en calles.
Los vallenatos, en un 70 %, prefieren el mango, seguido por el mamoncillo, níspero y maíz tostado. El 63 % de los habitantes y el 92% de los comerciantes consideran que lo más urgente en la ciudad es mantener los árboles que ya existen y sembrar más.
Para poner en marcha el plan se necesitan 1.510 millones de pesos que darían paso a desarrollar las estrategias planteadas en el documento que fue entregado a la Oficina Asesora de Planeación Municipal. También requieren una inversión anual de 300 millones para desarrollar las actividades operativas de manejo, mantenimiento y siembra de árboles en Valledupar.
La USAID y USFS no establecieron la creación de una Oficina del Árbol para esta capital, pero si consideran que debe ponerse en marcha la adecuación de un vivero municipal que administre las especies a tratar, que no quedaron claras en este estudio.
El ambientalista Miguel Ángel Sierra destacó que es el momento de aprovechar “la carta de navegación” en el tema de planeación, desde la Alcaldía de Valledupar, para que tengan claro y conciso cuál será el nuevo sistema de construcción en la ciudad.
“Deberán tenerse en cuenta el tipo de árbol que se utilizará. También hay que tener en cuenta la manera de construcción, porque a los constructores hay que pedirles respeto por los árboles, no todo es poda, porque necesariamente no debemos sembrar, podemos preservar los que tenemos. Lo mejor que nos pudo pasar es haber iniciado este proceso con la USAID y la y USFS”, advirtió Sierra.
Sin embargo, el director de Corpocesar, Kaleb Villalobos, se refirió al tema de las críticas recibidas en la corporación cuando se habla de manejo, cuidado y autorización de árboles en Valledupar.
“Somos articuladores del desarrollo sostenible para el arbolado urbano, pero deben tener en cuenta las secretarías de Obras e Infraestructura cuando aprueban un diseño, porque a nosotros nos llega algo que ya está hecho. Son muchas las críticas que recibimos por el tema, pero deben tener en cuenta que cumplimos con un derecho y aunque no estamos en contra del desarrollo urbanístico de la ciudad, este es un llamado para que se revisen los diseños de cada obra”, indicó Villalobos Brochel.
¿El Vivero Municipal?
El actual Vivero Municipal de Valledupar tiene sus terrenos ocupados por lujosas casas de campo y otros en cambuches. A pesar de que la Contraloría Municipal de Valledupar hizo control de advertencia al exalcalde Fredys Socarrás Reales por este hecho, debido a que tras una inspección en el sitio, encontró que existen áreas invadidas por particulares, la administración anterior y esta no tienen claro el futuro del predio que adquirió bajo la escritura 1.086 del 30 de diciembre de 1985.
Este es un lote de 10 hectáreas, ubicado en la carrera 4 entre calles 17 y 18 de Valledupar, donde realizarían actividades productivas y ambientalmente sostenibles, relacionadas con el tema agropecuario.
El jefe de la Oficina Asesora de Planeación Municipal, Aníbal Quiroz Monsalvo, explicó que la administración de Augusto Ramírez Uhía tiene la idea de recuperar el Vivero Municipal y otro predio como es la laguna de oxidación El Tarullal, situada en la parte trasera del barrio Amaneceres del Valle.
“En esas 40 hectáreas de la antigua laguna El Tarullal tenemos pensado construir el Vivero Municipal para ayudar al cambio del 33 % de los árboles que tiene problemas hoy en Valledupar, porque necesitamos que la ciudad sea la primera en el mundo en capturar el CO2 que produce”, indicó Quiroz Monsalvo.
Proyecto de siembra
El Plan de Arbolado arrojó que se necesita la siembra de 70.000 árboles, que lograrían reducir en 92 % de emisiones del dióxido de carbono (CO2).
Ante este hecho el gobernador del Cesar, Francisco Ovalle Angarita, anunció el aporte de 35.000 árboles, es decir, el 50 % de los que se necesitan para cumplir con las metas de la USAID.
“Para trabajar de manera articulada con la Alcaldía de Valledupar y Corpocesar, dispongo de 35.000 árboles, que sembraría en tres años; el 10 % este año, un 15 % en 2018 y el restante en 2019. Es nuestra meta para seguir aportando al medio ambiente y contrarrestar los efectos del cambio climático”, declaró Ovalle Angarita.
Beneficios del arbolado urbano
*Regulación de temperatura
* Reducción del consumo de energía
* Mejoramiento de la calidad del aire
* Absorción y secuestro de dióxido de carbono(CO2) o Regulación de inundaciones
* Atenuación de ruido de la ciudad
* Reducción de niveles de criminalidad y violencia
* Aumenta el bienestar y la salud
* Aumenta el valor de la finca raíz
* Provee hábitat para la fauna
Existen 30 grupos y organizaciones en la ciudad, 10 entidades públicas y 13 empresas que activamente cuidan el medio ambiente en la ciudad.
La ejecución del Plan de Manejo de Arbolado Urbano tiene un valor de 1.510 millones de pesos, con base en las estrategias planteadas por el Servicio Forestal de Estados Unidos y el Programa de Desarrollo Resiliente Bajo en Carbono de la USAID.
Según el diagnóstico de los árboles en la capital del Cesar, esta ciudad tiene 70.000 árboles, de los cuales entre el 40 % y 70 % se encuentran está afectado por plagas y enfermedades.
Por Carlos Mario Jiménez
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