Esta es una investigación que estudia el acta de Fundación de la ciudad de Valencia del Dulce Nombre de Jesús, efectuada el 11 de mayo de 1587, en lo que hoy es Pueblo Bello, por don Antonio Flores Enjuto, pacificador de las naciones de Valencia de Jesús, Sierra Nevada y Valle de San Pedro, correspondientes al río de Ariguaní.
Dedico esta investigación a los valientes y actuales pobladores de la Nueva Valencia de Jesús, al señor obispo, a los sacerdotes que a diario ofician en ella y a uno de sus pobladores más eminentes, don José Trinidad Mejía (Papanino), cofundador de la hermandad de Jesús de Nazareno y quien con gran civismo y desprendimiento compró y obsequió un lote para que en él se edificara el colegio de la Sagrada Familia de las Monjitas Capuchinas de Valledupar.
Las evidencias hacen concluir que la primera acta de fundación de esta noble ciudad se deterioró con el tiempo, ya que en el siglo XVI no se escribía aquí en América sobre papel, sino sobre pergaminos, que eran cueros de chivos secados al sol, pero que se deterioraban por factores climáticos, especialmente por la humedad; esto dio lugar a que su fundador, años más tarde, levantara otra acta de fundación basándose en que los testigos de esta fundación estaban aún vivos, pero además leyendo algunos pedazos del acta original cuyas letras aún no se habían borrado del pergamino.
Lee aquí también: El clamor de Valencia de Jesús por su iglesia
En esta acta se expresan las conveniencias que ofrece este territorio (hoy Pueblo Bello) para cortes de minas de oro y plata, pero además para cultivos de trigo y otros frutos correspondientes a su fresco temperamento. Dice así:
En la ciudad de los Reyes de Valle de Upar, a once días del mes de mayo de 1587, parte Fernando de Villazón, alcalde ordinario de la Ciudad de los Reyes, y presentó un formulario o interrogatorio que iría a llenar el capitán Antonio Flores, según las respuesta de los interrogados; en este cuestionario se declara cómo Antonio Flores pobló y tiene poblada la ciudad de Valencia del Dulce Nombre de Jesús, en nombre de su Majestad y relata cómo la pobló y fundó por poderes y comisiones de don López de Orozco, gobernador perpetuo, que fue de esta gobernación de Santa Marta y ante el capitán Francisco Marmolejo, su teniente general y administrador.
Se escogieron algunos vecinos encomenderos que habitaban en dicha ciudad para que dieran declaraciones sobre la fertilidad y calidad de las tierras, así mismo para que declararan sobre las costumbres de los naturales (indígenas) de ella y que por lo tanto pide y suplica a los testigos que sobre ello declararán que cuando se les mande a examinar mediante un interrogatorio, el cual será publicado ante las autoridades. El capitán Antonio Flores era vecino de esta ciudad de Valencia.
Uno de los encomenderos que declaró en uno de los interrogatorios fue el hijo del gobernador López de Orozco.
Los testigos declaran que el capitán Antonio Flores salió de la ciudad de los Reyes del Valle de Upar, con comisión y poderes del dicho don López de Orozco y el capitán Francisco Marmolejo, administrador y teniente general y con algunos soldados pertrechos; en voz de pobladores fue al descubrimiento de Tairona y San Sebastián, hará catorce meses y con la dicha gente entró en la dicha provincia y en ella a otras comarcanas, y las anduvo con los dichos pobladores, llamando a los naturales (indígenas) y trayéndolos a la obediencia de su Majestad y cuando lograron reunir mucha suma de los naturales, observó que venían dando la paz y obediencia a su Majestad y vio cómo aquella tierra era fértil y aparejada para sembrar trigo y todas las demás cosas que en ella se pudiera sembrar por ser tierra templada, antes frías que cálidas y aparejada para criar muchos ganados, por haber muchos valles y dehesas1 en la parte y lugar que mejor le pareció en nombre de su Majestad y por virtud de los poderes que llevaba, pobló y fundó la ciudad de Valencia del Dulce Nombre de Jesús, que ahora está poblada; habiendo nombrado alcaldes y regidores (hoy concejales) y otros oficiales de república y habiendo hecho repartimiento de solares, huertas y estancia2 para las labores agrícolas.
