Por: Julio Mario Nuestra tierra ha sido semillero de grandes mujeres y hay un acertado adagio que dice que detrás de cada hombre hay una gran mujer, Pedro Castro Monsalvo ese legendario patriarca de nuestra comarca tuvo la fortuna de tener a su lado a una excelente esposa, me refiero a Paulina Mejía de Castro, […]
Por: Julio Mario
Nuestra tierra ha sido semillero de grandes mujeres y hay un acertado adagio que dice que detrás de cada hombre hay una gran mujer, Pedro Castro Monsalvo ese legendario patriarca de nuestra comarca tuvo la fortuna de tener a su lado a una excelente esposa, me refiero a Paulina Mejía de Castro, conocida cariñosa y respetuosamente como ‘Doña Pau’ o Doña Paba para otros, para mi simplemente fue Tía Paulina, una mujer excepcional, una mujer que estuvo presente en mi vida desde que nací, pues desde ese entonces mi padre ya trabajaba con ella como administrador general de sus empresas agropecuarias, labor que ejerció con eficiencia, lealtad, honradez y decoro por más de treinta años de su vida, para él además de ser su patrona, fue su paradigma, consejera, amiga y sin lugar a dudas su segunda mamá.
Mi papá (q.e.p.d) además de sus conocimientos en el mundo de la agricultura y ganadería, ocupó está honrosa posición gracias a su cercanía familiar con ella, pues mi madre era su sobrina, hija de su querida hermana ‘Pachita’ mi abuela.
Paulina Ramona Mejía Monsalvo fue una dama digna de admiración, pues a pesar de no haber cursado estudios superiores, fue autodidacta, esa condición junto a su inteligencia, talento y otras muchas virtudes le permitieron subir muchos peldaños en la vida, ocupando cargos importantísimos a nivel regional, nacional y mundial, lo que hizo que Valledupar siempre estuviera bien representado en los más altos niveles, gracias a la presencia de esta gran mujer. Recuerdo que siempre que hablamos me aconsejaba tres cosas fundamentales, que leyera mucho, que me educara y sobre todo que viajara bastante, que de este modo ella había adquirido su basta cultura, lógicamente también aprendió muchas cosas al lado del Doctor Castro Monsalvo. Tía Paulina fue amante de nuestro folclor vallenato, hago remembranza de una anécdota en la cual hace muchos años cuando yo apenas era un niño, precisamente en el año 1984, un día cualquiera acompañé a mi papá y mi a mi tía a la bella Hacienda El Zanjón, la cual él también administraba, de regreso ellos dos venían dialogando amenamente y comenzó a sonar en el pasacintas la canción El Mundo, de la autoría de Calixto Ochoa y grabada por Diomedes Díaz y ‘Colacho’ Mendoza, los cuales acababan de sacar al mercado su último ‘LP’, mi tía guardó silencio y comenzó a escuchar detenidamente la letra de la canción, en donde el autor eruditamente plasma su sentir acerca de cómo Dios tenía el mundo bien organizado, que se necesitaba de cada clase social un poquito, porque si todos fuéramos capitalistas quien trabajaría, enseguida hizo una buena crítica del popular canto, de su letra y de cómo la interpretaban esos dos grandes artistas y le pidió el favor a mi papá de que le comprará ese ‘cassette’. También recuerdo que hace unos años cuando Pedro Castro Monsalvo cumplió 20 años de fallecido organizó a manera de homenaje al lado de sus hijas, Leonor, ‘Poly’ y María Eugenia, la producción de un disco con todas las canciones que hacen mención de este ilustre personaje. Lo cierto es que Doña Paulina fue una mujer de un talante inigualable, exquisita, siempre impecable y elegantemente vestida, muy pulcra al hablar, definitivamente fue una mujer de mundo, pero sin olvidarse jamás de sus orígenes provincianos, a nivel familiar fue muy querida y especial con todos sus allegados, por eso en su aniversario le rindo este sencillo homenaje y hago extensivo un abrazo fraterno a toda su familia, especialmente a mis primos Hernán Raúl y David Maestre Castro.
