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Leer es nuestro cuento - 6 agosto, 2019

Dualidad

Esta madrugada cuando fui a cepillarme me dio curiosidad y sorprenderme al ver por la ventana las estrellas, estrellas hermosas que causan una impresión en los sentidos.

Dwiney Torres Torres

Esta madrugada cuando fui a cepillarme me dio curiosidad y sorprenderme al ver por la ventana las estrellas, estrellas hermosas que causan una impresión en los sentidos. Me puse a pensar en mi apariencia, de la que todos decían que se veía rara.

De manera que mi presencia asustaba a las personas, hasta los niños, pero no me preocupaba porque de alguna manera lo podría cambiar. Estaba tan distraída, de repente me di cuenta que no me había cepillado, lavé mis dientes y me dirigí a la habitación.

Me acerqué al espejo para ver mi rostro, ella frente a mí y yo frente a ella, me sorprendí de la apariencia; decidí entonces quitarme la máscara y el gorro que nunca me había quitado, porque me gustaban, grité de la emoción al verme verdaderamente. ¡Qué hermosa me veo!, una belleza incomparable, que me propuse ser lo que veo en la realidad.

Autor: Dwiney Torres Torres I.E. Virgen del Carmen, La Mesa.

Leer es nuestro cuento
6 agosto, 2019

Dualidad

Esta madrugada cuando fui a cepillarme me dio curiosidad y sorprenderme al ver por la ventana las estrellas, estrellas hermosas que causan una impresión en los sentidos.


Dwiney Torres Torres

Esta madrugada cuando fui a cepillarme me dio curiosidad y sorprenderme al ver por la ventana las estrellas, estrellas hermosas que causan una impresión en los sentidos. Me puse a pensar en mi apariencia, de la que todos decían que se veía rara.

De manera que mi presencia asustaba a las personas, hasta los niños, pero no me preocupaba porque de alguna manera lo podría cambiar. Estaba tan distraída, de repente me di cuenta que no me había cepillado, lavé mis dientes y me dirigí a la habitación.

Me acerqué al espejo para ver mi rostro, ella frente a mí y yo frente a ella, me sorprendí de la apariencia; decidí entonces quitarme la máscara y el gorro que nunca me había quitado, porque me gustaban, grité de la emoción al verme verdaderamente. ¡Qué hermosa me veo!, una belleza incomparable, que me propuse ser lo que veo en la realidad.

Autor: Dwiney Torres Torres I.E. Virgen del Carmen, La Mesa.