Después de haber poblado dicha ciudad, el capitán Antonio Flores, con los dichos pobladores, volvió a hacer descripción de todos los naturales de la dicha provincia llamándoles con buenas palabras con rescates3 y dádivas que para ello llevaba y les dio a entender que habían de reconocer y dar la obediencia a su Majestad el rey y el tributo que debían entregar, y así trató con ellos la paz y se ofrecieron y dieron vasallaje4 o tributo a su Majestad y guardaron el vasallaje y aún lo guardan
Después de haber dado la paz, los dichos naturales y habiendo hecho descripción de ellos los anotó asimismo a todos los pobladores de la dicha ciudad, haciendo depósito en ellos conforme a los méritos y calidad de cada uno; entregando determinado número de indios para hacer repartidos a 44 vecinos encomenderos de la ciudad, quedando en cabeza de su Majestad el rey cuatro caciques de los principales con sus pueblos.
Se tomó luego la posesión en un cacique llamado SIBINAMA, en nombre de todos los demás, o seas de los otros tres caciques.
Declaran que es una tierra de muchos naturales (indígenas) y que la ciudad cada día va en aumento y se le ha metido mucho ganado vacuno, ovejuno, yeguar caballo, puercos, garañones (burros) y se ha sembrado mucho trigo, habas, garbanzos, turmas (papas) y mucha cantidad de legumbres y todo se ha dado muy bien y se está sembrando mucho; a la razón se están haciendo muchos aperos y un molino para moler el trigo y se tiene noticia de que habría minas de oro porque tienen los naturales muchas joyas y ellos dirán de dónde lo sacan y si entienden y saben que la dicha gobernación vendrá en mucho aumento para la dicha ciudad y será parte de sustento y de proveer harina de trigo y biscochos para toda la costa y que de ello redundará mucho provecho a su Majestad y real hacienda y así mismo, el dicho capitán general Antonio Flores ha descubierto las provincias comarcanas de la dicha Taironaka de que se pueden poblar otros pueblos en ellas comarcanas a esta, por haber muchos naturales, lo cual con la ayuda y favor que el gobernador de ahora, Francisco Marmolejo, se ofrece dar en sus cartas, se poblará fácilmente y vendrá esta gobernación con mucho aumento.
Lee aquí también: Capilla de Valencia de Jesús en ‘cuidados intensivos’
Expresa el capitán Antonio Flores que los naturales son muy domésticos y que todos son mercaderes y tratantes unos con otros y que tienen sus pueblos formados y que no es gente fugitiva, ni dejan sus casas y que para siempre habitan en ellas; y que para dar la paz, no fue menester que hubiera muertes ni Guasabaras (guerras), sino con buenas razones que de parte de su Majestad les daban, venían a dar la paz y obediencia y que son gente que van tomando las cosas de nuestra santa fe católica con mucho amor y muchos han recibido el sacramento del bautizo y que es gente que les agrada y les digan y traten de las cosas de Dios.
Los dichos naturales de la dicha ciudad están ya tan pacíficos y por tan amigos de españoles y para saber y entender, han venido de sus tierras y vienen cada día hasta esta ciudad de Valle de Upar a ver y tratar con los vecinos y otros naturales cercanos a ellos, trayendo manzanas y frijoles que en su tierra cogen para vender acá en trueque o cambio de sal, herramientas y otras cosas que ellos han menester o han de necesitar.
