Hasta el momento Óscar Iván Zuluaga y Rodolfo Hernández no hacen parte de ninguna de las coaliciones. A ellos se sumó Íngrid Betancourt, su candidatura tendrá el apellido de independiente, luego de renunciar a la Coalición Centro Esperanza.
EL CONTEXTO
Las elecciones de marzo 13 conciben incertidumbre política, compartiendo espacio con factores como el aumento de seis puntos de la pobreza monetaria, que se situó en 2020 en el 42,5%, la inflación mundial y la trepada nacional en 2021 cerró en 5,62 %, y el dólar con fluctuaciones por encima de los 4.000 pesos, el narcotráfico permanece constante pese a los esfuerzos en la reducción de hectáreas, sin embargo, el potencial de producción de cocaína se incrementó un 8 %, hasta las 1.536 toneladas de base de cocaína, equivalentes a 1.228 toneladas de clorhidrato de cocaína
El contexto externo es temerario, la crisis de los contenedores sigue afectando el comercio mundial y la balanza comercial del país, los tambores de guerra entre Rusia y la OTAN, podrían afectar a América Latina y el COVID-19 genera incertidumbre en los mercados.
Entre todos estos aspectos en nuestro país la política es la de mayor relevancia, debido al péndulo político que se mueve con mucha fuerza hacia la izquierda, por el ánimo que despierta el candidato Gustavo Petro.
LAS COALICIONES
En Colombia hay 21 partidos políticos, ello no significa una mejor democracia, mejores instituciones ni progreso socioeconómico.
Las coaliciones Centro Esperanza y Equipo Colombia coinciden en la incertidumbre de apuntalar a alguno de sus integrantes como ganador de sus respectivas consultas. En el Pacto Histórico, Gustavo Petro, con suficiente teflón recorre el país, fortaleciendo sus posibilidades de repetir la victoria que obtuvo en la consulta de 2018.
Aunque en política las circunstancias son cambiantes no se deben desconocer los resultados electorales del pasado. Es el caso de Sergio Fajardo, en la primera vuelta de 2018 logró 4.589.696 votos, perdiendo con Gustavo Petro su paso a segunda vuelta por 261.558 votos.
Sergio Fajardo en 2022, para ganar la consulta de la coalición Centro esperanza, además de conservar su potencial electoral debe superar la adhesiva etiqueta de “tibio” relacionada con vehemencia por sus adversarios políticos, así mismo, enfrentar el crecimiento de su principal rival en esa coalición, Alejandro Gaviria, apalancado como Fajardo por los votos de opinión, pero con el agregado de los respaldos que está consolidando y por el significativo valor cuantitativo electoral de algunos dirigentes del Partido Liberal.
En la coalición Equipo Colombia, la incertidumbre también pasa por distinguir al candidato con mayores opciones para ganar esa consulta. Las encuestas los muestra apretados, no obstante, hay signos curiosos como el caso de Alex Char, pese al golpe de autoridad representado en sus 2.5 millones de firmas, su precandidatura pareciera tener el don de la omnipresencia, pues no asiste a los debates, está alejado de los medios y su nicho por su estilo está enfocado en el Caribe.
Cabe resaltar que lo admirado en la región Caribe no lo es en el resto del país, y mucho menos el affaire político–amoroso con Aida Merlano. A veces creo que su precandidatura considera suficiente para ganar la consulta el potencial electoral de la región Caribe que asciende a cerca de 7.6 millones, el mayor número del censo electoral del país, aunque no descarto que sus intenciones electorales sirvan como retén para el candidato Gustavo Petro, sobre todo, por los guarismos que logró en 2018.
David Borguil Asís, proclamado por el Partido Conservador como su candidato presidencial, apela a su gestión como congresista, a la historia del partido, su juventud y arraigo Caribe, pero fundamentalmente en la recuperación de la vocación de poder fundada en 1.927.320 votos logrados por el partido en las elecciones para Senado en 2018.
Reitero que en política nada permanece constante, como dijo Heráclito, pero las estructuras y los resultados cuantitativos no son desechables, al contrario, son elementos representativos, especialmente porque las elecciones para el Congreso y las consultas interpartidistas serán desarrolladas el mismo día.
Federico Gutiérrez como Enrique Peñalosa son dos candidatos con crédito regional, Antioquia y Bogotá, constituyen su nicho electoral y gestión administrativa. Especulaciones de corrillos políticos hallan a Gutiérrez como el “verdadero” candidato del expresidente Uribe, aunque él insiste en decir que es independiente. Pese al panorama ambiguo de la precandidatura de Alex Char, no parece buena estrategia atomizar la consulta.
