EDITORIAL

Quejas contra las EPS ya no sorprenden, pero aumentan la impotencia ciudadana

El reporte que acaba de suministrar la Defensoría del Pueblo, sobre quejas contra las EPS en Valledupar, es claro que ya no sorprende a nadie, eso se ha vuelto una constante. Sin embargo, es una situación que cada día aumenta el grado de indignación e impotencia en los usuarios y a eso sí hay que prestarle atención antes de que vaya a ser demasiado tarde.

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El reporte que acaba de suministrar la Defensoría del Pueblo, sobre quejas contra las EPS en Valledupar, es claro que ya no sorprende a nadie, eso se ha vuelto una constante. Sin embargo, es una situación que cada día aumenta el grado de indignación e impotencia en los usuarios y a eso sí hay que prestarle atención antes de que vaya a ser demasiado tarde.

Se reportó que en el departamento del Cesar “la tasa de quejas para las EPS Sanitas alcanzó 411,12 por cada 2.000 afiliados, con 3.490 PQR para 84.891 afiliados hasta agosto de 2025; para Famisanar la tasa fue 263,53 con 986 PQR para 37.425 afiliados; y para Salud Total 225,15 con 4.705 PQR para 208.971 afiliados”, cifras que han sido publicadas por EL PILÓN.

Sin pecar de alarmistas, lo que pasa en Valledupar y el Cesar, al igual que en todo Colombia, es una evidencia de que el sistema de salud está a punto de colapsar. En el caso de Valledupar, las cifras de quejas contra las EPS ya superan las 8.000, todas por mala prestación del servicio, que además vulnera los derechos a la salud que tiene la gente.

El mundo de quejas que describe la Defensoría del Pueblo en Valledupar es el mismo de siempre, no se entregan citas a tiempo, falta de medicamentos, demasiada tramitología para las autorizaciones de exámenes y tecnologías deficientes para atender las necesidades de información de los usuarios.

Son fallas puntuales frente a las cuales las EPS no tienen capacidad de respuesta, donde lo que debería ser un derecho fundamental, como es la salud, se transforma en un angustioso proceso que termina complicando el estado de salud de cada paciente que se ve sometido a los actuales y paquidérmicos procedimientos de clínicas, hospitales y de todo lo que se deriva del servicio médico.

Y si eso ocurre en la capital, en el área urbana de Valledupar, qué se podría esperar en los corregimientos y veredas del Cesar. Las zonas rurales, las comunidades étnicas y los municipios periféricos como muchos de los del departamento, sufren más las barreras de acceso a la salud.

Lo más triste es que, pese a que se conocen las causas y consecuencias del problema, por el momento no se vislumbra una solución en el corto y mediano plazo. Sabemos que el origen del mal es financiero y de gestión, que ha desencadenado en un modelo estructural defectuoso por el que nadie responde pese a acciones de organismos como la Defensoría del Pueblo, entre otros. El mal sigue creciendo.

Es doloroso ese escenario en el que muchos pacientes mueren esperando una cita, un tratamiento, un medicamento y una llamada que, en muchos casos, cuando llega la recibe es el doliente o acompañante, porque el enfermo ya murió.

¿Qué se puede hacer ante tamaño problema? Esa es la gran pregunta con muy difícil respuesta. Lo único cierto es que detrás de esas estadísticas que muestra la Defensoría del Pueblo están personas, niños que no consiguen su vacuna a tiempo, ancianos que esperan meses para una cita de control y que no reciben sus medicamentos, mujeres embarazadas que no pueden acceder a la tecnología necesaria, ciudadanos que tienen que viajar largas distancias para una consulta que debería estar más cerca, mientras el tiempo corre en su contra.

Por lo pronto lo que no se puede es cruzar los brazos, hay que persistir en la visibilización del problema y exigirles a las autoridades locales, departamentales y nacional que por lo menos fortalezcan los mecanismos de supervisión y con base en ello sancionen incumplimientos.

El Congreso de Turismo de Experiencias

Se ha venido celebrando el II Congreso de Turismo de Experiencias, una iniciativa de Fenalco y la Alcaldía de Valledupar, merecedora de aplausos, con buenas conferencias testimoniales de personas reconocidas, escuchadas por nutridos visitantes nacionales. Sería clave que esos ejercicios dejen una capacidad instalada en las aún débiles dedicación, formación y emprendimiento de los cesarenses en el sector turismo.

Temas tratados
  • Defensoría del Pueblo
  • Quejas EPS
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