El propósito de los delincuentes es llevar los grandes cargamentos a vía marítima para sacarlas de Colombia hacia el extranjero donde el negocio es más rentable, pero en el camino muchas se quedan cuando son descubiertas por las autoridades.
El tráfico de drogas hacia los grandes mercados de consumos depende en gran medida del mecanismo de transporte que utilizan los criminales en el territorio nacional, por eso no sorprende que cada día en carreteras del departamento del Cesar queden al descubierto caletas de estupefacientes que por controles de la Fuerza Pública muchas veces no llegan a buen puerto.
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Las rutas predilectas en la región, según las autoridades, son los tramos que de Valledupar comunican al municipio de La Paz, la vía Aguachica-Bosconia y Aguachica-Ocaña.
“En la ruta Aguachica-Bosconia que hace parte de la Ruta del Sol se han logrado varias incautaciones. Por ahí se moviliza la mayor parte de droga que va para los puertos como Santa Marta, Barranquilla y Cartagena”, manifestó el teniente Jeorgy Fabián Pabón Pacheco, jefe (e) de la Seccional Tránsito y Transporte Cesar.
Agregó que otro destino de los estupefacientes apunta hacia La Guajira siendo pieza clave el tránsito por la capital cesarense.
Todo el sur del departamento es comúnmente utilizado para la movilización de grandes cargamentos que provienen de la zona del Catatumbo, un área rural de Norte de Santander que colinda con el Cesar y donde pululan grupos al margen de la ley como el ELN, Los Pelusos, el Clan del Golfo y otras bandas criminales.
Estos actores armados son comúnmente los dueños del negocio para financiar sus acciones delictivas y sostenerse en la clandestinidad de la selva colombiana.
“El departamento es uno de los tramos más importantes para el transporte de mercancía del interior a la Costa Caribe, por eso las bandas y organizaciones criminales que delinquen enfocan las actividades del narcotráfico a usar este eje vial para sacar droga”, acotó Pabón Pacheco.
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El propósito de los delincuentes es llevar los grandes cargamentos a vía marítima para sacarlas de Colombia hacia otros países donde el negocio es más rentable. Como los 466 kilos de cocaína que fueron incautados en el sector de Los Chivos en Aguachica y tenía como ruta la Costa Atlántica. Esta mercancía avaluada en $2.120 millones iba en 400 paquetes envueltos en una cinta azul y fue descubierta por la Sijín con la ayuda de información del FBI de Estados Unidos.
Otras cargas simplemente están orientadas en alimentar las redes de microtráfico en las ciudades.
Pero en el intento por llevarla al otro lado algunas caen en manos de los uniformados de los 10 puestos de control que hay de la Policía de Tránsito y Transporte en el departamento. Durante lo corrido del año, esta seccional ha incautado 233 kilos de clorhidrato de cocaína, 103 kilos de base de cocaína, 138 gramos de heroína, 10 kilos de bazuco y 243 kilos de marihuana, además lleva efectuada 78 capturas relacionadas al tráfico de estupefaciente.
Mientras que en total el Departamento de Policía Cesar durante la presente anualidad ha incautado, dentro y fuera del casco urbano, 384.500 gramos de marihuana, 14.080 gramos de bazuco, 170.302 gramos de base de coca, 329.300 gramos de cocaína y 140 gramos de heroína. A su vez los uniformados han efectuado 60 allanamientos y 428 capturas, de las cuales 33 obedecieron una orden judicial y las demás en condición de flagrancia.
La dinámica criminal ha conllevado a que los traficantes y encargados de transportar la droga, recurran al ingenio para camuflarla con el fin de que pase desapercibida a los ojos de los policías.
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La táctica más recurrente es hacer modificaciones a los vehículos particulares o de transporte público para esconder la droga en las puertas, el alfombrado, el tanque de combustible que hacen alternativo y hasta en las propias llantas.
Otros se arriesgan a llevarlos como simples pasajeros de transporte público. Tal como recientemente sucedió con Marlon Javier Gómez Medina, capturado por llevar 6 kilos de base de coca, avaluados en $21.000.000, en su equipaje.
El hombre de 41 años de edad se movilizaba en un taxi y cayó en un puesto de control en inmediaciones de la vía Aguachica – Ocaña.
El detenido informó a los patrulleros que se desplazaba de Ocaña, Norte de Santander, hacia la ciudad de Barranquilla.
“Para lograr descifrar una caleta, nosotros hacemos la entrevista, miramos la ruta del vehículo y el paso de los peajes porque muchas veces esos aspectos dicen que hay algo sospechoso. Entonces verificamos el vehículo en la estación con el conductor y muchas veces estos se allanan y dicen que transportan estupefaciente, con la pericia de los policías se ha logrado esos casos positivos”, puntualizó el teniente Jeorgy Fabián Pabón Pacheco.
El mercado ilegal de la droga también cuenta con varios colaboradores en las ciudades que se encargan del microtráfico y aportan a la producción. Así quedó documentado a inicios del pasado mes de septiembre cuando fueron capturados siete sujetos señalados de traficar con cocaína.
