La noche del domingo 15 de enero de 1995, la tranquilidad, la armonía y La Paz de Puerto Patiño, Cesar se vio interrumpida por un grupo paramilitar de las autodefensas del Sur del Cesar, que llegó a acabar con lo que hubiese a su paso.
40 hombres armados, unos vestían con prendas de las fuerzas militares y otros para no levantar sospecha estaban de civil, entraron de manera violenta a dos bares del pueblo, obligaron a todos los que se encontraban allí, a tirarse al sueldo, e identificaron a 10 campesinos quienes según un supuesto infiltrado que se encontraba con los atacantes, los iba a señalando e identificando como guerrilleros.
La fortaleza de un pueblo que jamás se rindió
En una entrevista realizada en el 2011 por ‘Verdad Abierta’ , al el exparamilitar Rafael Emilio Ramírez Hernández alias Memo, confesó que: “Esa noche llegamos a Puerto Patiño. Había uno o dos bares, donde se mandó a apagar la música. A toda la gente la tendimos en el suelo y el supuesto informante iba identificando a los supuestos guerrilleros que él conocía. A lo que él iba identificando, se iban embarcando en un camión que había en el pueblo. Mi hermano Luis Antonio le dijo a mi hermano Milcíades que era mucha gente, eran como nueve o diez, y le dijo que para él esas personas no tenían cara de pertenecer a la guerrilla”
Sin embargo la orden fue clara montarlos a todos en el camión, y acabar con sus vidas, dejando sus cuerpos tirados cada 300 metros en el camino. Dos ellos fueron dejaron en la puerta del pueblo, para aterrorizar a la población.
Las víctimas fueron, ‘Elivardo Montalvo’ ‘José Trinidad Galván’ , ‘Eulices Meza’ ‘Fernando López’ ‘Lorenzo Padilla’ ‘Jhon Holmar Beltrán’ ‘Miguel Ángel Cáceres’ ‘Dimas Bermúdez’ ‘Germán Bermúdez’ y Geovanny Guzmán
La tierra del olvido está más viva que nunca
Luego de 3 décadas, el luto que enmudeció a un pueblo entero por culpa de la violencia, se ha convertido en el resurgimiento de un corregimiento que se levanta con esperanza, sin olvidar las huellas de un pasado tormentoso.
Pablo Elías Gómez, cantante y gestor cultural de Puerto Patiño, Cesar.
No obstante, Puerto Patiño encontró en el arte, la música y su tradición un espacio para reconstruirse el alma, lo que un día fue escenario de dolor, hoy rinde tributo a encontrarse con las raíces, y tradiciones que son su fuerza más grande, para poder sacar adelante ‘La tierra del olvido’
Presentación en el Centro Nacional de las Artes Delia Zapata Olivella, en Bogotá
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