Como muchos de los lectores ya conocen de mi aspiración a la rectoría de la Universidad Popular del Cesar en el proceso electoral que se avecina, pero además, saben sobre mi lucha incansable por medio siglo en la defensa de nuestro folclor vallenato, una cosa no se tiene necesariamente que desligar de la otra y es por eso que, de llegar a ser rector de la UPC, no dejaré de defender las bases de la mayor riqueza de nuestra región. Su cultura.
Hace apenas unos días se conmemoraron los primeros 10 años de la inclusión por la UNESCO de la música vallenata tradicional de la región del Magdalena Grande en la lista de Salvaguardia Urgente del Patrimonio Cultural Inmaterial. Pero ya el gobierno colombiano había tomado medidas adoptando el Plan Especial de Salvaguardia (PES) de la música vallenata tradicional del Caribe colombiano en la Resolución 1321 de 2014.
El mismo PES señala a la Universidad Popular del Cesar como una institución clave e importante en iniciativas de formación, investigación e incluso difusión de la música vallenata tradicional, al lado de los ministerios de Cultura y Educación y de las autoridades locales de la región, léase gobernaciones y alcaldías. Es decir, la UPC no puede ser una convidada de piedra en este proceso, debe ser una actora estratégica y fundamental.
La academia y, en concreto, nuestra alma mater ya ha dejado la apatía y se ha acercado, aunque a mi juicio tímidamente, a ejecutar ese papel de actor principal y cerrar esa brecha, con su facultad de Artes y el programa de música; no obstante, pienso que es mucho lo que falta y lo que se puede hacer desde la universidad para convertirla en guardiana de nuestra cultura ancestral y folclor vallenato.
Han sido los festivales vallenatos de decenas de municipios y algunos investigadores, entre los cuales me cuento, quienes hemos asumido casi en solitario la tarea de defensa y preservación del vallenato clásico, pero ya es hora de que la UPC, con su facultad de Artes, se decida a destapar sus cartas y aceptar su papel de generar conciencia en los jóvenes sobre la importancia de mantener vivas las tradiciones del folclor vallenato.
Siempre me hago estos cuestionamientos: ¿La UPC enseña música tradicional vallenata que la UNESCO quiere proteger? ¿La UPC ha vinculado a algunos juglares vallenatos para que compartan sus conocimientos y sirvan de maestros de los semilleros? ¿La UPC llega con sus programas de música a los demás municipios del Cesar y sur de La Guajira? ¿La UPC ha realizado convenios internacionales que canalicen recursos de gobiernos extranjeros y ONG culturales dispuestas a atender la declaratoria de la UNESCO?
Por todo eso, si llego a la rectoría de la Universidad Popular del Cesar asumiremos el reto de emprender acciones más audaces en defensa de nuestra cultura, tales como: fortalecer las líneas de investigación del vallenato, de manera transversal con otras facultades y programas; visibilizar los artistas vallenatos que estudian y trabajan en la universidad; la universidad debe ir a los corregimientos y veredas donde están nuestros juglares y vincularlos para que compartan sus saberes; la universidad debe hacer presencia permanente en el Centro Cultural y de Convenciones de la Música Vallenata; fortalecer las líneas de investigación del vallenato, de manera transversal con otras facultades y programas; visibilizar los artistas vallenatos que estudian y trabajan en la universidad.
La universidad debe ir a los corregimientos y veredas donde están nuestros juglares y vincularlos para que compartan sus saberes. La universidad debe hacer presencia permanente en el Centro Cultural y de Convenciones de la Música Vallenata.
Colofón: El reto está planteado. La pregunta ya no es qué puede hacer la UNESCO y el PES por el vallenato, sino qué está dispuesta a hacer la Universidad Popular del Cesar para que esa música, reconocida como patrimonio cultural inmaterial, siga siendo, sobre todo, patrimonio vivo de su propia gente.
Por: Jorge Naín Ruiz Ditta.