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Se trata de Fredy Antonio Rincón Franco, César Barbosa Sanjuan, Daniel Camilo Rincón Santana, Wilmer Montenegro Oñate, Héctor Muñoz Franco y Fabio Luis Carrillo, quienes están privados de la libertad en un centro de reclusión.
Según la investigación, ellos conformaban una red de narcotráfico liderada por Fredy Rincón que delinquía desde el corregimiento de San José de Oriente del municipio de La Paz.
“Esta persona (Fredy Rincón) compraría la pasta de coca en los municipios de Hacarí y Teorama, Norte de Santander y presuntamente la transportaba, almacenaba y procesaba en un laboratorio ubicado en una finca de su propiedad en el sitio conocido como ‘La Quiebra‘”, dijo la Fiscalía.
La importancia de no bajar la guardia en la lucha contra las drogas radica en que su comercio ilegal es un generador de violencia histórico en el territorio nacional.
“Acá combatimos el microtráfico, pese a que no está tan presente en la municipalidad, porque es un detonante de inseguridad por parte de expendedores y consumidores, pues los que están bajo los efectos a veces delinquen mediante el hurto, entre otros ilícitos”, manifestó Jhonny Andrés Salja, secretario de Gobierno de Chiriguaná.
Asimismo sería el detonante de algunos homicidios en la región. Por ejemplo, el año pasado varios de los asesinatos de la margen derecha del río Guatapurí de Valledupar apuntaron a ajustes de cuentas por microtráfico.
En el departamento también se han encontrado cultivos ilícitos en pequeñas proporciones si se compara con otras regiones como el Cauca, Putumayo y Caquetá, que son primordialmente focos de atención en el control antidroga.
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De acuerdo a la Décima Brigada del Ejército Nacional, durante el primer semestre del año erradicaron 444,62 hectáreas de cultivos ilícitos. Además desmantelaron un laboratorio de cocaína en zona rural de Chimichagua. El tinglado construido con palos y plásticos, tenía seis hornos microondas, ocho grameras, una báscula, dos prensas artesanales, varios tanques, 60 galones con ACPM, tres bultos de 20 kilogramos de soda cáustica, una planta eléctrica grande y una empacadora industrial, entre otros elementos, que fueron decomisados.
El año pasado, según el Observatorio de Drogas de Colombia, en el Cesar hubo 38,16 hectáreas de cultivos ilícitos, de las cuales 23,55 hectáreas estaban en el municipio de González, otras 6,28 hectáreas en San Alberto y 8,33 hectáreas en San Martín.
El propósito de los delincuentes es llevar los grandes cargamentos a vía marítima para sacarlas de Colombia hacia el extranjero donde el negocio es más rentable, pero en el camino muchas se quedan cuando son descubiertas por las autoridades.
El tráfico de drogas hacia los grandes mercados de consumos depende en gran medida del mecanismo de transporte que utilizan los criminales en el territorio nacional, por eso no sorprende que cada día en carreteras del departamento del Cesar queden al descubierto caletas de estupefacientes que por controles de la Fuerza Pública muchas veces no llegan a buen puerto.
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Las rutas predilectas en la región, según las autoridades, son los tramos que de Valledupar comunican al municipio de La Paz, la vía Aguachica-Bosconia y Aguachica-Ocaña.
“En la ruta Aguachica-Bosconia que hace parte de la Ruta del Sol se han logrado varias incautaciones. Por ahí se moviliza la mayor parte de droga que va para los puertos como Santa Marta, Barranquilla y Cartagena”, manifestó el teniente Jeorgy Fabián Pabón Pacheco, jefe (e) de la Seccional Tránsito y Transporte Cesar.
Agregó que otro destino de los estupefacientes apunta hacia La Guajira siendo pieza clave el tránsito por la capital cesarense.
Todo el sur del departamento es comúnmente utilizado para la movilización de grandes cargamentos que provienen de la zona del Catatumbo, un área rural de Norte de Santander que colinda con el Cesar y donde pululan grupos al margen de la ley como el ELN, Los Pelusos, el Clan del Golfo y otras bandas criminales.
Estos actores armados son comúnmente los dueños del negocio para financiar sus acciones delictivas y sostenerse en la clandestinidad de la selva colombiana.
“El departamento es uno de los tramos más importantes para el transporte de mercancía del interior a la Costa Caribe, por eso las bandas y organizaciones criminales que delinquen enfocan las actividades del narcotráfico a usar este eje vial para sacar droga”, acotó Pabón Pacheco.
No dejes de leer: A prisión policías y civil que cayeron con droga en Valledupar
El propósito de los delincuentes es llevar los grandes cargamentos a vía marítima para sacarlas de Colombia hacia otros países donde el negocio es más rentable. Como los 466 kilos de cocaína que fueron incautados en el sector de Los Chivos en Aguachica y tenía como ruta la Costa Atlántica. Esta mercancía avaluada en $2.120 millones iba en 400 paquetes envueltos en una cinta azul y fue descubierta por la Sijín con la ayuda de información del FBI de Estados Unidos.
Otras cargas simplemente están orientadas en alimentar las redes de microtráfico en las ciudades.
