Hace 30 años existe la unidad de Salud Mental, en dos oportunidades ocurrió suicidio. Una mujer fue abandonada por su familia.
Este domingo EL PILÓN visitó la unidad de Salud Mental del Hospital Rosario Pumarejo de López para conocer los casos que allí se encuentran, en medio de la Navidad el olor a olvido se percibe desde las afueras de este espacio que alberga los problemas mentales de algunos cesarenses.
Ubicado en un área externa del hospital, una estructura pintada de blanco crema y amarillo mostaza, de aspecto desgastado, con rejas de hierro oxidado, alberga en sus adentros a ciudadanos que en algún momento de su vida el impacto de un hecho, el consumo de alucinógenos u otros problemas los llevaron a estar hoy entre rejas, como si fuera una cárcel.
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A la 1:14 de la tarde de este domingo, el equipo periodístico de EL PILÓN cruzó las puertas blancas, con un recuadro que se abre a modo de puertecilla, se indica que son las habitaciones. Distribuidas una al lado de la otra forman un espacio cuadrado. En total, se enumeraron 10 en esa área.
En medio un piso de concreto y un árbol de mango da el ambiente de una plaza pequeña para que los pacientes al salir de las habitaciones tengan contacto con una parte de la naturaleza.
Mientras el equipo observó por sobre los hierros de la unidad, unos cuatro hombres caminaron sin rumbo por el espacio, vestidos de azul con pantalón corto y camiseta en material como de bata preoperatoria. Algunos se dirigieron hasta las rejas para mirarnos sin dirigirnos la palabra, un hombre moreno como de 30 años, en tono amable, le dijo al equipo: “Hola buenas tardes”.
Al cabo de unos minutos se sentaron bajo el palo de mango, ahí observando las hojas, notaron algunos frutos, y comenzaron a bajarlos con el palo de una escoba.
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Unas de las trabajadoras del área comentó: “Aquí hay 10 habitaciones, y esta (señalando hacia su izquierda) es la unidad tres, que queda al fondo. Hay 8 camas ahí”. Los pacientes que habitan en el área principal son farmacodependientes, esquizofrénicos, con trastorno afectivo bipolar, depresivos, y en la sala tres también.
El área de mujeres se ubica detrás del área masculina, de la unidad mental. En cuanto a la convivencia hay por habitación tres camas, las cuales se comparten entre algunos pacientes que pueden dormir en un mismo espacio.
Hablamos con el doctor Alex Sandro Mindiola, coordinador de Salud Mental, quien detalló sobre este espacio: “En el área de mujeres hay 14 pacientes, y en la de hombres 21. Pero hay un sector en urgencias que se llama Observación de Psiquiatría, y en esa área hay 10 pacientes, eso es en el área de urgencias. Y a parte están los que se encuentran en la parte de consultorio, que digamos cuando no hay disponibilidad de camas está la zona de consultorio que están ahí. Es decir, se está manejando 50 a 60 pacientes en el área de Psiquiatría”.
Sobre las permanencias en Salud Mental explicó: “Dependiendo del caso, por ejemplo, si es caso de consumo de sustancia sí requiere un tiempo mínimo de un mes de instancia hospitalaria. Pero si es un caso de trastorno del sueño o mucho más leve, puede ser de cuatro a cinco días dependiendo de cómo esté el paciente”.
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En el caso de pacientes con estancia más prolongada dijo: “Tenemos un caso de una paciente en la unidad que se llama María Cristina, es una señora que tiene como 23 años de estar en el hospital porque la familia la abandonó, una señora con una esquizofrenia, un retraso mental y pues digamos, se quedó en el hospital, los familiares la abandonaron y pues los dolientes somos nosotros, el hospital”.
Otro caso expuesto fue el de un hombre que “tuvo antecedentes de un homicidio, está en urgencias, y que jurídicamente no se le ha resuelto –su caso. Hizo al parecer, bajo un episodio sicótico, cometió un homicidio y no se le ha resuelto su situación jurídica, y ya tenemos como 5 años con él ahí. Él está en observación de Psiquiatría”.
Las edades que comprenden los pacientes, en su mayoría según explicó Mindiola, va desde adolescentes a adultos promedio, entre 13 y 44 años. Estos jóvenes, explicó el doctor “entraron por consumo de sustancias como la marihuana, cocaína, perico, alucinógenos, y hay otros que tienen intentos de suicidio, trastorno depresivo mayor, son las tres patologías más frecuentes”.
