EDITORIAL

En el muro de las lamentaciones, sin poder evitarlo

Como nos duele tener que seguir informando sobre noticias dolorosas, otra vez la tragedia y en circunstancias muy repetitivas. En esta ocasión, la vía rural entre Caracolí y Los Venados, jurisdicción de Valledupar, se convirtió en escenario de muerte en el marco de esta Navidad 2025.

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Como nos duele tener que seguir informando sobre noticias dolorosas, otra vez la tragedia y en circunstancias muy repetitivas. En esta ocasión, la vía rural entre Caracolí y Los Venados, jurisdicción de Valledupar, se convirtió en escenario de muerte en el marco de esta Navidad 2025.

Se apagaron tres vidas, mientras que una mujer se debate entre la vida y la muerte como consecuencia de un nuevo accidente de motocicletas en el territorio en plena carretera , ocurrido precisamente en una fecha que debería ser de celebración y no de lamentaciones.

Y lo triste es que no se trata de nada nuevo, nada distinto, sino de la confirmación dolorosa de que seguimos caminando, como sociedad, hacia el mismo abismo por no acatar las reiterativas recomendaciones para celebrar en paz y libre de riesgos las fiestas decembrinas.

Lo decimos porque desde EL PILÓN hemos insistido hasta el cansancio. Editoriales, campañas pedagógicas, llamados a la prudencia, advertencias sobre el exceso de velocidad, la conducción bajo efectos del alcohol, en horas inadecuadas, la falta de casco y el irrespeto por las normas de tránsito. Todo ha sido dicho. Todo ha sido advertido. Sin embargo, la realidad es que los resultados siguen siendo trágicos.

Nos frustra mucho pensar que de nada o poco han servido las campañas y los contantes llamados que hacemos. Seguimos contando muertos y llenando páginas con nombres que no debieron estar allí. Pero esa es la triste noticia post celebración de la Navidad.

Duele decirlo, las vías públicas continúan siendo tierra de nadie. Curvas sin señalización adecuada, controles intermitentes, ausencia de cultura vial y una peligrosa normalización del riesgo. Se conduce como si la vida fuera desechable, como si el accidente fuera un destino inevitable y no la consecuencia directa de decisiones irresponsables, individuales y colectivas. La mayoría de las acciones con desenlaces muy dolorosos.

En medio de todo esto es necesario advertir que no toda la responsabilidad recae en los conductores. Las autoridades también deben mirarse al espejo. La reacción suele llegar tarde, cuando los cuerpos aún yacen sobre el asfalto y los familiares, en medio del dolor, deben cubrirlos mientras esperan procedimientos que nunca deberían comenzar así. Falta prevención real, presencia constante, inversión en infraestructura y voluntad para romper ese ciclo vicioso y de terror en las vías públicas.

Algo más grave aún es que cada tragedia pareciera olvidarse con la siguiente. Se llora hoy, se protesta mañana y pasado mañana todo sigue igual. Volvemos, como siempre, al muro de las lamentaciones, donde solo reaccionamos cuando la muerte nos toca la puerta, y de qué manera a muchas familias de nuestra región.

Con este editorial no buscamos sumar morbo ni repetir cifras, lo que pretendemos es sacudir conciencias. Porque mientras no entendamos que la seguridad vial es un asunto de vida o muerte y no una simple recomendación, muy seguramente seguiremos escribiendo estas líneas una y otra vez. Y Valledupar seguirá perdiendo hijos, amigos y trabajadores en carreteras que claman por responsabilidad, control y respeto por la vida. Una triste y dolorosa realidad que tenemos al frente y creemos que son cosas que solo le suceden a los demás y no a nosotros mismos o a cualquiera de los miembros de nuestras familias, de los grupos de amigos cercanos, compañeros de labores o de nuestro barrio o comunidad.

Es un tema que nos involucra a todos, pero son pocos los que le prestan la atención debida a un asunto de vida o muerte. Esperemos que esas dolorosas muertes de este diciembre permitan replantear tanta irresponsabilidad por parte de un gran sector de nuestra sociedad y que las autoridades competentes también hagan lo mismo.

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