Cuando ahora no corren notas de acordeón, sino ríos de tristeza y añoranzas, se pone de presente al acordeonero que tenía la particularidad de sentar cátedra cuando una voz lo llamaba a prestar el servicio musical.
Desde los primeros discos, la expresión “los bajos de Miguel López”, en la voz de Oñate, se convirtió en un estribillo de todos los admiradores de Los Hermanos López. Sin embargo, tenía un doble sentido.
Miguel López tenía casi 80 años de estar tocando acordeón. Aprendió a los siete años con un acordeón de su papá Pablo Rafael López Gutiérrez, era un acordeón “guacamayo”, su primera grabación fue en 1968, con Jorge Oñate. Ayer falleció en Valledupar.
EL PILÓN conoció que las exequias del rey del Festival de la Leyenda Vallenata en 1972 tendrán como epicentro el municipio pacífico en medio de homenajes.
El acordeonero murió a los 85 años de edad, en el Instituto Cardiovascular de Valledupar, luego de recaer con sus quebrantos de salud que lo afectaban desde el pasado mes de agosto con una fuerte bronconeumonía.
Augusto Carlos ‘Tuto’ López Barrios volverá dentro de varios años para presentarse en la categoría profesional del Festival Vallenato a buscar una nueva corona para su dinastía.