El reconocido antropólogo y etnobotánico se hospedó en Valledupar luego de viajar a lo más alto de la Sierra Nevada de Santa Marta con el objetivo de desarrollar el proyecto ‘Río Arriba’, una iniciativa que busca que los colombianos conozcan la diversidad del país.
Al pedirle que se identifique, Wade Davis señala tres cargos: profesor, escritor y “de alguna manera amante de Colombia”. Llegó al país en 1968, proveniente de Canadá, aún siendo joven. Desde entonces, asegura, ha recorrido el mundo, pero quedó encantado con Colombia.
Durante todos esos años de viajes a lugares donde pocos han llegado, el ‘colombiano de papeles’, nacido en Canadá, ha escrito dos libros sobre el país. El primero fue ‘El río’, publicado en el 2002, el cual narra sus viajes durante los años 70, cuando trabajaba con el Jardín Botánico. “Ese libro fue un mapa para los jóvenes que no podían viajar en esos años tan difíciles”, cuenta a EL PILÓN.
El segundo libro salió en el 2020. Se llama ‘Magdalena, historia de Colombia’. “De alguna manera, como escribió el escritor Héctor Abad, el libro es una carta de amor para Colombia”, señala Wade Davis.
El reconocido antropólogo y etnobotánico se hospedó en Valledupar luego de viajar a lo más alto de la Sierra Nevada de Santa Marta con el objetivo de desarrollar el proyecto ‘Río Arriba’, una iniciativa que busca que los colombianos conozcan la diversidad del país.
“Fuimos a conseguir la bendición de los arhuacos”, inicia contando. Habla un español claro, pero aún comete errores de conjugación. Sin embargo, eso no es impedimento para que explique, sin ocultar su emoción, la filosofía de los arhuacos, la cual quiere expandir a través del proyecto ‘Río Arriba’.
“Nosotros podemos presentar la naturaleza como un aspecto fundamental, fundacional del alma y el pueblo colombiano. Proteger la naturaleza va más allá de las regulaciones, es un acto patriótico. Tengo más de 50 años de relación con los arhuacos. La visión que tienen es la ley de la madre creadora. Ellos señalan que debemos entender que estamos totalmente conectados con la naturaleza, que la sangre que corre por nosotros no es diferente al agua que circula por los ríos. El mundo tiene que empezar a pensar como los arhuacos”, relata.
Enseguida, Wade explica cómo ha cambiado la visión sobre los hermanos mayores que viven y cuidan la Sierra Nevada. “Cuando fui en 1974 más allá de Atánquez, los parientes de mis amigos de la Universidad Nacional de Bogotá me preguntaron por qué quería vivir con la gente sucia. Esas fueron las palabras que usaron en el 74. Actualmente, ¿cuántos presidentes de Colombia han viajado arriba de la Sierra Nevada para dar su respeto a los mamos?”, cuenta.
A su lado viajan otros amantes de la naturaleza, entre ellos el exalcalde de Barranquilla, Jaime Pumarejo. Ambos afirman que viajar a lo más alto de la Sierra Nevada, donde nacen las aguas que alimentan, por ejemplo, el río Guatapurí, es una experiencia que transforma la mentalidad.
“Es un viaje al pasado, lejos del ruido del hombre. Si queremos proteger el mundo, creemos que debe parecerse a lo que han cuidado los mamos en la Sierra Nevada. A eso debe parecerse el futuro”, señala el exalcalde Jaime Pumarejo.
Y agrega, haciendo una radiografía interna de su experiencia: “Se siente poder, energías positivas, comunión, esperanza, porque el arhuaco está rodeado de paz y tranquilidad. Escogieron vivir en paz con nosotros, y enseñarnos cómo vivir en comunión con la naturaleza. Por eso subimos a pedirles la bendición”.
