Por iniciativa de varios congresistas norteamericanos, de ideología conservadora, se prohíbe en los Estados de Tennessee, Texas y La Florida, la venta de las obras: “Cien años de soledad” y “El amor en los tiempos del cólera” de nuestro premio Nobel Gabriel García Márquez, por tratar temas relacionados con la identidad, diversidad, raza género y derechos humanos (¡!), situación que forzosamente nos devuelve a épocas de la historia que se consideraban ya superadas, y que tienen que ver con la Europa de los siglos XV al XVIII, donde funge el Santo Oficio de la Inquisición, que, en defensa de la doctrina oficial, censuró y mandó a la hoguera libros considerados heréticos, como es el caso de Martín Lutero, Erasmo Róterdam y Galileo Galilei, este último por defender la teoría heliocéntrica, en abierta contradicción con la teoría geocéntrica defendida a ultranza por la Iglesia.
Cien años de soledad es una obra histórica y política que nos refresca episodios como la ‘Masacre en las Bananeras’ ocurrida en Ciénaga (Magdalena) en 1928 protagonizada por la tristemente célebre transnacional United Fruit Company. Pareciera que la intención de estos congresistas con la censura de estos títulos, es borrar de un plumazo la tragedia sufrida por un pueblo pobre y explotado; por su parte, ‘El amor en los tiempos del cólera’ es una novela con enfoque romántico, humano y costumbrista, donde el autor hace uso del realismo mágico, su impronta literaria.
Pues bien, se censuran las mencionadas obras, creyendo firmemente hacerle daño a Colombia, cuando la realidad, monda y lironda, nos enseña hasta la saciedad que este tipo de vetos lo que producen es el efecto contrario; es decir, la curiosidad se exacerba y se terminan disparando las ventas en el llamado “mercado negro”. Son muchos los ejemplos que confirman el fenómeno: por ejemplo, el libro “Los versos satánicos” de Salman Rhusdie, después de ser censurado por ser considerado blasfemo, convirtió a su desconocido autor en una figura de primer orden en el campo de la literatura. Seguimos con “1984” de George Orwell, de ser prohibido por su contenido político contrario al régimen totalitario de la Unión Soviética, se convirtió en uno de los libros más vendidos en el siglo pasado. Finalizamos con el “Código Da Vinci” de Dan Brown, censurado en algunos países como Líbano y Filipinas, vendió más de 80 millones de copias sin incluir la millonaria adaptación cinematográfica.
Así las cosas, si lo que se pretende es causar un daño a la memoria de nuestro Gabriel García Márquez, muy seguramente el tiro les saldrá por la culata, entre otras cosas, porque no hay nada que justifique el veto impuesto por los congresistas retrógrados, menos en este siglo y mucho menos en un país, que ostenta el rótulo de ser: “la tierra de la libertad”.
La cita de cierre: “Ante la desalentadora explicación, muchos estimaron que habían sido víctimas de un nuevo y aparatoso asunto de gitanos, de modo que optaron por no volver al cine, considerando que ya tenían bastante con sus propias penas para llorar por fingidas desventuras de seres imaginarios”. Obra: Cien años de soledad. Autor: Gabriel García Márquez. Pág. 227.
Por: Darío Arregocés Baute./ darioarregoces2308@hotmail.com