Para que se decida la permanencia de un paciente “el criterio clínico es risego de autoagresión, que el paciente esté en un episodio de intoxicación por sustancia; cuando el paciente tenga síntomas sicóticos activos, escuche voces que no existen, vea cosas inexistentes, con ideas delirantes, y el paciente que tenga poca injerencia al tratamiento farmacológico, o sea, no se hace un seguimiento, abandona el medicamento, se reactiva los síntomas, eso también es una indicación de hospitalización”, explicó el coordinador.
Desde el punto de vista de la alimentación, el doctor Mindiola expuso que existe una dieta hecha por nutricionistas, ellos la elaboran dependiendo de la patología del paciente, en el caso de “paciente que tiene esquizofrenia y diabetes, la dieta es hipoglucida; si es un paciente con dislipidemia, la dieta es tipo grasa; si es hipertensión tipo sódica, o sea baja en sodio, baja en grasa…como hay otros que tienen su dieta corriente con su ensalada, proteína”.
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Se conoció que hay dos días a la semana para visitas, miércoles y domingos. Según el doctor, todos reciben visitas excepto el caso de la señora María Cristina, otros que viven en municipios lejanos, esperan a que los pacientes sean dado de alta por la dificultad de movilización de los parientes.
Solo dos eventos trágicos han ocurrido: “Hubo dos casos de autoeliminación, hace aproximadamente 18 años, y hace un mes también paso un caso por autoeliminación un paciente que llegó con esquizofrenia, bastante sicótico, se le hizo el monitoreo cada media hora, al paciente se le inmovilizó, y al parecer en 5 minutos aproximadamente el paciente se quitó el inmovilizador y el paciente se autoeliminó”. El hombre se colgó dentro de una de las habitaciones.
A modo de mejorar los servicios de la Unidad de Salud Mental, se realizó una capacitación el pasado 27 de diciembre donde se tomó en cuenta el caso reciente de suicidio con un taller de inmovilización del paciente, entre otros temas como guías de práctica clínica e historia clínica.
Por: Daniela Minorta / EL PILÓN
[email protected]
Hace 30 años existe la unidad de Salud Mental, en dos oportunidades ocurrió suicidio. Una mujer fue abandonada por su familia.
Este domingo EL PILÓN visitó la unidad de Salud Mental del Hospital Rosario Pumarejo de López para conocer los casos que allí se encuentran, en medio de la Navidad el olor a olvido se percibe desde las afueras de este espacio que alberga los problemas mentales de algunos cesarenses.
Ubicado en un área externa del hospital, una estructura pintada de blanco crema y amarillo mostaza, de aspecto desgastado, con rejas de hierro oxidado, alberga en sus adentros a ciudadanos que en algún momento de su vida el impacto de un hecho, el consumo de alucinógenos u otros problemas los llevaron a estar hoy entre rejas, como si fuera una cárcel.
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A la 1:14 de la tarde de este domingo, el equipo periodístico de EL PILÓN cruzó las puertas blancas, con un recuadro que se abre a modo de puertecilla, se indica que son las habitaciones. Distribuidas una al lado de la otra forman un espacio cuadrado. En total, se enumeraron 10 en esa área.
En medio un piso de concreto y un árbol de mango da el ambiente de una plaza pequeña para que los pacientes al salir de las habitaciones tengan contacto con una parte de la naturaleza.
Mientras el equipo observó por sobre los hierros de la unidad, unos cuatro hombres caminaron sin rumbo por el espacio, vestidos de azul con pantalón corto y camiseta en material como de bata preoperatoria. Algunos se dirigieron hasta las rejas para mirarnos sin dirigirnos la palabra, un hombre moreno como de 30 años, en tono amable, le dijo al equipo: “Hola buenas tardes”.
Al cabo de unos minutos se sentaron bajo el palo de mango, ahí observando las hojas, notaron algunos frutos, y comenzaron a bajarlos con el palo de una escoba.
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Unas de las trabajadoras del área comentó: “Aquí hay 10 habitaciones, y esta (señalando hacia su izquierda) es la unidad tres, que queda al fondo. Hay 8 camas ahí”. Los pacientes que habitan en el área principal son farmacodependientes, esquizofrénicos, con trastorno afectivo bipolar, depresivos, y en la sala tres también.
