Uno escucha y lee por todo el país que los corruptos tienen sometido a Colombia. Los partidos políticos tienen mucho que ver con ese desmoronamiento de nuestra democracia y con el inmensurable daño que han provocado en nuestra vida republicana. No voy a referirme hoy a tantas desidias, por temor a equivocarme, por el respeto […]
Uno escucha y lee por todo el país que los corruptos tienen sometido a Colombia.
Los partidos políticos tienen mucho que ver con ese desmoronamiento de nuestra democracia y con el inmensurable daño que han provocado en nuestra vida republicana. No voy a referirme hoy a tantas desidias, por temor a equivocarme, por el respeto y admiración que les tengo a los historiadores.
Los partidos políticos tradicionales Liberal y Conservador tienen que ver con ese derrumbe. Aquel Frente Nacional hecho a la medida de liberales y conservadores para alternar el poder presidencial (1958-1974), fue un mal ejemplo de los políticos. De allá para acá, no hay frutos para recoger, todo es corrupción (políticos) y subversión (guerrilla y paramilitares). Estos tres conglomerados están intrínsecamente ligados del mismo mal, a su manera –claro.
Ayer fue Carlos Lleras Restrepo quien, con su voz autoritaria y desmedida, logró burlar la autoridad constitucional y en menos de 10 horas –todo mundo lo afirma- puso como Presidente a Misael Pastrana Borrero. Hoy se conoce que es el fraude electoral más dictatorial ocurrido en el país. El general Gustavo Rojas Pinilla, a quien le “raparon” la presidencia aquella noche fatídica para la democracia, se quedó incólume y la historia ha demostrado que él fue tan culpable de esa maniobra tan corrupta como el presidente Lleras y sus acólitos de la patria.
Todos esos signos de corrupción y otros que antecedieron, han puesto a que la sociedad comparta con un Congreso que dilapida los recursos, con funcionarios que les importa un bledo hacer un parque por $ 10 mil millones cuando verdaderamente cuesta $ 500 millones.
El país está en desgracia. Ya no cabe el cuento demagogo de los liberales y conservadores ni mucho menos el juego del gato y el ratón de los nuevos partidos político. Aquí lo que impera es quién roba más, quién pone más o quién toma todo. Uno no entiende, o al menos yo no entiendo como un candidato al Senado se gasta 20 mil millones de pesos en la campaña para llegar al Congreso.
Hemos llegado al extremo que no se necesitan perfiles para ocupar cargos por elección popular, cualquier embaucador (a) analfabeta que tenga una maquinaria en su región sale electo al Congreso. Es que para ser Presidente, Congresista, Gobernador, Alcalde o Concejal no se necesita ningún requisito ni mucho menos un título, solo tener la plata.
Hoy podría citar aquí cientos de ejemplos de muchos ignaros que han llegado a la política solo a conjugar el verbo robar, todos sabemos quiénes son y de ellos hay muchos aspirando a reelegirse el próximo 11 de marzo.
Uno se escandaliza cada día en el país por las cifras tan exorbitantes de corrupción. Son cientos los políticos condenados, otros están siendo procesados y otros irán próximamente a la cárcel. Aquí no hay que citar nombres, todos los conocemos y sabemos de dónde provienen.
Un solo ejemplo muestra la realidad del país, publicado en El Tiempo: “Por considerar que él y su empresa fueron víctimas de persecución mediática y legal, Miguel Nule Velilla, condenado a 19 años y 5 meses en el escándalo del “carrusel de la contratación” en Bogotá, demandó a la Fiscalía y al Estado por $ 1,5 billones. Según lo reveló el periódico El Tiempo, esa es la cuantía de los daños morales y materiales estimados por Miguel Nule, quien ahora tiene casa por cárcel desde mayo de 2016, por recomendación del Instituto Colombiano de Medicina Legal”, el ratón se comerá al gato. Hasta la próxima semana, feliz año a todos.
[email protected]
@tiochiro.