Wade Davis tiene la teoría de que los arhuacos eran taironas guerreros y luchadores, que subieron a la Sierra Nevada a refugiarse y por 200 años crearon una cultura de paz. Ahora llaman a las personas que viven en la urbe “los hermanos menores”, no de forma despectiva, “sino dando entender que al hermano menor el universo lo deja hacer travesuras, pero es el hermano mayor el que debe guiarlo”, explica Jaime Pumarejo.
“Ellos nos están tratando de enseñar a volver a la comunión con el mundo. Si hacemos eso vamos a curar nuestro espíritu. Ese es el mensaje que queremos transmitirle a Colombia”, agrega. Wade fortalece la idea con una corta frase: “Los arhuacos señalan que para limpiar el río debemos limpiar nuestra alma”.
El exalcalde Jaime Pumarejo, sin necesidad de mencionar al presidente Gustavo Petro, menciona que la política ambiental de Colombia no debe centrarse exclusivamente en la reducción de la producción de CO2, sino en conservar la naturaleza.
“Colombia no es un gran emisor de CO2. Un colombiano emite 1,6 toneladas de CO2 por personas al año. Un estadounidense emite 15 toneladas por persona. Si Colombia dejara de emitir CO2 no pasaría absolutamente nada. Nuestra responsabilidad es recordar que somos uno de los países más megadiversos del mundo. Tenemos un tesoro que debemos cuidar”, sostuvo el mandatario.
El proyecto ‘Río Arriba’ consta de una investigación científica, antropológica y documental. Además producirán un libro, un documental y un movimiento cultural y científico que busca unir a mucha gente. “La idea es que Río Arriba sea un proyecto de todos aquellos colombianos que hacen cosas increíbles por apoyar la idea que nuestro futuro es aprovechar la naturaleza”, cierra Pumarejo.
“El patrimonio de Colombia es la tierra. Colombia tiene más biodiversidad que cualquier otro país. Colombia es el único país fundado en la visión de la naturaleza por la amistad entre Alexander Van Humboldt y Simón Bolívar”, finalizó Davis.
El reconocido antropólogo y etnobotánico se hospedó en Valledupar luego de viajar a lo más alto de la Sierra Nevada de Santa Marta con el objetivo de desarrollar el proyecto ‘Río Arriba’, una iniciativa que busca que los colombianos conozcan la diversidad del país.
Al pedirle que se identifique, Wade Davis señala tres cargos: profesor, escritor y “de alguna manera amante de Colombia”. Llegó al país en 1968, proveniente de Canadá, aún siendo joven. Desde entonces, asegura, ha recorrido el mundo, pero quedó encantado con Colombia.
Durante todos esos años de viajes a lugares donde pocos han llegado, el ‘colombiano de papeles’, nacido en Canadá, ha escrito dos libros sobre el país. El primero fue ‘El río’, publicado en el 2002, el cual narra sus viajes durante los años 70, cuando trabajaba con el Jardín Botánico. “Ese libro fue un mapa para los jóvenes que no podían viajar en esos años tan difíciles”, cuenta a EL PILÓN.
El segundo libro salió en el 2020. Se llama ‘Magdalena, historia de Colombia’. “De alguna manera, como escribió el escritor Héctor Abad, el libro es una carta de amor para Colombia”, señala Wade Davis.
El reconocido antropólogo y etnobotánico se hospedó en Valledupar luego de viajar a lo más alto de la Sierra Nevada de Santa Marta con el objetivo de desarrollar el proyecto ‘Río Arriba’, una iniciativa que busca que los colombianos conozcan la diversidad del país.
“Fuimos a conseguir la bendición de los arhuacos”, inicia contando. Habla un español claro, pero aún comete errores de conjugación. Sin embargo, eso no es impedimento para que explique, sin ocultar su emoción, la filosofía de los arhuacos, la cual quiere expandir a través del proyecto ‘Río Arriba’.
