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Proyectos reales vs. terminología técnica difusiva

En el evento local, además de satisfacción, experimenté cierta inconformidad y decepción al intercambiar ideas con algunos participantes que hacían parte del grupo en el cual decidí participar, grupo conformado por técnicos, tecnólogos y personal vinculado al sector académico y estatal.

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Recientemente he asistido a dos eventos supremamente interesantes: “La Cumbre Mundial de Productos Lácteos, convocado por la Federación Internacional de Lechería y realizado en Santiago de Chile, instancia en la cual se nos presentó por parte de panelistas destacados y sobresalientes, soportados con cifras y con la participación de más de 1.080 participantes provenientes de 44 países, la realidad actual del sector lácteo a nivel mundial y en un espacio de diálogo y reflexión, “Elites y Desarrollo Empresarial en el Cesar 1960-2025”, evento realizado en Valledupar y convocado por el Centro de Estudios Socioeconómicos y Regionales “CESORE”.

En estas instancias participativas experimenté satisfacción al conocer la situación actual del sector lácteo mundial, las experiencias y el desarrollo tecnológico de esta actividad en diferentes continentes y las posibilidades de crecimiento y participación en diversos mercados con los excedentes de leche que nuestros ganaderos, mayoritariamente pequeños y sin mayores procesos técnicos, producen. También experimenté satisfacción al conocer de primera mano la información presentada de manera comparativa sobre el desarrollo del Cesar frente a Antioquia en los últimos 65 años, información en la que figura el sector ganadero regional en varias etapas del desarrollo de nuestra región.

En el evento local, además de satisfacción, experimenté cierta inconformidad y decepción al intercambiar ideas con algunos participantes que hacían parte del grupo en el cual decidí participar, grupo conformado por técnicos, tecnólogos y personal vinculado al sector académico y estatal.

Como buen soñador, y gracias al conocimiento que tengo del sector ganadero, el cual ha sido mi mayor experiencia de vida, propuse una idea, de las muchas que tenemos en nuestra región, para analizarla e intentar avanzar en la posibilidad de un proyecto de desarrollo ganadero que beneficie a esos productores pequeños y medianos que representan más del 94 % de las personas que ejercen esta actividad en el Departamento del Cesar.  A esta idea la titulé “Centro de Desarrollo Ganadero”. Inmediatamente fue despreciada, aduciendo, sin conocimiento de los posibles soportes, que si este no era lo mismo que el CDT Ganadero, entidad que prácticamente ha sido un fracaso en su continuidad y aportes significativos al desarrollo rural del departamento, a pesar de la participación oficial en su dirección de algunos de los que en ese momento demeritaban la propuesta y se mofaban. En su participación en este tipo de eventos utilizan un lenguaje con términos muy técnicos y académicos que solo buscan figuración y terminan generando incapacidad para innovar, emprender y liderar el riesgo de definir, gestionar y promover la realización, desde la región, de proyectos de desarrollo que permitan a los pobladores del departamento avanzar, crecer y mejorar la gestión de su actividad económica y sus ingresos, fortaleciendo la economía y los indicadores regionales. En nuestro entorno, el afán es criticar a los demás, justificar la fiebre en la sábana y no el problema en nuestro propio cuerpo.

Existe una excusa permanente para afrontar los retos que nos corresponde asumir: “¿Cómo se financia un proyecto de desarrollo? No hay recursos para tal fin”. Consecuentemente, y tomando como referente el hecho de compararnos siempre con otras regiones que sí han avanzado y se han transformado, mejorando el bienestar de sus habitantes, surge una pregunta: si existen recursos a nivel internacional, recursos oficiales del Gobierno central, recursos departamentales y municipales, recursos del sistema financiero, ¿cómo ha hecho Antioquia para crecer y desarrollarse? ¿Qué ha hecho Barranquilla, como ciudad caribe lejana del centralismo bogotano, para superar las crisis generadas por gobiernos fracasados y liderados por personas con ideologías contrarias al desarrollo y al bienestar público, y convertirse en un centro urbano ejemplo del Caribe y de Colombia? ¿Qué han hecho antioqueños y barranquilleros para lograr ese cambio? Sencillamente, superaron las críticas permanentes y se unieron los sectores público, privado, empresarial, académico y gremial para avanzar del mundo de las ideas a la realidad posible de los proyectos a gestionar y ejecutar.

Lo anteriormente planteado espero no sea tomado como una crítica a una actitud casi generalizada en nuestra región. Aspiro a que sea una invitación a conformar equipos entre los diferentes sectores, con el objetivo de apartarnos de la crítica, del lenguaje evasivo y de tomar ideas para convertirlas en proyectos de desarrollo para el bienestar de la población, aprovechando las ventajas y posibilidades de crecimiento que posee nuestro departamento.

Por: Hernán Araújo Castro.

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