Después de lo susodicho, o sea de lo ya dicho, el capitán Antonio Flores para la dicha información trató y presentó por testigo a Fray Pedro Topete, cura y vicario de esta santa iglesia del Dulce Nombre de Jesús, de la orden de San francisco, compañero del obispo de Santa Marta, al igual cantó ante el dicho alcalde poniendo la mano en su pecho, y juró decir verdad de lo que supiere y ha visto como persona que ha estado en dicha tierra y en esta ciudad y después de haber jurado dijo lo siguiente: que él conoce a todas las personas de la ciudad desde hace ocho y diez años y ha tenido con ellos trato y contestación; dice que es de 46 años, además sabe que el capitán Antonio Flores por orden de don López de Orozco y Francisco Marmolejo, su administrador y teniente general, fundó la ciudad con muchos soldados y cosas necesarias para el uso de su viaje y que entre las armas que llevaba había arcabuces y otras; que también le consta que el capitán Flores fue a la provincia de Taironaka y San Sebastián y anduvo por toda aquella tierra con sus soldados y pobló y fundó la ciudad en la provincia de Taironaka en nombre de su Majestad y le puso por nombre Valencia del Dulce Nombre de Jesús y que a los pocos días fue a ella y en el nombre del obispo de Santa Marta, don Sebastián de Ocando, tomó la posesión en la iglesia de la ciudad de Valencia y en ella dijo muchas misas y que la iglesia se llamó de Santa Lucía y fundó en ella tres cofradías: la de las Animas, la del Purgatorio y la de Nuestra Señora del Dulce Nombre de Jesús, y las bendijo y estuvo mucho tiempo administrando los sacramentos así del bautismo como otros que se ofrecieron y que ha bautizado a algunos naturales que pedían el bautismo, haciendo primero las preparaciones necesarias y redificándolos en las cosas de nuestra Santa fe Católica y vio cómo había alcaldes y regidores y otros oficiales de República y cómo venían muchos caciques de Paz a servir al pueblo y vio cómo tenían hechas muchas casas, y tenían huertas y estancias y la tierra de muy poco temple y muy fértil y en ella vio trigo muy bueno, y habían cogido garbanzos y habas y otras legumbres y huertas, dijo además que estando allí vio muchos caminos y salidas, y vio cómo hicieron descripción de la tierra de los naturales, además observó que venían tres caciques que nunca habían venido a dar la obediencia a su Majestad y ahora sí la dieron y está toda de paz y sirven muy bien.
Dijo además que sabe y vio cómo el dicho capitán Antonio Flores después de haber hecho descripción de la tierra hizo depósito en 44 vecinos a los indios naturales de aquella provincia dando a cada uno conforme a la calidad, méritos y servicios; vio cómo puso en la cabeza de su Majestad cuatro pueblos con cuatro caciques y se tomó en nombre de su majestad la posesión.
Expresó también el sacerdote que esta tierra es muy buena y de buen temple y de naturales, así como de ganados de vacuno, ovejuno, yegua, etc., y que se ha sembrado trigo y se coge dos veces al año, se hacen muchos labores y arados y que es el mejor trigo que se ha visto en estos lugares y que este lugar daba bastimento a toda la costa, biscochos y harina.
1. (Dehesas: del latín defensa o defendida, tierra destinada a pastos en que comen los ganados y potros a los dos años de edad)
2.(Estancia: del latín lugar o mansión para estarse, asiento, habitación en un lugar; casa o paraje, aposento donde se permanecía, cuarto donde se habitaba ordinariamente, permanencia en un lugar cuando se está enfermo en el hospital, hacienda de campos donde se hacían cultivos y ganaderías).
3.(Rescate: del latín rescatar, dinero con que se rescata o se pide algo para ello, rescate de víctima en un conflicto, recobrar por precio o por fuerza lo que el enemigo ha cogido o lo que haya pasado a mano ajena, cambiar o trocar oro por mercancía ordinaria).
4.(Vasallaje: el tributo o pago en oro que debían dar al rey, declararse con un vínculo de dependencia y fidelidad ante el rey, tributo pagado por el vasallo al Señor mediante una ceremonia especial, como besarle la mano al Señor, tributo pagado por el vasallo).
Continuará…
Investigó Ruth Ariza Cotes en el Archivo Nacional de Bogotá, fondo poblaciones, con curso de un año de transcripción paleográfica.