El área de mujeres se ubica detrás del área masculina, de la unidad mental. En cuanto a la convivencia hay por habitación tres camas, las cuales se comparten entre algunos pacientes que pueden dormir en un mismo espacio.
Hablamos con el doctor Alex Sandro Mindiola, coordinador de Salud Mental, quien detalló sobre este espacio: “En el área de mujeres hay 14 pacientes, y en la de hombres 21. Pero hay un sector en urgencias que se llama Observación de Psiquiatría, y en esa área hay 10 pacientes, eso es en el área de urgencias. Y a parte están los que se encuentran en la parte de consultorio, que digamos cuando no hay disponibilidad de camas está la zona de consultorio que están ahí. Es decir, se está manejando 50 a 60 pacientes en el área de Psiquiatría”.
Sobre las permanencias en Salud Mental explicó: “Dependiendo del caso, por ejemplo, si es caso de consumo de sustancia sí requiere un tiempo mínimo de un mes de instancia hospitalaria. Pero si es un caso de trastorno del sueño o mucho más leve, puede ser de cuatro a cinco días dependiendo de cómo esté el paciente”.
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En el caso de pacientes con estancia más prolongada dijo: “Tenemos un caso de una paciente en la unidad que se llama María Cristina, es una señora que tiene como 23 años de estar en el hospital porque la familia la abandonó, una señora con una esquizofrenia, un retraso mental y pues digamos, se quedó en el hospital, los familiares la abandonaron y pues los dolientes somos nosotros, el hospital”.
Otro caso expuesto fue el de un hombre que “tuvo antecedentes de un homicidio, está en urgencias, y que jurídicamente no se le ha resuelto –su caso. Hizo al parecer, bajo un episodio sicótico, cometió un homicidio y no se le ha resuelto su situación jurídica, y ya tenemos como 5 años con él ahí. Él está en observación de Psiquiatría”.
Las edades que comprenden los pacientes, en su mayoría según explicó Mindiola, va desde adolescentes a adultos promedio, entre 13 y 44 años. Estos jóvenes, explicó el doctor “entraron por consumo de sustancias como la marihuana, cocaína, perico, alucinógenos, y hay otros que tienen intentos de suicidio, trastorno depresivo mayor, son las tres patologías más frecuentes”.
Para que se decida la permanencia de un paciente “el criterio clínico es risego de autoagresión, que el paciente esté en un episodio de intoxicación por sustancia; cuando el paciente tenga síntomas sicóticos activos, escuche voces que no existen, vea cosas inexistentes, con ideas delirantes, y el paciente que tenga poca injerencia al tratamiento farmacológico, o sea, no se hace un seguimiento, abandona el medicamento, se reactiva los síntomas, eso también es una indicación de hospitalización”, explicó el coordinador.
Desde el punto de vista de la alimentación, el doctor Mindiola expuso que existe una dieta hecha por nutricionistas, ellos la elaboran dependiendo de la patología del paciente, en el caso de “paciente que tiene esquizofrenia y diabetes, la dieta es hipoglucida; si es un paciente con dislipidemia, la dieta es tipo grasa; si es hipertensión tipo sódica, o sea baja en sodio, baja en grasa…como hay otros que tienen su dieta corriente con su ensalada, proteína”.
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Se conoció que hay dos días a la semana para visitas, miércoles y domingos. Según el doctor, todos reciben visitas excepto el caso de la señora María Cristina, otros que viven en municipios lejanos, esperan a que los pacientes sean dado de alta por la dificultad de movilización de los parientes.
Solo dos eventos trágicos han ocurrido: “Hubo dos casos de autoeliminación, hace aproximadamente 18 años, y hace un mes también paso un caso por autoeliminación un paciente que llegó con esquizofrenia, bastante sicótico, se le hizo el monitoreo cada media hora, al paciente se le inmovilizó, y al parecer en 5 minutos aproximadamente el paciente se quitó el inmovilizador y el paciente se autoeliminó”. El hombre se colgó dentro de una de las habitaciones.
A modo de mejorar los servicios de la Unidad de Salud Mental, se realizó una capacitación el pasado 27 de diciembre donde se tomó en cuenta el caso reciente de suicidio con un taller de inmovilización del paciente, entre otros temas como guías de práctica clínica e historia clínica.
Por: Daniela Minorta / EL PILÓN
[email protected]