Para los habitantes del corregimiento de Valencia de Jesús, jurisdicción de Valledupar, no hay celebración más importante que la Semana Santa.  En este pueblo caluroso, de calles limpias, tranquilas y de personas hospitalarias, la fe en Dios y la devoción a Jesús de Nazareno es sagrado para todos.

Hay valencianos que llevan toda su vida sirviendo a la Hermandad de Jesús de Nazareno, pasando de generación en generación con una historia de 260 años de celebración y adoración.

Cuando llega la Semana Mayor todos en el pueblo se direcciona en función de ella; desde el Domingo de Ramos al Domingo de Resurrección se prohíbe el expendio de licores y la realización de parrandas. Toda la comunidad ‘vuelca su mirada’ hacia un solo punto: la celebración de la Semana Santa, la cual describen como una de las más importantes de costa Caribe igualando a Mompox, Bolívar, donde también son de gran relevancia estas fechas.

Cabe señalar que la Asamblea Departamental del Cesar declaró Patrimonio Cultural e Inmaterial a la Semana Santa de Valencia de Jesús, la cual data desde hace 260 años, cuando una señora llamada Casilda, -de ella los lugareños solo recuerdan su nombre-, quien poseía riquezas de la región, era devota de Jesús de Nazareno, pero para hacerle la adoración viajaba cada año a Santa Marta a lomo de mulo por la Sierra Nevada hasta llegar a Santa Marta donde había una imagen. Con el pasar de los años la vejez le impidió realizar este largo recorrido y mandó a diseñar una réplica que le trajeron desde Quito, Ecuador, que es la que aún se conserva en la capilla del pueblo.

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Es precisamente esta capilla otra de las reliquias significativas para los valencianos; una capilla colonial  construida a inicios del siglo XVII declarada Patrimonio Cultural de Colombia en 1993, bajo Resolución 005 30 -IX 1986 y 1686-01 XII 2004, por el Ministerio de Obras y Transporte de esa época,  quedando su administración y mantenimiento a cargo de la Alcaldía de Valledupar.

Sin embargo, desde 2004 no le han hecho reparaciones ni adecuaciones, únicamente ha sido pintada con cal la fachada principal por parte de los devotos del corregimiento. Vale resaltar que años anteriores a 1993 la comunidad se unió y construyó en la parte externa de las paredes de la iglesia unos muros desde el piso hasta el suelo para darle fuerza a las paredes que se estaban deteriorando.  Estas han sido las únicas intervenciones que se le han realizado, ya que por ser un Patrimonio Cultural se debe contar con permisos del Ministerio de Cultura para cualquier tipo de trabajo a fondo que se le vaya hacer.

Esta es una edificación de antigua arquitectura que data de 1700 cuando la colonia española llegó a estas tierras.  En principio el templo únicamente no sirvió para actividades religiosas sino también administrativas. 

En el altar principal de la iglesia está marcado originalmente el año 1700; posteriormente en el arco principal está escrita otra fecha, 1792. Es decir, más de tres siglos de historia.

Esta iglesia está compuesta por una nave central y tres altares menores, que en principio eran cinco incluyendo el altar de Cristo y de las Ánimas, los cuales con el pasar de los años desaparecieron.  

Sin embargo, esta importante obra colonial construida con materiales de la época como piedra, barro y madera actualmente se encuentra en grave deterioro al punto que permanece cerrada para evitar algún tipo de accidente.

Cuando se ingresa a la iglesia es imposible ignorar como el excremento de murciélagos que tienen nidos en cualquier rincón del techo se esparce por todos los lugares.  También la humedad en las paredes, en los altares que además están invadidos por hongos afectando su originalidad incluso pinturas en óleo que trajeron los españoles a estas tierras.

El comején en la madera del techo es otro de los males, así como panales de abejas africanizadas y goteras.  Lo único que no está completamente afectado por ahora es el piso que aún está original desde 1700.

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Esta situación tiene agobiados a los valencianos quienes claman una intervención por parte del Estado y que las promesas no se las ‘lleve el viento’. “La hermandad y la comunidad está muy preocupada por el deterioro de la iglesia; no vemos que los entes gubernamentales hagan algo por el problema que se le ha presentado en el templo, le hemos avisado al municipio, departamento y a la nación, pero han hecho caso omiso los orejas sordas“, manifestó Gilberto Camargo Arrieta, habitante de Valencia de Jesús.