Ruth Ariza Cotes | EL PILÓN
Esta es una investigación que estudia el acta de Fundación de la ciudad de Valencia del Dulce Nombre de Jesús, efectuada el 11 de mayo de 1587, en lo que hoy es Pueblo Bello, por don Antonio Flores Enjuto, pacificador de las naciones de Valencia de Jesús, Sierra Nevada y Valle de San Pedro, correspondientes al río de Ariguaní.
Dedico esta investigación a los valientes y actuales pobladores de la Nueva Valencia de Jesús, al señor obispo, a los sacerdotes que a diario ofician en ella y a uno de sus pobladores más eminentes, don José Trinidad Mejía (Papanino), cofundador de la hermandad de Jesús de Nazareno y quien con gran civismo y desprendimiento compró y obsequió un lote para que en él se edificara el colegio de la Sagrada Familia de las Monjitas Capuchinas de Valledupar.
Las evidencias hacen concluir que la primera acta de fundación de esta noble ciudad se deterioró con el tiempo, ya que en el siglo XVI no se escribía aquí en América sobre papel, sino sobre pergaminos, que eran cueros de chivos secados al sol, pero que se deterioraban por factores climáticos, especialmente por la humedad; esto dio lugar a que su fundador, años más tarde, levantara otra acta de fundación basándose en que los testigos de esta fundación estaban aún vivos, pero además leyendo algunos pedazos del acta original cuyas letras aún no se habían borrado del pergamino.
Lee aquí también: El clamor de Valencia de Jesús por su iglesia
En esta acta se expresan las conveniencias que ofrece este territorio (hoy Pueblo Bello) para cortes de minas de oro y plata, pero además para cultivos de trigo y otros frutos correspondientes a su fresco temperamento. Dice así:
En la ciudad de los Reyes de Valle de Upar, a once días del mes de mayo de 1587, parte Fernando de Villazón, alcalde ordinario de la Ciudad de los Reyes, y presentó un formulario o interrogatorio que iría a llenar el capitán Antonio Flores, según las respuesta de los interrogados; en este cuestionario se declara cómo Antonio Flores pobló y tiene poblada la ciudad de Valencia del Dulce Nombre de Jesús, en nombre de su Majestad y relata cómo la pobló y fundó por poderes y comisiones de don López de Orozco, gobernador perpetuo, que fue de esta gobernación de Santa Marta y ante el capitán Francisco Marmolejo, su teniente general y administrador.
Se escogieron algunos vecinos encomenderos que habitaban en dicha ciudad para que dieran declaraciones sobre la fertilidad y calidad de las tierras, así mismo para que declararan sobre las costumbres de los naturales (indígenas) de ella y que por lo tanto pide y suplica a los testigos que sobre ello declararán que cuando se les mande a examinar mediante un interrogatorio, el cual será publicado ante las autoridades. El capitán Antonio Flores era vecino de esta ciudad de Valencia.
Uno de los encomenderos que declaró en uno de los interrogatorios fue el hijo del gobernador López de Orozco.
Los testigos declaran que el capitán Antonio Flores salió de la ciudad de los Reyes del Valle de Upar, con comisión y poderes del dicho don López de Orozco y el capitán Francisco Marmolejo, administrador y teniente general y con algunos soldados pertrechos; en voz de pobladores fue al descubrimiento de Tairona y San Sebastián, hará catorce meses y con la dicha gente entró en la dicha provincia y en ella a otras comarcanas, y las anduvo con los dichos pobladores, llamando a los naturales (indígenas) y trayéndolos a la obediencia de su Majestad y cuando lograron reunir mucha suma de los naturales, observó que venían dando la paz y obediencia a su Majestad y vio cómo aquella tierra era fértil y aparejada para sembrar trigo y todas las demás cosas que en ella se pudiera sembrar por ser tierra templada, antes frías que cálidas y aparejada para criar muchos ganados, por haber muchos valles y dehesas1 en la parte y lugar que mejor le pareció en nombre de su Majestad y por virtud de los poderes que llevaba, pobló y fundó la ciudad de Valencia del Dulce Nombre de Jesús, que ahora está poblada; habiendo nombrado alcaldes y regidores (hoy concejales) y otros oficiales de república y habiendo hecho repartimiento de solares, huertas y estancia2 para las labores agrícolas.