LOS NO ALINEADOS
Hasta el momento Oscar Iván Zuluaga y Rodolfo Hernández no hacen parte de ninguna de las coaliciones. A ellos se sumó Ingrid Betancourt, su candidatura tendrá el apellido de independiente, luego de renunciar a la Coalición Centro Esperanza.
En 2018, en primera vuelta el presidente Iván Duque logró 7.5 millones de votos, bajo el patrocinio del expresidente Uribe y las alianzas construidas. En Senado el Centro Democrático logró 2.513.320 votos, que sirvieron para constituirse en la primera fuerza política en la cámara alta, siendo el expresidente Uribe y el partido Centro Democrático los más votados con 875.554 y 522.030 votos respectivamente.
Sin embargo, los diferentes procesos judiciales sorteados por el expresidente Uribe y el inexorable desgaste que implica el ejercicio de la política mitigan su capacidad de endosar votos como lo hizo hasta 2018. Bajo esas circunstancias, son menudas las posibilidades de pasar a segunda vuelta para Oscar Iván Zuluaga.
Rodolfo Hernández es una sorpresa del proceso electoral, el aparente “outsider” por su tono frentero y sus denuncias contra la corrupción y, curiosamente, por sus polémicas salidas en falso, figura en el gusto electoral, ratificándolo con buenos números en las encuestas.
Sin embargo, la opinión no es suficiente para llegar a la Casa de Nariño. El transcurso de la campaña definirá su continuidad en el proceso, por lo que ha dicho iría hasta el final y no haría alianzas, pero si echa reversa será muy útil a donde decida ir.
Ingrid Betancourt no tiene opciones, probablemente decline su aspiración, para terminar unida al candidato ganador de la coalición centro esperanza. Enfrentará un dilema ético y de vanidad en el escenario de triunfo de Alejandro Gaviria.
Las elecciones presidenciales en Colombia transcurren en la narrativa ideológica y con las plateas atiborradas de electores desinteresados en la comprensión de las propuestas de los candidatos, pero muy enfocados en el infértil debate ideológico.
Podría asegurar que ningún colombiano quiere vivir la situación lamentable que vive la gente en Venezuela, también puedo asegurar que los colombianos queremos vivir mejor. Esa pretensión es la que debería estar en la construcción programática de los candidatos presidenciales.
Por Luis Elquis Díaz
Hasta el momento Óscar Iván Zuluaga y Rodolfo Hernández no hacen parte de ninguna de las coaliciones. A ellos se sumó Íngrid Betancourt, su candidatura tendrá el apellido de independiente, luego de renunciar a la Coalición Centro Esperanza.
EL CONTEXTO
Las elecciones de marzo 13 conciben incertidumbre política, compartiendo espacio con factores como el aumento de seis puntos de la pobreza monetaria, que se situó en 2020 en el 42,5%, la inflación mundial y la trepada nacional en 2021 cerró en 5,62 %, y el dólar con fluctuaciones por encima de los 4.000 pesos, el narcotráfico permanece constante pese a los esfuerzos en la reducción de hectáreas, sin embargo, el potencial de producción de cocaína se incrementó un 8 %, hasta las 1.536 toneladas de base de cocaína, equivalentes a 1.228 toneladas de clorhidrato de cocaína
El contexto externo es temerario, la crisis de los contenedores sigue afectando el comercio mundial y la balanza comercial del país, los tambores de guerra entre Rusia y la OTAN, podrían afectar a América Latina y el COVID-19 genera incertidumbre en los mercados.
Entre todos estos aspectos en nuestro país la política es la de mayor relevancia, debido al péndulo político que se mueve con mucha fuerza hacia la izquierda, por el ánimo que despierta el candidato Gustavo Petro.
LAS COALICIONES
En Colombia hay 21 partidos políticos, ello no significa una mejor democracia, mejores instituciones ni progreso socioeconómico.
Las coaliciones Centro Esperanza y Equipo Colombia coinciden en la incertidumbre de apuntalar a alguno de sus integrantes como ganador de sus respectivas consultas. En el Pacto Histórico, Gustavo Petro, con suficiente teflón recorre el país, fortaleciendo sus posibilidades de repetir la victoria que obtuvo en la consulta de 2018.
Aunque en política las circunstancias son cambiantes no se deben desconocer los resultados electorales del pasado. Es el caso de Sergio Fajardo, en la primera vuelta de 2018 logró 4.589.696 votos, perdiendo con Gustavo Petro su paso a segunda vuelta por 261.558 votos.
