En las calles de la ‘Ciudad de los Santos Reyes’ los monumentos, las glorietas, los parques y los barrios coloniales esconden historias y atractivos turísticos que cautivan a visitantes por su belleza y arquitectura.
El turismo que atrae a miles de visitantes a Valledupar refleja las virtudes de la capital del Cesar. Diferentes lugares como la plaza Alfonso López, el Centro Histórico, el Balneario Hurtado, el parque La Provincia, entre otros sitios, le brindan a los turistas y locales una experiencia rica en historia, folclor y la cultura representativa de la ‘Ciudad Creativa de la Música’.
De acuerdo con Adela Becerra, líder del sector turístico en Valledupar, el territorio cuenta dos tipos de turismo: turismo de naturaleza y cultural, por lo que el territorio cumple con todas las características para ser un ícono turístico de mayor envergadura en el departamento.
Las aguas cristalinas del río Guatapurí y la Escuela Ambiental del Cesar son dos espacios que exponen la naturaleza como atractivo turístico y lugar de esparcimiento para las familias vallenatas.
“Las glorieta de Los Juglares, el Museo del Acordeón, la casa de ‘Mama Vila’, entre otros monumentos ubicados a lo largo de la ciudad hacen parte del turismo cultural. Este tipo de turismo está enfocado en la música vallenata que es uno de los atractivos culturales que nos representan en el país y en el mundo entero”, comentó Becerra.
Agregó que la arquitectura también atrae personas a la ciudad con el propósito de conocer las famosas casas coloniales y las infraestructuras del Centro Histórico, que incluso se remontan al año 1730. Esta característica enriquece y valoriza las edificaciones de esta área y atrae a los visitantes debido a que les produce curiosidad, asombro y admiración que estas construcciones hayan perdurado a través del tiempo.
Valledupar está rodeada por enigmáticas montañas, más de 70.000 árboles en su casco urbano y una fuente hídrica que baña el territorio con aguas cristalinas que han sido inspiración para compositores y cantantes. El río Guatapurí es el atractivo turístico natural representativo de la ‘Ciudad de los Santos Reyes´, según Becerra.
Esta líder del turismo comentó que esta fuente hídrica permite la relación entre el ser humano y la naturaleza, que muchas veces las personas de otras ciudades buscan debido a que carecen de espacios de esparcimiento donde pueden interactuar con el medio ambiente. “Si no te bañaste en el río Guatapurí, no fuiste a Valledupar”, comentan los turistas
Del río destacan el Balneario Hurtado y la mitológica sirena dorada (obra del maestro Jorge Mestre, figura mítica que reposa sobre una roca a la orilla del río Guatapurí), dos espacios ideales para admirar las maravillas naturales que se enlazaron con leyendas, cantos vallenatos y se arraigaron en la cultura.
La Escuela Ambiental del Cesar, ubicada a orillas del río Guatapurí, es otro sitio mágico al alcance de locales y turistas para vivir, en aproximadamente tres hectáreas de vegetación de un bosque seco tropical, una experiencia única, rodeados de flora y fauna que permiten la conexión de las personas con la naturaleza.
El casco urbano de Valledupar está lleno de glorietas que narran la historia de la ciudad y evocan la cultura del vallenato. Segúnla coordinadora de Turismo municipal, Luisa Orozco, en la ciudad hay muchos lugares turísticos culturales, entre estos están el Museo del Acordeón, el Museo del Compositor, ‘El Cuartico’ y ‘Calle Grande’ que cuentan la historia musical del vallenato y las raíces de la ciudad.
El Museo del Acordeón es la casa de Alberto ‘Beto’ Murgas, en el barrio San Joaquín. Desde 1982 este juglar contemporáneo comenzó a coleccionar acordeones hasta completar 20 ejemplares diferentes que actualmente son un tesoro musical invaluable.
Así mismo, en el barrio San Joaquín está ubicado ‘El Cuartico’, una casa de bahareque construida en 1966 por el campesino José Benito Jiménez y su esposa Bernarda Zuleta. En esta residencia hay elementos tradicionales de la época, como mecedoras originarias de Mompox, un equipo de sonido de 1975, una lámpara de petróleo de 1920, un baúl de madera, abanicos de paja, una cama de hierro, entre otros utensilios del hogar. Esta “máquina del tiempo” transporta a los visitantes y locales a lo que era el vivir en Valledupar en los años 60.
Otro espacio rebosante de cultura e historia es la ‘Calle Grande’, hoy conocida como calle 16, la cual fue construida al costado sur de la plaza central de la ciudad cuando se fundó la ciudad en el año 1550.
Importante resaltar, también, la tendencia de dibujar murales en zonas estratégicas de la ciudad, relacionados con el folclor y la historia local, los cuales se han convertido en atractivos turísticos.
Por: Namieh Baute Barrios / EL PILÓN.