Después de haber poblado dicha ciudad, el capitán Antonio Flores, con los dichos pobladores, volvió a hacer descripción de todos los naturales de la dicha provincia llamándoles con buenas palabras con rescates3 y dádivas que para ello llevaba y les dio a entender que habían de reconocer y dar la obediencia a su Majestad el rey y el tributo que debían entregar, y así trató con ellos la paz y se ofrecieron y dieron vasallaje4 o tributo a su Majestad y guardaron el vasallaje y aún lo guardan
Después de haber dado la paz, los dichos naturales y habiendo hecho descripción de ellos los anotó asimismo a todos los pobladores de la dicha ciudad, haciendo depósito en ellos conforme a los méritos y calidad de cada uno; entregando determinado número de indios para hacer repartidos a 44 vecinos encomenderos de la ciudad, quedando en cabeza de su Majestad el rey cuatro caciques de los principales con sus pueblos.
Se tomó luego la posesión en un cacique llamado SIBINAMA, en nombre de todos los demás, o seas de los otros tres caciques.
Declaran que es una tierra de muchos naturales (indígenas) y que la ciudad cada día va en aumento y se le ha metido mucho ganado vacuno, ovejuno, yeguar caballo, puercos, garañones (burros) y se ha sembrado mucho trigo, habas, garbanzos, turmas (papas) y mucha cantidad de legumbres y todo se ha dado muy bien y se está sembrando mucho; a la razón se están haciendo muchos aperos y un molino para moler el trigo y se tiene noticia de que habría minas de oro porque tienen los naturales muchas joyas y ellos dirán de dónde lo sacan y si entienden y saben que la dicha gobernación vendrá en mucho aumento para la dicha ciudad y será parte de sustento y de proveer harina de trigo y biscochos para toda la costa y que de ello redundará mucho provecho a su Majestad y real hacienda y así mismo, el dicho capitán general Antonio Flores ha descubierto las provincias comarcanas de la dicha Taironaka de que se pueden poblar otros pueblos en ellas comarcanas a esta, por haber muchos naturales, lo cual con la ayuda y favor que el gobernador de ahora, Francisco Marmolejo, se ofrece dar en sus cartas, se poblará fácilmente y vendrá esta gobernación con mucho aumento.
Lee aquí también: Capilla de Valencia de Jesús en ‘cuidados intensivos’
Expresa el capitán Antonio Flores que los naturales son muy domésticos y que todos son mercaderes y tratantes unos con otros y que tienen sus pueblos formados y que no es gente fugitiva, ni dejan sus casas y que para siempre habitan en ellas; y que para dar la paz, no fue menester que hubiera muertes ni Guasabaras (guerras), sino con buenas razones que de parte de su Majestad les daban, venían a dar la paz y obediencia y que son gente que van tomando las cosas de nuestra santa fe católica con mucho amor y muchos han recibido el sacramento del bautizo y que es gente que les agrada y les digan y traten de las cosas de Dios.
Los dichos naturales de la dicha ciudad están ya tan pacíficos y por tan amigos de españoles y para saber y entender, han venido de sus tierras y vienen cada día hasta esta ciudad de Valle de Upar a ver y tratar con los vecinos y otros naturales cercanos a ellos, trayendo manzanas y frijoles que en su tierra cogen para vender acá en trueque o cambio de sal, herramientas y otras cosas que ellos han menester o han de necesitar.
