Los sufijos “anza y bilidad” definen el significado de algunas palabras. “Anza” forma sustantivos femeninos derivados de verbos y pueden indicar acción como venganza y gobernanza, o cualidad como templanza o estado como semejanza. En cambio, “bilidad” forma sustantivos a partir de adjetivos que expresan cualidad o características como gobernabilidad derivada de gobernable. Termina con b, pero tiene sus excepciones como movilidad, civilidad, etc. Hoy no es el día del idioma, pero el diario empleo de estos términos en la jerga política e ideológica amerita hacer algunas precisiones por la sutil adaptación que de ellos se hace. Hace algunos años, se acuñó en Medellín el concepto de “DonBernabilidad”, esto es, la gobernabilidad pactada entre Sergio Fajardo alcalde de la ciudad y el Bloque Cacique Nutibara para bajar las cifras de la violencia que este mantenía con el Bloque Metro, otro grupo paramilitar.
Se entendía así la gobernabilidad como la capacidad de los mandatarios de pactar sus procesos administrativos con fuerzas diferentes a las del constituyente primario, pero sí con la clase política y extrapolítica como en ese momento. El concepto real de gobernabilidad lo he venido sosteniendo y la IA nos colabora con una versión: “Capacidad de un gobierno para ejercer su autoridad de manera efectiva y estable, respondiendo a las demandas de la sociedad. Por su parte, la gobernanza es un concepto más amplio que se refiere a los procesos de toma de decisiones y colaboración entre diversos actores (gobierno, sociedad civil, sector privado) para dirigir una sociedad o una organización, con un enfoque más horizontal. En resumen, la gobernanza es el “cómo” se toman las decisiones, mientras que la gobernabilidad es el “resultado” de esas decisiones”.
Yo agrego, la gobernabilidad es mecánica política y de intereses, se puede pactar con la mafia, pero la gobernanza es un pacto de corazón y solo se puede hacer con el pueblo, pero le temen, se impone la maquiavélica relación entre medios y fines. Por estos días, el presidente Petro está hablando de la gobernanza paramilitar, más debería decir gobernabilidad paramilitar acorde con lo que hemos expuesto. Quizás nunca, bajo ninguna de las formas de gobierno, llámese monarquía, república o imperio, se ha aplicado el concepto de gobernanza, núcleo de la democracia.
En los dos primeros años de su periodo, Petro acudió a la gobernabilidad incluyendo en su gabinete reconocidos alfiles del neoliberalismo con la idea convencional de que así le sería fácil aprobar sus reformas. Mal cálculo político, ingenuidad no fue porque si alguien los conoce es él. Resultado: lo sabotearon y traicionaron. Mientras tanto, millares de quienes lo ayudaron a triunfar gratuitamente quedaron como antes, como si fueran de la oposición. Cosas de la política.
En un medio hostil y poderoso como el nuestro, donde los tres pilares de la democracia se prostituyeron, la gobernanza es difícil. Creo que nuestros indígenas son los únicos que la practican; nuestros hermanos mayores consultan a su pueblo como se hacía en la antigua Grecia, hasta a la naturaleza le consultan, la Mama Pacha es como su mamá y la respetan y cuidan como a una mujer. De estas comunidades es mucho lo que tenemos que aprender, su experiencia acumulada de más de 20.000 años es respetable, pero las subestimamos. “La indiamenta” solo sirve para marchar, dicen algunos.
Por: Luis Napoleón de Armas P.





