Publicidad
Categorías
Categorías
Columnista - 19 agosto, 2022

Tres alegres muchachos

Los jóvenes de hoy, al menos esta cosecha que enfrento en estos días, saben mil cosas del presente, incluso del futuro sin que exista, pero nada del pasado. 

Boton Wpp

Hoy es el primer encuentro que tengo con bachilleres de Valledupar y otras ciudades que piensan ingresar a la vida universitaria, muy jóvenes en su inmensa mayoría, muy pocos tienen 20 años, que hace otros tiempos era la edad normal.. Para romper el hielo les pregunté por Luis Enrique Martínez el rey vallenato que la Fundación Festival Vallenato rinde homenaje el año entrante, para mi sorpresa nadie sabía quién era y ni quién fue. Entonces para entrar en algo de mitología criolla y pregunte por Francisco El Hombre y ahí fue Troya. Algunos afirmaron que era el  inventor del acordeón, otros afirman sobre un rey vallenato de hace muchos años y los más atrevidos aseguran que fue quien enseñó al diablo a tocar las cajas y los acordeones de antes.

Entonces les pregunté por Alfredo Gutiérrez y el silencio era casi igual o peor que lo anterior, los más sabios adivinaron que era el señor que tocaba cumbias para los abuelitos  bailadores. Quise preguntarles por Chipuco, pero preferí entonces dejarlo para otra ocasión. Mencioné varios nombres, y solo saben sobre Carlos Vives, Silvestre Dangond, Diego Daza, Elder Dayan,  en mi caso a los últimos dos no los conozco y el callado entonces era yo. Para no pasar vergüenza en mi propia tierra, les pregunté por Shakira, para salir del paso, entonces si todos la conocen, la admiran, saben el nombre de sus hijos y la novia de Piqué. Saben todo el rollo de la separación y hasta de los escándalos de la barranquillera por impuestos en España.

Saben el nombre de una cantidad de reguetoneros que yo pensé que eran nombres de mascotas y de algún programa juvenil, incluso de virus de computadoras. Entonces me averigüé por la famosa cátedra vallenata que tanto impulsan los alcaldes y secretarios de cultura en cada periodo, pero los muchachos no saben nada de su pasado cercano…

Para ellos Salguero es un puente que pronto será olvidado, Loperena es un colegio y Alfonso López era un Hospital. Un paseo incluye río y gallinas, pero no saben que también es un aire,  una puya es una inyección y un merengue algo que incluye huevos y azúcar, pero que por la reforma tributaria tampoco veremos, ya por sí escasos. Y el  son, tampoco está en su vocabulario de vallenato. 

Intenté cambiarles de temas, pregúntales por la posesión presidencial reciente, los más pilosos les llamó la atención sobre la espada de Bolívar, pero al preguntarles por el libertador, me dijeron que era un barrio de Valledupar o una avenida, algo así. Recordé entonces que ellos tampoco vieron historia de Colombia, menos universal.

Al final les pregunté dónde y cómo se verían ellos en cinco años, es decir al terminar las carreras que estaban por comenzar. En su mayoría  sueñan con Estado Unidos, España, Canadá y China, algunos pocos en Puerto Rico para aprender bien de reguetón, nadie piensa casarse en los próximos diez años, excepto de encontrar una famosa como Shakira y ellos llegar a ser futbolistas como Piqué.

Los jóvenes de hoy, al menos esta cosecha que enfrento en estos días, saben mil cosas del presente, incluso del futuro sin que exista, pero nada del pasado. 

Como en la canción “Plástico” del salsero Blades, hablando de marcas de carros, ellos prefieren hablar y soñar con el modelo de móvil que vendrá el año entrante, muy pocos escuchan radio, noticias casi ninguna, todo se enteran en la red, de ahí tanta desinformación seria y práctica, si mucha farándula y fútbol por todas partes. Saben que Nairo tomó Tramadol, no tramador, pero puede seguir porque tiene diez para defenderse. Saben que el Ferrari que remplazaría al avión de Planeación Nacional no puede porque tiene tres nacionalidades en vez de una, entonces no sabe dónde planeará. Saben inclusive que hay un nuevo dulce con tres implicados vallenatos, como un tutufritti, de contrabando, es decir con matute y lechuga como condimentos. Saben mucho, pero no saben nada, nosotros tampoco pero cada día los intentamos. Que vaina.