Después de lo susodicho, o sea de lo ya dicho, el capitán Antonio Flores para la dicha información trató y presentó por testigo a Fray Pedro Topete, cura y vicario de esta santa iglesia del Dulce Nombre de Jesús, de la orden de San francisco, compañero del obispo de Santa Marta, al igual cantó ante el dicho alcalde poniendo la mano en su pecho, y juró decir verdad de lo que supiere y ha visto como persona que ha estado en dicha tierra y en esta ciudad y después de haber jurado dijo lo siguiente: que él conoce a todas las personas de la ciudad desde hace ocho y diez años y ha tenido con ellos trato y contestación; dice que es de 46 años, además sabe que el capitán Antonio Flores por orden de don López de Orozco y Francisco Marmolejo, su administrador y teniente general, fundó la ciudad con muchos soldados y cosas necesarias para el uso de su viaje y que entre las armas que llevaba había arcabuces y otras; que también le consta que el capitán Flores fue a la provincia de Taironaka y San Sebastián y anduvo por toda aquella tierra con sus soldados y pobló y fundó la ciudad en la provincia de Taironaka en nombre de su Majestad y le puso por nombre Valencia del Dulce Nombre de Jesús y que a los pocos días fue a ella y en el nombre del obispo de Santa Marta, don Sebastián de Ocando, tomó la posesión en la iglesia de la ciudad de Valencia y en ella dijo muchas misas y que la iglesia se llamó de Santa Lucía y fundó en ella tres cofradías: la de las Animas, la del Purgatorio y la de Nuestra Señora del Dulce Nombre de Jesús, y las bendijo y estuvo mucho tiempo administrando los sacramentos así del bautismo como otros que se ofrecieron y que ha bautizado a algunos naturales que pedían el bautismo, haciendo primero las preparaciones necesarias y redificándolos en las cosas de nuestra Santa fe Católica y vio cómo había alcaldes y regidores y otros oficiales de República y cómo venían muchos caciques de Paz a servir al pueblo y vio cómo tenían hechas muchas casas, y tenían huertas y estancias y la tierra de muy poco temple y muy fértil y en ella vio trigo muy bueno, y habían cogido garbanzos y habas y otras legumbres y huertas, dijo además que estando allí vio muchos caminos y salidas, y vio cómo hicieron descripción de la tierra de los naturales, además observó que venían tres caciques que nunca habían venido a dar la obediencia a su Majestad y ahora sí la dieron y está toda de paz y sirven muy bien.
Dijo además que sabe y vio cómo el dicho capitán Antonio Flores después de haber hecho descripción de la tierra hizo depósito en 44 vecinos a los indios naturales de aquella provincia dando a cada uno conforme a la calidad, méritos y servicios; vio cómo puso en la cabeza de su Majestad cuatro pueblos con cuatro caciques y se tomó en nombre de su majestad la posesión.
Expresó también el sacerdote que esta tierra es muy buena y de buen temple y de naturales, así como de ganados de vacuno, ovejuno, yegua, etc., y que se ha sembrado trigo y se coge dos veces al año, se hacen muchos labores y arados y que es el mejor trigo que se ha visto en estos lugares y que este lugar daba bastimento a toda la costa, biscochos y harina.
1. (Dehesas: del latín defensa o defendida, tierra destinada a pastos en que comen los ganados y potros a los dos años de edad)
2.(Estancia: del latín lugar o mansión para estarse, asiento, habitación en un lugar; casa o paraje, aposento donde se permanecía, cuarto donde se habitaba ordinariamente, permanencia en un lugar cuando se está enfermo en el hospital, hacienda de campos donde se hacían cultivos y ganaderías).
3.(Rescate: del latín rescatar, dinero con que se rescata o se pide algo para ello, rescate de víctima en un conflicto, recobrar por precio o por fuerza lo que el enemigo ha cogido o lo que haya pasado a mano ajena, cambiar o trocar oro por mercancía ordinaria).
4.(Vasallaje: el tributo o pago en oro que debían dar al rey, declararse con un vínculo de dependencia y fidelidad ante el rey, tributo pagado por el vasallo al Señor mediante una ceremonia especial, como besarle la mano al Señor, tributo pagado por el vasallo).
Continuará…
Investigó Ruth Ariza Cotes en el Archivo Nacional de Bogotá, fondo poblaciones, con curso de un año de transcripción paleográfica.
Ruth Ariza Cotes | EL PILÓN