Sergio Fajardo en 2022, para ganar la consulta de la coalición Centro esperanza, además de conservar su potencial electoral debe superar la adhesiva etiqueta de “tibio” relacionada con vehemencia por sus adversarios políticos, así mismo, enfrentar el crecimiento de su principal rival en esa coalición, Alejandro Gaviria, apalancado como Fajardo por los votos de opinión, pero con el agregado de los respaldos que está consolidando y por el significativo valor cuantitativo electoral de algunos dirigentes del Partido Liberal.
En la coalición Equipo Colombia, la incertidumbre también pasa por distinguir al candidato con mayores opciones para ganar esa consulta. Las encuestas los muestra apretados, no obstante, hay signos curiosos como el caso de Alex Char, pese al golpe de autoridad representado en sus 2.5 millones de firmas, su precandidatura pareciera tener el don de la omnipresencia, pues no asiste a los debates, está alejado de los medios y su nicho por su estilo está enfocado en el Caribe.
Cabe resaltar que lo admirado en la región Caribe no lo es en el resto del país, y mucho menos el affaire político–amoroso con Aida Merlano. A veces creo que su precandidatura considera suficiente para ganar la consulta el potencial electoral de la región Caribe que asciende a cerca de 7.6 millones, el mayor número del censo electoral del país, aunque no descarto que sus intenciones electorales sirvan como retén para el candidato Gustavo Petro, sobre todo, por los guarismos que logró en 2018.
David Borguil Asís, proclamado por el Partido Conservador como su candidato presidencial, apela a su gestión como congresista, a la historia del partido, su juventud y arraigo Caribe, pero fundamentalmente en la recuperación de la vocación de poder fundada en 1.927.320 votos logrados por el partido en las elecciones para Senado en 2018.
Reitero que en política nada permanece constante, como dijo Heráclito, pero las estructuras y los resultados cuantitativos no son desechables, al contrario, son elementos representativos, especialmente porque las elecciones para el Congreso y las consultas interpartidistas serán desarrolladas el mismo día.
Federico Gutiérrez como Enrique Peñalosa son dos candidatos con crédito regional, Antioquia y Bogotá, constituyen su nicho electoral y gestión administrativa. Especulaciones de corrillos políticos hallan a Gutiérrez como el “verdadero” candidato del expresidente Uribe, aunque él insiste en decir que es independiente. Pese al panorama ambiguo de la precandidatura de Alex Char, no parece buena estrategia atomizar la consulta.
LOS NO ALINEADOS
Hasta el momento Oscar Iván Zuluaga y Rodolfo Hernández no hacen parte de ninguna de las coaliciones. A ellos se sumó Ingrid Betancourt, su candidatura tendrá el apellido de independiente, luego de renunciar a la Coalición Centro Esperanza.
En 2018, en primera vuelta el presidente Iván Duque logró 7.5 millones de votos, bajo el patrocinio del expresidente Uribe y las alianzas construidas. En Senado el Centro Democrático logró 2.513.320 votos, que sirvieron para constituirse en la primera fuerza política en la cámara alta, siendo el expresidente Uribe y el partido Centro Democrático los más votados con 875.554 y 522.030 votos respectivamente.
Sin embargo, los diferentes procesos judiciales sorteados por el expresidente Uribe y el inexorable desgaste que implica el ejercicio de la política mitigan su capacidad de endosar votos como lo hizo hasta 2018. Bajo esas circunstancias, son menudas las posibilidades de pasar a segunda vuelta para Oscar Iván Zuluaga.
Rodolfo Hernández es una sorpresa del proceso electoral, el aparente “outsider” por su tono frentero y sus denuncias contra la corrupción y, curiosamente, por sus polémicas salidas en falso, figura en el gusto electoral, ratificándolo con buenos números en las encuestas.
Sin embargo, la opinión no es suficiente para llegar a la Casa de Nariño. El transcurso de la campaña definirá su continuidad en el proceso, por lo que ha dicho iría hasta el final y no haría alianzas, pero si echa reversa será muy útil a donde decida ir.
Ingrid Betancourt no tiene opciones, probablemente decline su aspiración, para terminar unida al candidato ganador de la coalición centro esperanza. Enfrentará un dilema ético y de vanidad en el escenario de triunfo de Alejandro Gaviria.
Las elecciones presidenciales en Colombia transcurren en la narrativa ideológica y con las plateas atiborradas de electores desinteresados en la comprensión de las propuestas de los candidatos, pero muy enfocados en el infértil debate ideológico.
Podría asegurar que ningún colombiano quiere vivir la situación lamentable que vive la gente en Venezuela, también puedo asegurar que los colombianos queremos vivir mejor. Esa pretensión es la que debería estar en la construcción programática de los candidatos presidenciales.
Por Luis Elquis Díaz