Subrayó que para ellos la iglesia los identifica como valencianos. “Aquí celebramos la Semana Santa más antigua del departamento del Cesar y de la costa Caribe. Las tradiciones se conservan; aún hay la fe y fervor a la imagen de Jesús de Nazareno, lo traemos de tradición desde nuestros ancestros y seguimos luchando para que años tras años esta Semana Santa sea mejor y la fe en la imagen cada día sea más superada.  La Semana Santa para nosotros es tan importante que cuando culmina ya nos estamos preparando para la siguiente con una Hermandad que tiene la responsabilidad de celebrarla cada año mejor para agradar a Dios“, dijo Camargo Arrieta, quien tiene 50 años de ser miembro activo de la Hermandad de Jesús de Nazareno.

José de las Mercedes Gutiérrez Bello, vicepresidente de la Hermandad de Jesús de Nazareno, expresó que de toda la historia que tiene la Semana Santa las únicas veces que no se ha realizado al interior de la iglesia han sido antes de 1993 cuando las paredes estaban deterioradas y levantaron los muros laterales en la parte externa para sostenerla y en el 2020 debido a la pandemia.

“No queremos que la iglesia siga cerrada porque para nosotros es algo que tenemos en nuestros corazones, pero nos da temor que se presente otro accidente como en meses pasados en la celebración de un bautizo cuando  un pedazo de madera del techo le cayó a un feligrés  en la cabeza“, refirió Gutiérrez Bello.

Añadió que este año los preparativos para la celebración de la Semana Mayor están a cargo de la junta directiva de la Hermandad de Jesús de Nazareno.  Debido a la pandemia y las condiciones en las que se encuentra la iglesia no habrá ningún rito dentro del templo.

“Se está proponiendo realizar todo en la plaza,  sin procesión, dependemos que la administración municipal nos de los permisos necesarios“, puntualizó este devoto.

Por su parte, Lenys García otra habitante de Valencia de Jesús, manifestó: “El estado de la iglesia es grave, bastante preocupante porque es patrimonio nacional y no es justo que algo arquitectónico esté tan deteriorado por descuido. Esto lo han olvidado y esperaron que esté en este estado para saber que en los corregimientos existen patrimonios tan importante como este; no queremos que algo tan valioso que nos identifica como valencianos se vaya a perder“.

PRESENCIA DEL ESTADO

Ante esta situación el pasado viernes llegaron a Valencia de Jesús representantes del Ministerio de Cultura, la Secretaría de Infraestructura del Cesar y la Casa de la Cultura, al parecer, para tomar riendas en el asunto.

La directora de Fomento Regional del Ministerio de Cultura, Diana Molina Carvajal, indicó que uno de los impedimentos que había para intervenir la iglesia era la falta de un arquitecto restaurador en la región, lo cual fue solucionado.

“Uno de los impedimentos era que no tenían un arquitecto restaurador, no lo habían encontrado, por ello gestioné ante el Ministerio para que apoyara con este profesional. El arquitecto tendrá que dar un diagnóstico de las condiciones en que está la iglesia“, sostuvo la funcionaria.

Explicó que por tratarse de un Patrimonio Nacional de la Cultura, las intervenciones que se le vayan a realizar deben ser autorizadas por el Ministerio de Cultura. “A la fecha el municipio no ha solicitado los permisos, precisamente por la falta de un arquitecto restaurador; por obvias razones estoy haciendo todas las acciones pertinentes para que los permisos salgan lo más pronto posible y se le pueda hacer la restauración. A la estructura se le van hacer unas intervenciones por parte de la Gobernación del Cesar y la Alcaldía de Valledupar va a dar los primeros auxilios”, puntualizó Molina Carvajal.

En este mismo orden de ideas, el director de la Casa de Cultura de Valledupar, Carlos Liñán Pitre, detalló que están trabajando de la mano con el Ministerio de Cultura y la Gobernación del Cesar.

“Desde el municipio tenemos que solicitar los permisos para que el Ministerio autorice la intervención del bien, como es un monumento nacional todo lo que se le vaya a ser tiene que ser autorizado por el Ministerio de Cultura. La primera fase son unos primeros auxilios para evitar que se siga deteriorando; a partir de ahí se van a realizar unos estudios previos para determinar las intervenciones que se necesitan.  La Gobernación del Cesar se comprometió a realizar la intervención una vez se tenga el estudio previo, que estará a cargo de ellos mismos“, subrayó el funcionario.

POR MILAGRO SÁNCHEZ FLÓREZ/ EL PILÓN