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Editorial - 3 abril, 2023

¿Cómo llegó el Eccehomo al Valle de Upar?

“Para intentar responder esta pregunta debemos tener en cuenta que la Orden de Predicadores o Dominicos llegaron al territorio de la actual Colombia hacia 1562, y se esparcieron por todo el territorio en su labor evangelizadora. Construyeron capillas y templos, fundaron conventos y universidades…

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Son varias las versiones de cómo llega el Eccehomo al corazón y devoción de los vallenatos.

“¿Cómo llegó esta devoción al Valle?”, pregunta y desarrolla nuestro historiador religioso Carlos Liñán Pitre, a lo largo del hilo de un tuiter desde su cuenta @CarlosLinan, cuya versión seguiremos hoy.

“Para intentar responder esta pregunta debemos tener en cuenta que la Orden de Predicadores o Dominicos llegaron al territorio de la actual Colombia hacia 1562, y se esparcieron por todo el territorio en su labor evangelizadora. Construyeron capillas y templos, fundaron conventos y universidades… En Valledupar fundaron el Convento de Nuestra Señora del Rosario, lugar donde se resguardaron los bienes de la Iglesia Parroquial en el s. XVIII pues había sido quemada por uno de los tantos ataques indígenas.

Seguramente fueron los dominicos quienes trajeron la devoción al Cristo de la columna: no es casualidad que en Boyacá, cerca de Villa de Leyva, se encuentre el monasterio dominico ‘Ecce Homo’ donde se conserva un cuadro datado en 1527”, inicia el hilo de su historia.

Se refiere a su calidad estética y a su probable autor, Gerónimo Hernández, un tallador que llegó a Sevilla de su natal Ávila en 1560: “A pesar del deterioro, la imagen del Ecce Homo de Valledupar tiene una alta calidad estética. Hasta el día de hoy no existe ningún documento que certifique la llegada de la efigie a la ciudad, pero… hay un eslabón que podría darnos pistas sobre el posible autor…

En la Iglesia de Santa María Magdalena de Sevilla-España hay una pista que puede darnos luz…

En esta iglesia, donde fue ordenado obispo Fray Bartolomé De las Casas, hay una capilla llamada ‘De la Quinta Angustia’ donde reposa una talla de Cristo Resucitado de Jerónimo Hernández. A simple vista la similitud del ‘Ecce Homo’ con el ‘Resucitado de la Quinta Angustia’ es asombrosa. Detalle a detalle es impresionante: los pies son iguales, la barba bifurcada, las tres potencias en la cabeza, el dorso y las piernas, la posición serpentina…”, concluye Liñán ilustrando con fotografías en Twitter las evidencias.

“Otro detalle: la Virgen del Rosario que reposa en la Protocatedral que anteriormente fue el Convento Dominico de Valledupar fue atribuida a Jerónimo Hernández por Adrián Contreras en su tesis doctoral ‘In Ligno Facta: artes escultóricas de los siglos XVII y XVIII en Colombia”.

“Lo que sí es cierto es que la devoción que profesan los vallenatos por su santo patrono es tan antigua que sus raíces se pierden en la memoria. Uno de los testimonios más antiguos lo da José Nicolás de la Rosa en su libro ‘La Floresta de la Santa Iglesia Catedral de Santa Marta’.

El libro fue publicado en 1820 y allí De la Rosa reconoce haber visto la imagen y describe el fervor y la devoción a esta tierna imagen, efigie que tiene mucha fama de muy milagrosa…”

Promesa al Eccehomo. La que entendemos hace el gobernador Andrés Meza ofreciendo que este año sí veremos en el cerro las obras de adecuación del santuario.

Editorial
3 abril, 2023

¿Cómo llegó el Eccehomo al Valle de Upar?

“Para intentar responder esta pregunta debemos tener en cuenta que la Orden de Predicadores o Dominicos llegaron al territorio de la actual Colombia hacia 1562, y se esparcieron por todo el territorio en su labor evangelizadora. Construyeron capillas y templos, fundaron conventos y universidades…


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Son varias las versiones de cómo llega el Eccehomo al corazón y devoción de los vallenatos.

“¿Cómo llegó esta devoción al Valle?”, pregunta y desarrolla nuestro historiador religioso Carlos Liñán Pitre, a lo largo del hilo de un tuiter desde su cuenta @CarlosLinan, cuya versión seguiremos hoy.

“Para intentar responder esta pregunta debemos tener en cuenta que la Orden de Predicadores o Dominicos llegaron al territorio de la actual Colombia hacia 1562, y se esparcieron por todo el territorio en su labor evangelizadora. Construyeron capillas y templos, fundaron conventos y universidades… En Valledupar fundaron el Convento de Nuestra Señora del Rosario, lugar donde se resguardaron los bienes de la Iglesia Parroquial en el s. XVIII pues había sido quemada por uno de los tantos ataques indígenas.

Seguramente fueron los dominicos quienes trajeron la devoción al Cristo de la columna: no es casualidad que en Boyacá, cerca de Villa de Leyva, se encuentre el monasterio dominico ‘Ecce Homo’ donde se conserva un cuadro datado en 1527”, inicia el hilo de su historia.

Se refiere a su calidad estética y a su probable autor, Gerónimo Hernández, un tallador que llegó a Sevilla de su natal Ávila en 1560: “A pesar del deterioro, la imagen del Ecce Homo de Valledupar tiene una alta calidad estética. Hasta el día de hoy no existe ningún documento que certifique la llegada de la efigie a la ciudad, pero… hay un eslabón que podría darnos pistas sobre el posible autor…

En la Iglesia de Santa María Magdalena de Sevilla-España hay una pista que puede darnos luz…

En esta iglesia, donde fue ordenado obispo Fray Bartolomé De las Casas, hay una capilla llamada ‘De la Quinta Angustia’ donde reposa una talla de Cristo Resucitado de Jerónimo Hernández. A simple vista la similitud del ‘Ecce Homo’ con el ‘Resucitado de la Quinta Angustia’ es asombrosa. Detalle a detalle es impresionante: los pies son iguales, la barba bifurcada, las tres potencias en la cabeza, el dorso y las piernas, la posición serpentina…”, concluye Liñán ilustrando con fotografías en Twitter las evidencias.

“Otro detalle: la Virgen del Rosario que reposa en la Protocatedral que anteriormente fue el Convento Dominico de Valledupar fue atribuida a Jerónimo Hernández por Adrián Contreras en su tesis doctoral ‘In Ligno Facta: artes escultóricas de los siglos XVII y XVIII en Colombia”.

“Lo que sí es cierto es que la devoción que profesan los vallenatos por su santo patrono es tan antigua que sus raíces se pierden en la memoria. Uno de los testimonios más antiguos lo da José Nicolás de la Rosa en su libro ‘La Floresta de la Santa Iglesia Catedral de Santa Marta’.

El libro fue publicado en 1820 y allí De la Rosa reconoce haber visto la imagen y describe el fervor y la devoción a esta tierna imagen, efigie que tiene mucha fama de muy milagrosa…”

Promesa al Eccehomo. La que entendemos hace el gobernador Andrés Meza ofreciendo que este año sí veremos en el cerro las obras de adecuación del santuario.