Pero en el intento por llevarla al otro lado algunas caen en manos de los uniformados de los 10 puestos de control que hay de la Policía de Tránsito y Transporte en el departamento. Durante lo corrido del año, esta seccional ha incautado 233 kilos de clorhidrato de cocaína, 103 kilos de base de cocaína, 138 gramos de heroína, 10 kilos de bazuco y 243 kilos de marihuana, además lleva efectuada 78 capturas relacionadas al tráfico de estupefaciente.
Mientras que en total el Departamento de Policía Cesar durante la presente anualidad ha incautado, dentro y fuera del casco urbano, 384.500 gramos de marihuana, 14.080 gramos de bazuco, 170.302 gramos de base de coca, 329.300 gramos de cocaína y 140 gramos de heroína. A su vez los uniformados han efectuado 60 allanamientos y 428 capturas, de las cuales 33 obedecieron una orden judicial y las demás en condición de flagrancia.
La dinámica criminal ha conllevado a que los traficantes y encargados de transportar la droga, recurran al ingenio para camuflarla con el fin de que pase desapercibida a los ojos de los policías.
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La táctica más recurrente es hacer modificaciones a los vehículos particulares o de transporte público para esconder la droga en las puertas, el alfombrado, el tanque de combustible que hacen alternativo y hasta en las propias llantas.
Otros se arriesgan a llevarlos como simples pasajeros de transporte público. Tal como recientemente sucedió con Marlon Javier Gómez Medina, capturado por llevar 6 kilos de base de coca, avaluados en $21.000.000, en su equipaje.
El hombre de 41 años de edad se movilizaba en un taxi y cayó en un puesto de control en inmediaciones de la vía Aguachica – Ocaña.
El detenido informó a los patrulleros que se desplazaba de Ocaña, Norte de Santander, hacia la ciudad de Barranquilla.
“Para lograr descifrar una caleta, nosotros hacemos la entrevista, miramos la ruta del vehículo y el paso de los peajes porque muchas veces esos aspectos dicen que hay algo sospechoso. Entonces verificamos el vehículo en la estación con el conductor y muchas veces estos se allanan y dicen que transportan estupefaciente, con la pericia de los policías se ha logrado esos casos positivos”, puntualizó el teniente Jeorgy Fabián Pabón Pacheco.
El mercado ilegal de la droga también cuenta con varios colaboradores en las ciudades que se encargan del microtráfico y aportan a la producción. Así quedó documentado a inicios del pasado mes de septiembre cuando fueron capturados siete sujetos señalados de traficar con cocaína.
Lee también: Los encontraron muertos en zonas rurales de Valledupar
Se trata de Fredy Antonio Rincón Franco, César Barbosa Sanjuan, Daniel Camilo Rincón Santana, Wilmer Montenegro Oñate, Héctor Muñoz Franco y Fabio Luis Carrillo, quienes están privados de la libertad en un centro de reclusión.
Según la investigación, ellos conformaban una red de narcotráfico liderada por Fredy Rincón que delinquía desde el corregimiento de San José de Oriente del municipio de La Paz.
“Esta persona (Fredy Rincón) compraría la pasta de coca en los municipios de Hacarí y Teorama, Norte de Santander y presuntamente la transportaba, almacenaba y procesaba en un laboratorio ubicado en una finca de su propiedad en el sitio conocido como ‘La Quiebra‘”, dijo la Fiscalía.
La importancia de no bajar la guardia en la lucha contra las drogas radica en que su comercio ilegal es un generador de violencia histórico en el territorio nacional.
“Acá combatimos el microtráfico, pese a que no está tan presente en la municipalidad, porque es un detonante de inseguridad por parte de expendedores y consumidores, pues los que están bajo los efectos a veces delinquen mediante el hurto, entre otros ilícitos”, manifestó Jhonny Andrés Salja, secretario de Gobierno de Chiriguaná.
Asimismo sería el detonante de algunos homicidios en la región. Por ejemplo, el año pasado varios de los asesinatos de la margen derecha del río Guatapurí de Valledupar apuntaron a ajustes de cuentas por microtráfico.
En el departamento también se han encontrado cultivos ilícitos en pequeñas proporciones si se compara con otras regiones como el Cauca, Putumayo y Caquetá, que son primordialmente focos de atención en el control antidroga.
No dejes de leer: El Cesar, cerca de ser declarado libre de coca
De acuerdo a la Décima Brigada del Ejército Nacional, durante el primer semestre del año erradicaron 444,62 hectáreas de cultivos ilícitos. Además desmantelaron un laboratorio de cocaína en zona rural de Chimichagua. El tinglado construido con palos y plásticos, tenía seis hornos microondas, ocho grameras, una báscula, dos prensas artesanales, varios tanques, 60 galones con ACPM, tres bultos de 20 kilogramos de soda cáustica, una planta eléctrica grande y una empacadora industrial, entre otros elementos, que fueron decomisados.
El año pasado, según el Observatorio de Drogas de Colombia, en el Cesar hubo 38,16 hectáreas de cultivos ilícitos, de las cuales 23,55 hectáreas estaban en el municipio de González, otras 6,28 hectáreas en San Alberto y 8,33 hectáreas en San Martín.