EDITORIAL

Una deuda animal

En Valledupar el mes de noviembre ha pasado desapercibido como el periodo escogido por muchas organizaciones para la adopción de mascotas, una iniciativa que propende por buscarles un hogar a esos animales que terminan abandonados o recluidos en centros de atención y que requieren del calor humano.

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En Valledupar el mes de noviembre ha pasado desapercibido como el periodo escogido por muchas organizaciones para la adopción de mascotas, una iniciativa que propende por buscarles un hogar a esos animales que terminan abandonados o recluidos en centros de atención y que requieren del calor humano.

Tal vez en la capital vallenata faltó un poco más de promoción del tema relacionado con el mes de la adopción de mascotas y eso podría haber incidido para que muchas familias no se interesaran sobre ese particular. No obstante, el asunto no pierde vigencia y cualquier fecha es válida para acoger en el hogar a esos animales sedientos de atención y cariño.

Al respecto, el periódico capitalino El Tiempo publicó un informe con datos interesantes sobre la importancia de la adopción de mascotas y el conocimiento previo que se debe tener al momento de tomar la decisión de hacerlo.

Consideramos importante rescatar apartes de ese documental para que se tenga en cuenta en Valledupar en razón a que, en esta ciudad, en cada barrio, también se siente el amor por los animales y en donde no son pocos los hogares que han encontrado en un perro o en un gato a un miembro más de la familia, pero hace falta mayor información u orientación.

Es evidente que, en Valledupar al igual que en otras ciudades o regiones, todavía se desconocen muchos aspectos claves para la adopción de animales, tales como las edades y condiciones naturales de cada animal o mascota. “La preferencia casi automática por los cachorros, tiernos pero impredecibles, deja a los perros mayores de seis años y a los gatos mayores de ocho en una suerte de limbo afectivo”, se lee en el informe, al tiempo que explica las ventajas de animales adultos y que por desconocimiento no son tenidas en cuenta al momento de la adopción.

Se hace alusión a los mitos de creer que una mascota adulta significa enfermedad, dependencia o problemas de comportamiento. “Pero la verdad es otra: los animales sénior son, en gran medida, los compañeros más estables, nobles y agradecidos que una familia puede recibir”.

Otra ventaja que se destaca de los animales adultos es que ya se sabe quiénes son, porque su personalidad está definida, su energía es predecible y sus rutinas están establecidas. Ellos ya entienden horarios, saben dónde hacer sus necesidades y “pueden ser una bendición”.

Los conocedores del tema consideran que adoptar un animal adulto “no solo cambia la vida de quien llega al hogar: libera un espacio indispensable en los refugios locales, que hoy están al borde del colapso. Cada perro o gato adulto que encuentra una familia abre la puerta para que otro animal abandonado reciba atención, comida y la oportunidad de sobrevivir”.

Por eso, no importa que ya se esté acabando el mes de noviembre para entender que una mascota adulta o cachorra puede brindar tantos años de compañía como lo permite el amor y el cuidado responsable de los humanos de cada hogar.

Para que una adopción sea exitosa se requiere asesoría, honestidad, visitas previas y conocer bien el refugio o fundación donde se hará el proceso. Informarse bien es una parte indispensable del compromiso que se está adquiriendo en un proceso adoptivo.

Una persona o jefe de familia, al momento de pensar en una adopción debe preguntarse: ¿cuánto tiempo se tiene?, ¿qué tipo de energía puede manejar la familia?, ¿cuál es el presupuesto para su bienestar? “Cuando estas preguntas se responden con responsabilidad, el emparejamiento entre humano y animal se vuelve más natural, más armónico y más justo”.

Ojalá Valledupar se dé la oportunidad de mirar hacia esos animales que esperan atentos, desde los refugios.

Adoptar un animal no solo transforma la vida del animal. También transforma la de los miembros del hogar que lo hacen posible. Que este mensaje cale en la comunidad para adoptar y llevar a casa a tantos animales de calle, ya que no podemos esperar que, probablemente sin amor y convicción, y sin albergue, lo hagan nuestras autoridades.

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