“Nosotros podemos presentar la naturaleza como un aspecto fundamental, fundacional del alma y el pueblo colombiano. Proteger la naturaleza va más allá de las regulaciones, es un acto patriótico. Tengo más de 50 años de relación con los arhuacos. La visión que tienen es la ley de la madre creadora. Ellos señalan que debemos entender que estamos totalmente conectados con la naturaleza, que la sangre que corre por nosotros no es diferente al agua que circula por los ríos. El mundo tiene que empezar a pensar como los arhuacos”, relata.
Enseguida, Wade explica cómo ha cambiado la visión sobre los hermanos mayores que viven y cuidan la Sierra Nevada. “Cuando fui en 1974 más allá de Atánquez, los parientes de mis amigos de la Universidad Nacional de Bogotá me preguntaron por qué quería vivir con la gente sucia. Esas fueron las palabras que usaron en el 74. Actualmente, ¿cuántos presidentes de Colombia han viajado arriba de la Sierra Nevada para dar su respeto a los mamos?”, cuenta.
A su lado viajan otros amantes de la naturaleza, entre ellos el exalcalde de Barranquilla, Jaime Pumarejo. Ambos afirman que viajar a lo más alto de la Sierra Nevada, donde nacen las aguas que alimentan, por ejemplo, el río Guatapurí, es una experiencia que transforma la mentalidad.
“Es un viaje al pasado, lejos del ruido del hombre. Si queremos proteger el mundo, creemos que debe parecerse a lo que han cuidado los mamos en la Sierra Nevada. A eso debe parecerse el futuro”, señala el exalcalde Jaime Pumarejo.
Y agrega, haciendo una radiografía interna de su experiencia: “Se siente poder, energías positivas, comunión, esperanza, porque el arhuaco está rodeado de paz y tranquilidad. Escogieron vivir en paz con nosotros, y enseñarnos cómo vivir en comunión con la naturaleza. Por eso subimos a pedirles la bendición”.
Wade Davis tiene la teoría de que los arhuacos eran taironas guerreros y luchadores, que subieron a la Sierra Nevada a refugiarse y por 200 años crearon una cultura de paz. Ahora llaman a las personas que viven en la urbe “los hermanos menores”, no de forma despectiva, “sino dando entender que al hermano menor el universo lo deja hacer travesuras, pero es el hermano mayor el que debe guiarlo”, explica Jaime Pumarejo.
“Ellos nos están tratando de enseñar a volver a la comunión con el mundo. Si hacemos eso vamos a curar nuestro espíritu. Ese es el mensaje que queremos transmitirle a Colombia”, agrega. Wade fortalece la idea con una corta frase: “Los arhuacos señalan que para limpiar el río debemos limpiar nuestra alma”.
El exalcalde Jaime Pumarejo, sin necesidad de mencionar al presidente Gustavo Petro, menciona que la política ambiental de Colombia no debe centrarse exclusivamente en la reducción de la producción de CO2, sino en conservar la naturaleza.
“Colombia no es un gran emisor de CO2. Un colombiano emite 1,6 toneladas de CO2 por personas al año. Un estadounidense emite 15 toneladas por persona. Si Colombia dejara de emitir CO2 no pasaría absolutamente nada. Nuestra responsabilidad es recordar que somos uno de los países más megadiversos del mundo. Tenemos un tesoro que debemos cuidar”, sostuvo el mandatario.
El proyecto ‘Río Arriba’ consta de una investigación científica, antropológica y documental. Además producirán un libro, un documental y un movimiento cultural y científico que busca unir a mucha gente. “La idea es que Río Arriba sea un proyecto de todos aquellos colombianos que hacen cosas increíbles por apoyar la idea que nuestro futuro es aprovechar la naturaleza”, cierra Pumarejo.
“El patrimonio de Colombia es la tierra. Colombia tiene más biodiversidad que cualquier otro país. Colombia es el único país fundado en la visión de la naturaleza por la amistad entre Alexander Van Humboldt y Simón Bolívar”, finalizó Davis.