La capital del Cesar es una de las ciudades verdes del país y tiene en su territorio diversos viveros que funcionan como santuarios donde crecen y se venden árboles; además de espacios como la Escuela Ambiental donde se educa sobre la naturaleza.
Se trata de una estrategia para recolectar diferentes empaques contaminantes y con estos crear elementos que pueden ser reutilizados o darles un adecuado manejo de desechos.