Uno escucha y lee por todo el país que los corruptos tienen sometido a Colombia. Los partidos políticos tienen mucho que ver con ese desmoronamiento de nuestra democracia y con el inmensurable daño que han provocado en nuestra vida republicana. No voy a referirme hoy a tantas desidias, por temor a equivocarme, por el respeto […]
Uno escucha y lee por todo el país que los corruptos tienen sometido a Colombia.
Los partidos políticos tienen mucho que ver con ese desmoronamiento de nuestra democracia y con el inmensurable daño que han provocado en nuestra vida republicana. No voy a referirme hoy a tantas desidias, por temor a equivocarme, por el respeto y admiración que les tengo a los historiadores.
Los partidos políticos tradicionales Liberal y Conservador tienen que ver con ese derrumbe. Aquel Frente Nacional hecho a la medida de liberales y conservadores para alternar el poder presidencial (1958-1974), fue un mal ejemplo de los políticos. De allá para acá, no hay frutos para recoger, todo es corrupción (políticos) y subversión (guerrilla y paramilitares). Estos tres conglomerados están intrínsecamente ligados del mismo mal, a su manera –claro.
Ayer fue Carlos Lleras Restrepo quien, con su voz autoritaria y desmedida, logró burlar la autoridad constitucional y en menos de 10 horas –todo mundo lo afirma- puso como Presidente a Misael Pastrana Borrero. Hoy se conoce que es el fraude electoral más dictatorial ocurrido en el país. El general Gustavo Rojas Pinilla, a quien le “raparon” la presidencia aquella noche fatídica para la democracia, se quedó incólume y la historia ha demostrado que él fue tan culpable de esa maniobra tan corrupta como el presidente Lleras y sus acólitos de la patria.
Todos esos signos de corrupción y otros que antecedieron, han puesto a que la sociedad comparta con un Congreso que dilapida los recursos, con funcionarios que les importa un bledo hacer un parque por $ 10 mil millones cuando verdaderamente cuesta $ 500 millones.
El país está en desgracia. Ya no cabe el cuento demagogo de los liberales y conservadores ni mucho menos el juego del gato y el ratón de los nuevos partidos político. Aquí lo que impera es quién roba más, quién pone más o quién toma todo. Uno no entiende, o al menos yo no entiendo como un candidato al Senado se gasta 20 mil millones de pesos en la campaña para llegar al Congreso.
Hemos llegado al extremo que no se necesitan perfiles para ocupar cargos por elección popular, cualquier embaucador (a) analfabeta que tenga una maquinaria en su región sale electo al Congreso. Es que para ser Presidente, Congresista, Gobernador, Alcalde o Concejal no se necesita ningún requisito ni mucho menos un título, solo tener la plata.
Hoy podría citar aquí cientos de ejemplos de muchos ignaros que han llegado a la política solo a conjugar el verbo robar, todos sabemos quiénes son y de ellos hay muchos aspirando a reelegirse el próximo 11 de marzo.
Uno se escandaliza cada día en el país por las cifras tan exorbitantes de corrupción. Son cientos los políticos condenados, otros están siendo procesados y otros irán próximamente a la cárcel. Aquí no hay que citar nombres, todos los conocemos y sabemos de dónde provienen.
Un solo ejemplo muestra la realidad del país, publicado en El Tiempo: “Por considerar que él y su empresa fueron víctimas de persecución mediática y legal, Miguel Nule Velilla, condenado a 19 años y 5 meses en el escándalo del “carrusel de la contratación” en Bogotá, demandó a la Fiscalía y al Estado por $ 1,5 billones. Según lo reveló el periódico El Tiempo, esa es la cuantía de los daños morales y materiales estimados por Miguel Nule, quien ahora tiene casa por cárcel desde mayo de 2016, por recomendación del Instituto Colombiano de Medicina Legal”, el ratón se comerá al gato. Hasta la próxima semana, feliz año a todos.
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@tiochiro.