En las calles de la ‘Ciudad de los Santos Reyes’ los monumentos, las glorietas, los parques y los barrios coloniales esconden historias y atractivos turísticos que cautivan a visitantes por su belleza y arquitectura.
El turismo que atrae a miles de visitantes a Valledupar refleja las virtudes de la capital del Cesar. Diferentes lugares como la plaza Alfonso López, el Centro Histórico, el Balneario Hurtado, el parque La Provincia, entre otros sitios, le brindan a los turistas y locales una experiencia rica en historia, folclor y la cultura representativa de la ‘Ciudad Creativa de la Música’.
De acuerdo con Adela Becerra, líder del sector turístico en Valledupar, el territorio cuenta dos tipos de turismo: turismo de naturaleza y cultural, por lo que el territorio cumple con todas las características para ser un ícono turístico de mayor envergadura en el departamento.
Las aguas cristalinas del río Guatapurí y la Escuela Ambiental del Cesar son dos espacios que exponen la naturaleza como atractivo turístico y lugar de esparcimiento para las familias vallenatas.
“Las glorieta de Los Juglares, el Museo del Acordeón, la casa de ‘Mama Vila’, entre otros monumentos ubicados a lo largo de la ciudad hacen parte del turismo cultural. Este tipo de turismo está enfocado en la música vallenata que es uno de los atractivos culturales que nos representan en el país y en el mundo entero”, comentó Becerra.
Agregó que la arquitectura también atrae personas a la ciudad con el propósito de conocer las famosas casas coloniales y las infraestructuras del Centro Histórico, que incluso se remontan al año 1730. Esta característica enriquece y valoriza las edificaciones de esta área y atrae a los visitantes debido a que les produce curiosidad, asombro y admiración que estas construcciones hayan perdurado a través del tiempo.
Valledupar está rodeada por enigmáticas montañas, más de 70.000 árboles en su casco urbano y una fuente hídrica que baña el territorio con aguas cristalinas que han sido inspiración para compositores y cantantes. El río Guatapurí es el atractivo turístico natural representativo de la ‘Ciudad de los Santos Reyes´, según Becerra.
Esta líder del turismo comentó que esta fuente hídrica permite la relación entre el ser humano y la naturaleza, que muchas veces las personas de otras ciudades buscan debido a que carecen de espacios de esparcimiento donde pueden interactuar con el medio ambiente. “Si no te bañaste en el río Guatapurí, no fuiste a Valledupar”, comentan los turistas
Del río destacan el Balneario Hurtado y la mitológica sirena dorada (obra del maestro Jorge Mestre, figura mítica que reposa sobre una roca a la orilla del río Guatapurí), dos espacios ideales para admirar las maravillas naturales que se enlazaron con leyendas, cantos vallenatos y se arraigaron en la cultura.
La Escuela Ambiental del Cesar, ubicada a orillas del río Guatapurí, es otro sitio mágico al alcance de locales y turistas para vivir, en aproximadamente tres hectáreas de vegetación de un bosque seco tropical, una experiencia única, rodeados de flora y fauna que permiten la conexión de las personas con la naturaleza.
El casco urbano de Valledupar está lleno de glorietas que narran la historia de la ciudad y evocan la cultura del vallenato. Segúnla coordinadora de Turismo municipal, Luisa Orozco, en la ciudad hay muchos lugares turísticos culturales, entre estos están el Museo del Acordeón, el Museo del Compositor, ‘El Cuartico’ y ‘Calle Grande’ que cuentan la historia musical del vallenato y las raíces de la ciudad.
El Museo del Acordeón es la casa de Alberto ‘Beto’ Murgas, en el barrio San Joaquín. Desde 1982 este juglar contemporáneo comenzó a coleccionar acordeones hasta completar 20 ejemplares diferentes que actualmente son un tesoro musical invaluable.
Así mismo, en el barrio San Joaquín está ubicado ‘El Cuartico’, una casa de bahareque construida en 1966 por el campesino José Benito Jiménez y su esposa Bernarda Zuleta. En esta residencia hay elementos tradicionales de la época, como mecedoras originarias de Mompox, un equipo de sonido de 1975, una lámpara de petróleo de 1920, un baúl de madera, abanicos de paja, una cama de hierro, entre otros utensilios del hogar. Esta “máquina del tiempo” transporta a los visitantes y locales a lo que era el vivir en Valledupar en los años 60.
Otro espacio rebosante de cultura e historia es la ‘Calle Grande’, hoy conocida como calle 16, la cual fue construida al costado sur de la plaza central de la ciudad cuando se fundó la ciudad en el año 1550.
Importante resaltar, también, la tendencia de dibujar murales en zonas estratégicas de la ciudad, relacionados con el folclor y la historia local, los cuales se han convertido en atractivos turísticos.
Por: Namieh Baute Barrios / EL PILÓN.