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Leer es nuestro cuento - 6 agosto, 2019

Los corazones también son azules

En un encuentro entre amigas María y Samara, su confidencial desde el primer grado, María le contó sobre una decisión tomada, Samara le responde: “es tu decisión nadie lo debe cambiar”.

María Yorleidis Torres Torres

En un encuentro entre amigas María y Samara, su confidencial desde el primer grado, María le contó sobre una decisión tomada, Samara le responde: “es tu decisión nadie lo debe cambiar”.

El color rojo apareció en su mente. Al llegar al salón de clase, ve a Decolan, un estudiante nuevo, su nombre decía mucho de su personalidad y siempre vestía de colores muy llamativos en especial los colores primarios. María sorprendida de la apariencia del muchacho, le pregunta su nombra.

Decolan le respondió: mi nombre propio es Luis el multicolor. Luego de una larga conversación le explico a María que el nombre es por ser fanático de las películas de terror en especial la de vampiros, ya que creía que gracias a su inmortalidad no podían ser heridos, aparece el color negro. Gustosa del nombre del nuevo compañero, decide cambiar su nombre por el color Azul.

Llegando a casa, Azul, con una actitud arrogante desagrada a su madre por la cena preparada, y es corregida por esta acción. Pasaron los días, y Azul se fue apoderando de la débil María, y la relación con su madre no es la misma, aparecería el color negro.

Al día siguiente la mama de Azul fue a su recamara a levantarla porque se le estaba haciendo tarde para ir al colegio, pero no la encontró, Azul se había ido con su amiga Samara. Desesperada el busco por todas partes, no hallándola.

Samara le dijo que sus actos estaban mal y tenía que regresarse a su casa, un destello de color Blanco apareció. Azul regresó, su mama la abrazo, habían pasado varias semanas, su habitación en completa soledad esta vez el tono de color era gris.

Decolan se convirtió en su mejor amigo y luego su amor, ya que dicen que el color del amor es el rojo, Azul lo presento a su mama, está enojada porque los colores llamativos de Decolan no eran acordes para un joven responsable y una casa de colores grises no es común los multicolores. María se enojó, el color gris se convirtió en negro, uno que no podría borrar de su alma fácilmente.

Pasaron meses y Azul no quiso esperar, se pintó el cabello de un Azul intenso y su mamá se enojó mucho más. Las pocas veces que Azul se quedaba en casa para poder dormir la Mama aprovechaba para cortarle poco a poco su pelo, aparecería el color gris.

Al pasar el tiempo, salió el arcoíris, los tonos grises, rojos, negros, blancos, amarillos, azules se combinaron, lentamente, los problemas, las inseguridades, el amor habían cambiado a Azul, ya no estaban esas personas, solo un color se mantendría con ella para siempre el color blanco.

A los 98 años, cuando partió de este mundo, vivió muchas experiencias y será recordada por ser una abuela, una madre y una hija que aprendió de la vida azul, blanco y negro.

Autor: María Yorleidis Torres Torres – I.E. Virgen del Carmen, La Mesa

Leer es nuestro cuento
6 agosto, 2019

Los corazones también son azules

En un encuentro entre amigas María y Samara, su confidencial desde el primer grado, María le contó sobre una decisión tomada, Samara le responde: “es tu decisión nadie lo debe cambiar”.


María Yorleidis Torres Torres

En un encuentro entre amigas María y Samara, su confidencial desde el primer grado, María le contó sobre una decisión tomada, Samara le responde: “es tu decisión nadie lo debe cambiar”.

El color rojo apareció en su mente. Al llegar al salón de clase, ve a Decolan, un estudiante nuevo, su nombre decía mucho de su personalidad y siempre vestía de colores muy llamativos en especial los colores primarios. María sorprendida de la apariencia del muchacho, le pregunta su nombra.

Decolan le respondió: mi nombre propio es Luis el multicolor. Luego de una larga conversación le explico a María que el nombre es por ser fanático de las películas de terror en especial la de vampiros, ya que creía que gracias a su inmortalidad no podían ser heridos, aparece el color negro. Gustosa del nombre del nuevo compañero, decide cambiar su nombre por el color Azul.

Llegando a casa, Azul, con una actitud arrogante desagrada a su madre por la cena preparada, y es corregida por esta acción. Pasaron los días, y Azul se fue apoderando de la débil María, y la relación con su madre no es la misma, aparecería el color negro.

Al día siguiente la mama de Azul fue a su recamara a levantarla porque se le estaba haciendo tarde para ir al colegio, pero no la encontró, Azul se había ido con su amiga Samara. Desesperada el busco por todas partes, no hallándola.

Samara le dijo que sus actos estaban mal y tenía que regresarse a su casa, un destello de color Blanco apareció. Azul regresó, su mama la abrazo, habían pasado varias semanas, su habitación en completa soledad esta vez el tono de color era gris.

Decolan se convirtió en su mejor amigo y luego su amor, ya que dicen que el color del amor es el rojo, Azul lo presento a su mama, está enojada porque los colores llamativos de Decolan no eran acordes para un joven responsable y una casa de colores grises no es común los multicolores. María se enojó, el color gris se convirtió en negro, uno que no podría borrar de su alma fácilmente.

Pasaron meses y Azul no quiso esperar, se pintó el cabello de un Azul intenso y su mamá se enojó mucho más. Las pocas veces que Azul se quedaba en casa para poder dormir la Mama aprovechaba para cortarle poco a poco su pelo, aparecería el color gris.

Al pasar el tiempo, salió el arcoíris, los tonos grises, rojos, negros, blancos, amarillos, azules se combinaron, lentamente, los problemas, las inseguridades, el amor habían cambiado a Azul, ya no estaban esas personas, solo un color se mantendría con ella para siempre el color blanco.

A los 98 años, cuando partió de este mundo, vivió muchas experiencias y será recordada por ser una abuela, una madre y una hija que aprendió de la vida azul, blanco y negro.

Autor: María Yorleidis Torres Torres – I.E. Virgen del Carmen, La Mesa