Por: Julio Mario Nuestra tierra ha sido semillero de grandes mujeres y hay un acertado adagio que dice que detrás de cada hombre hay una gran mujer, Pedro Castro Monsalvo ese legendario patriarca de nuestra comarca tuvo la fortuna de tener a su lado a una excelente esposa, me refiero a Paulina Mejía de Castro, […]
Por: Julio Mario
Nuestra tierra ha sido semillero de grandes mujeres y hay un acertado adagio que dice que detrás de cada hombre hay una gran mujer, Pedro Castro Monsalvo ese legendario patriarca de nuestra comarca tuvo la fortuna de tener a su lado a una excelente esposa, me refiero a Paulina Mejía de Castro, conocida cariñosa y respetuosamente como ‘Doña Pau’ o Doña Paba para otros, para mi simplemente fue Tía Paulina, una mujer excepcional, una mujer que estuvo presente en mi vida desde que nací, pues desde ese entonces mi padre ya trabajaba con ella como administrador general de sus empresas agropecuarias, labor que ejerció con eficiencia, lealtad, honradez y decoro por más de treinta años de su vida, para él además de ser su patrona, fue su paradigma, consejera, amiga y sin lugar a dudas su segunda mamá.
Mi papá (q.e.p.d) además de sus conocimientos en el mundo de la agricultura y ganadería, ocupó está honrosa posición gracias a su cercanía familiar con ella, pues mi madre era su sobrina, hija de su querida hermana ‘Pachita’ mi abuela.
Paulina Ramona Mejía Monsalvo fue una dama digna de admiración, pues a pesar de no haber cursado estudios superiores, fue autodidacta, esa condición junto a su inteligencia, talento y otras muchas virtudes le permitieron subir muchos peldaños en la vida, ocupando cargos importantísimos a nivel regional, nacional y mundial, lo que hizo que Valledupar siempre estuviera bien representado en los más altos niveles, gracias a la presencia de esta gran mujer. Recuerdo que siempre que hablamos me aconsejaba tres cosas fundamentales, que leyera mucho, que me educara y sobre todo que viajara bastante, que de este modo ella había adquirido su basta cultura, lógicamente también aprendió muchas cosas al lado del Doctor Castro Monsalvo. Tía Paulina fue amante de nuestro folclor vallenato, hago remembranza de una anécdota en la cual hace muchos años cuando yo apenas era un niño, precisamente en el año 1984, un día cualquiera acompañé a mi papá y mi a mi tía a la bella Hacienda El Zanjón, la cual él también administraba, de regreso ellos dos venían dialogando amenamente y comenzó a sonar en el pasacintas la canción El Mundo, de la autoría de Calixto Ochoa y grabada por Diomedes Díaz y ‘Colacho’ Mendoza, los cuales acababan de sacar al mercado su último ‘LP’, mi tía guardó silencio y comenzó a escuchar detenidamente la letra de la canción, en donde el autor eruditamente plasma su sentir acerca de cómo Dios tenía el mundo bien organizado, que se necesitaba de cada clase social un poquito, porque si todos fuéramos capitalistas quien trabajaría, enseguida hizo una buena crítica del popular canto, de su letra y de cómo la interpretaban esos dos grandes artistas y le pidió el favor a mi papá de que le comprará ese ‘cassette’. También recuerdo que hace unos años cuando Pedro Castro Monsalvo cumplió 20 años de fallecido organizó a manera de homenaje al lado de sus hijas, Leonor, ‘Poly’ y María Eugenia, la producción de un disco con todas las canciones que hacen mención de este ilustre personaje. Lo cierto es que Doña Paulina fue una mujer de un talante inigualable, exquisita, siempre impecable y elegantemente vestida, muy pulcra al hablar, definitivamente fue una mujer de mundo, pero sin olvidarse jamás de sus orígenes provincianos, a nivel familiar fue muy querida y especial con todos sus allegados, por eso en su aniversario le rindo este sencillo homenaje y hago extensivo un abrazo fraterno a toda su familia, especialmente a mis primos Hernán Raúl y David Maestre Castro.