Hace mucho tiempo atrás, cuando aún en la tierra reinaba la oscuridad y solamente habitaban los pájaros que conservaban y practicaban los consejos que le daba Siukukui;
En una galaxia lejana existía un planeta donde todo era brillante y redondo, su población era diferente a la de los demás planetas.
En un lugar no muy lejano, donde los rayos del sol dan todo su esplendor, vivía una familia conformado por José y Merilia y su pequeña María, quien sentía fascinación por su cinta color amarilla, que llevaba y lucia a todas partes. La familia vivían cómodos y sin necesidad alguna.
Había una vez un niño que se mudó a una casa muy grande donde encontró un tren muy extraño y en uno de sus vagones una piedra roja, le dio mucha curiosidad y al tomarla algo mágico pasó, el niño viajó en el tiempo.
Esta mañana cuando entre a la casa de mi amigo para buscar un balón, medio curiosidad ver a su mamá con una bata que se tornada enrojecida y muy manchada.
Esta madrugada cuando fui a cepillarme me dio curiosidad y sorprenderme al ver por la ventana las estrellas, estrellas hermosas que causan una impresión en los sentidos.
En un encuentro entre amigas María y Samara, su confidencial desde el primer grado, María le contó sobre una decisión tomada, Samara le responde: “es tu decisión nadie lo debe cambiar”.
Érase una vez en una provincia muy apartada, una familia de tres hijos, cuyos padres se dedicaban a las labores del campo.
Hace mucho tiempo los sabios indígenas kankuamos podían comunicarse con los animales de acuerdo con su canto, un día un anciano le pregunto a la serpiente que sentía arrastrarse por el suelo y ser enemigo del hombre, la serpiente le dijo: qué tal si cambiamos de vida tú te conviertes en culebra y yo en un hombre.
Esta es la historia de Rosa una niña de tan solo 10 años que vive en la ciudad de Valledupar con su madre.
Había una vez una niña llamada Duseymika que vivía en un pueblo pequeño llamado Guatapurí, en este habitaban muchas familias y todos conservaban su cultura, una de ellas era la de Duseymika que para su familia su nombre tradicionalmente se significaba “sabiduría”, ella era una niña muy aventurera y curiosa, le gustaba conocer lo que no sabía.
Había una vez una niña kankuama con facciones Guajiras, que vivía en la parte norte de la Sierra Nevada De Santa Marta, rodeada de cerros y montañas, pero lo más bonito para ella era su rio Guatapurí que significa: “aguas cristalinas y frías”.
Hace muchos años en un pequeño pueblo vivía un joven cocinero llamado Jesser. Su sueño era cocinar para la realeza sus deliciosas recetas. Un día partió en su caballo tirando una carretilla con 40 platillos a presentarlos al rey.
En un país lejano vivía un niño llamado Juan. Su papá era el sastre del pueblo y su mamá se encargada del planchado.
Un día un hombre paseando por el campo encontró un capullo de mariposa y observó en él un pequeño orificio. Se sentó a observarla ya que luchaba por salir, pero a pesar de su esfuerzo no lo lograba.
Un día un sapo vio a la distancia una luciérnaga que brillaba mucho. Emocionado le preguntó ¿cómo te llamas? Catalina.
Esta historia comienza en el reino de Kingdom donde nace una hermosa princesa llamada Lìa. Prontamente creció y con ella un hermoso sueño de vivir una aventura.
Hace cinco años en la perrera, una familia decidió adoptarme llevándome con ellos a su hermoso y cálido hogar.
Jack, era un chico estadounidense muy fanático de las ciencias, por lo tanto, le gustaba hacer muchos experimentos. Era el mejor de la clase, era tan bueno en el colegio que recibió una beca para la universidad Oxford en Reino unido.
Todo comenzó un día que viajé al pueblo a visitar a mis familiares. Fue un viaje terrible porque el bus dio tantas vueltas que me revolvió todo el organismo.
La vida de Juan era un asco, pues sus padres nunca estaban en la casa. Él era un niño solo, sin amigos y sin nadie con quien hablar ni desahogarse.