Columnista
19 agosto, 2022

Tres alegres muchachos

Feel the sand on your feet, not your wardrobe weight.
Edgardo Mendoza Guerra

Los jóvenes de hoy, al menos esta cosecha que enfrento en estos días, saben mil cosas del presente, incluso del futuro sin que exista, pero nada del pasado. 


Hoy es el primer encuentro que tengo con bachilleres de Valledupar y otras ciudades que piensan ingresar a la vida universitaria, muy jóvenes en su inmensa mayoría, muy pocos tienen 20 años, que hace otros tiempos era la edad normal.. Para romper el hielo les pregunté por Luis Enrique Martínez el rey vallenato que la Fundación Festival Vallenato rinde homenaje el año entrante, para mi sorpresa nadie sabía quién era y ni quién fue. Entonces para entrar en algo de mitología criolla y pregunte por Francisco El Hombre y ahí fue Troya. Algunos afirmaron que era el  inventor del acordeón, otros afirman sobre un rey vallenato de hace muchos años y los más atrevidos aseguran que fue quien enseñó al diablo a tocar las cajas y los acordeones de antes.

Entonces les pregunté por Alfredo Gutiérrez y el silencio era casi igual o peor que lo anterior, los más sabios adivinaron que era el señor que tocaba cumbias para los abuelitos  bailadores. Quise preguntarles por Chipuco, pero preferí entonces dejarlo para otra ocasión. Mencioné varios nombres, y solo saben sobre Carlos Vives, Silvestre Dangond, Diego Daza, Elder Dayan,  en mi caso a los últimos dos no los conozco y el callado entonces era yo. Para no pasar vergüenza en mi propia tierra, les pregunté por Shakira, para salir del paso, entonces si todos la conocen, la admiran, saben el nombre de sus hijos y la novia de Piqué. Saben todo el rollo de la separación y hasta de los escándalos de la barranquillera por impuestos en España.

Saben el nombre de una cantidad de reguetoneros que yo pensé que eran nombres de mascotas y de algún programa juvenil, incluso de virus de computadoras. Entonces me averigüé por la famosa cátedra vallenata que tanto impulsan los alcaldes y secretarios de cultura en cada periodo, pero los muchachos no saben nada de su pasado cercano…

Para ellos Salguero es un puente que pronto será olvidado, Loperena es un colegio y Alfonso López era un Hospital. Un paseo incluye río y gallinas, pero no saben que también es un aire,  una puya es una inyección y un merengue algo que incluye huevos y azúcar, pero que por la reforma tributaria tampoco veremos, ya por sí escasos. Y el  son, tampoco está en su vocabulario de vallenato. 

Intenté cambiarles de temas, pregúntales por la posesión presidencial reciente, los más pilosos les llamó la atención sobre la espada de Bolívar, pero al preguntarles por el libertador, me dijeron que era un barrio de Valledupar o una avenida, algo así. Recordé entonces que ellos tampoco vieron historia de Colombia, menos universal.

Al final les pregunté dónde y cómo se verían ellos en cinco años, es decir al terminar las carreras que estaban por comenzar. En su mayoría  sueñan con Estado Unidos, España, Canadá y China, algunos pocos en Puerto Rico para aprender bien de reguetón, nadie piensa casarse en los próximos diez años, excepto de encontrar una famosa como Shakira y ellos llegar a ser futbolistas como Piqué.

Los jóvenes de hoy, al menos esta cosecha que enfrento en estos días, saben mil cosas del presente, incluso del futuro sin que exista, pero nada del pasado. 

Como en la canción “Plástico” del salsero Blades, hablando de marcas de carros, ellos prefieren hablar y soñar con el modelo de móvil que vendrá el año entrante, muy pocos escuchan radio, noticias casi ninguna, todo se enteran en la red, de ahí tanta desinformación seria y práctica, si mucha farándula y fútbol por todas partes. Saben que Nairo tomó Tramadol, no tramador, pero puede seguir porque tiene diez para defenderse. Saben que el Ferrari que remplazaría al avión de Planeación Nacional no puede porque tiene tres nacionalidades en vez de una, entonces no sabe dónde planeará. Saben inclusive que hay un nuevo dulce con tres implicados vallenatos, como un tutufritti, de contrabando, es decir con matute y lechuga como condimentos. Saben mucho, pero no saben nada, nosotros tampoco pero cada día los intentamos. Que vaina.