Después de aquellos desgarradores días en los que se vio aJesús con el rostro desfigurado y el cuerpo sangrando por doquier, luego de haber contemplado desde lejos la dolorosa escena de la crucifixión y de haber dado sepultura a su esperanza...
Por Marlon Javier Domínguez
Después de aquellos desgarradores días en los que se vio aJesús con el rostro desfigurado y el cuerpo sangrando por doquier, luego de haber contemplado desde lejos la dolorosa escena de la crucifixión y de haber dado sepultura a su esperanza, el temeroso grupo de los discípulos recibió una noticia que cambiaría radicalmente la historia: ¡Ha resucitado el Señor!Sus corazones hasta ese momento destrozados latieron entonces con renovado vigor, <<pero ¡un momento! Es imposible. Lo vimos morir, cerramos la tumba en la que pusimos su cuerpo con una gran roca, todo terminó, creímos que iba a ser él quien liberaría a Israel, pero no fue así>>. La tristeza se cernía en sus rostros, la desesperanza en sus corazones, el dolor oprimía sus pechos y la ausencia del amado Maestro hacía que la vida careciera de sentido; aquella noticia, sin duda,no podía ser otra cosa que los delirios de unas mujeres que ‘pensaban con el deseo’. El Mesías estaba muerto, nada podía ser ya peor.
Pero de improviso e inexplicablemente apareció una figura en medio de aquél grupo y la voz conocida de Jesús resonó en sus oídos: << ¡Paz a vosotros! >>. Este saludo de paz llegó como bálsamo del cielo a su herida fe, el manto de la noche se rasgó y dio paso a la aurora de la Pascua: <<No teman, soy yo, les doy mi Espíritu, les concedo poder para perdonar pecados y les encargo la misión de anunciar al mundo la Buena Noticia del amor. Tomás, aquí tienes las heridas de mis manos para que introduzcas tu dedo, aquí está mi costado abierto para que metas tu mano, para que no seas incrédulo sino fiel… >><< Señor mío y Dios mío >>.
Aunque de la resurrección no hay testigos, los discípulos fueron testigos del resucitado y sólo así se puede explicar que los mismos cobardes que huyeron ante el acontecimiento de la cruz fueran luego los valientes e intrépidos defensores de una verdad por la que estuvieron dispuestos a dar incluso sus vidas: Cristo ha resucitado, eso lo cambia todo; la muerte no es la última palabra pronunciada sobre la vida del hombre, la existencia tiene sentido y el amor gratuito de Dios brilla con más fuerza que el sol en el cenit.
Noticia de noticias:¡Cristo vive y nos hace vivir de una manera diferente!, su Pascua y la certeza de su presencia en medio nuestro debe ser el aliciente para seguir adelante en nuestras vidas, aunque sintamos a veces que las fuerzas nos abandonan; el amor infinito que le llevó a ofrecerse por nosotros en el ara de a cruz debe ser una provocación para que nuestro adormecido amor dé el salto fuera de las fronteras del yo para encontrarse con el nosotros, aunque parezca que en el mundo imperan el odio y las enemistades que amenazan con una guerra que acabará con todo; la humildad con la que nos mostró la majestad del rostro de Dios debe hacernos entender que el poder es para servir a los demás y no para servirse de los demás.
La vida ha vencido la muerte y, luego de haber celebrado con gozo la Semana Santa, hemos de seguir con la antorcha de la fe encendida en nuestros corazones, para que nuestros caminos sean siempre claros y para que podamos iluminar por doquier a quienes aún caminan en tinieblas. Somos discípulos de un crucificado que resucitó, somos seguidores de la luz del mundo que nos invita a ser luz. Felices pascuas de resurrección.
Después de aquellos desgarradores días en los que se vio aJesús con el rostro desfigurado y el cuerpo sangrando por doquier, luego de haber contemplado desde lejos la dolorosa escena de la crucifixión y de haber dado sepultura a su esperanza...
Por Marlon Javier Domínguez
Después de aquellos desgarradores días en los que se vio aJesús con el rostro desfigurado y el cuerpo sangrando por doquier, luego de haber contemplado desde lejos la dolorosa escena de la crucifixión y de haber dado sepultura a su esperanza, el temeroso grupo de los discípulos recibió una noticia que cambiaría radicalmente la historia: ¡Ha resucitado el Señor!Sus corazones hasta ese momento destrozados latieron entonces con renovado vigor, <<pero ¡un momento! Es imposible. Lo vimos morir, cerramos la tumba en la que pusimos su cuerpo con una gran roca, todo terminó, creímos que iba a ser él quien liberaría a Israel, pero no fue así>>. La tristeza se cernía en sus rostros, la desesperanza en sus corazones, el dolor oprimía sus pechos y la ausencia del amado Maestro hacía que la vida careciera de sentido; aquella noticia, sin duda,no podía ser otra cosa que los delirios de unas mujeres que ‘pensaban con el deseo’. El Mesías estaba muerto, nada podía ser ya peor.
Pero de improviso e inexplicablemente apareció una figura en medio de aquél grupo y la voz conocida de Jesús resonó en sus oídos: << ¡Paz a vosotros! >>. Este saludo de paz llegó como bálsamo del cielo a su herida fe, el manto de la noche se rasgó y dio paso a la aurora de la Pascua: <<No teman, soy yo, les doy mi Espíritu, les concedo poder para perdonar pecados y les encargo la misión de anunciar al mundo la Buena Noticia del amor. Tomás, aquí tienes las heridas de mis manos para que introduzcas tu dedo, aquí está mi costado abierto para que metas tu mano, para que no seas incrédulo sino fiel… >><< Señor mío y Dios mío >>.
Aunque de la resurrección no hay testigos, los discípulos fueron testigos del resucitado y sólo así se puede explicar que los mismos cobardes que huyeron ante el acontecimiento de la cruz fueran luego los valientes e intrépidos defensores de una verdad por la que estuvieron dispuestos a dar incluso sus vidas: Cristo ha resucitado, eso lo cambia todo; la muerte no es la última palabra pronunciada sobre la vida del hombre, la existencia tiene sentido y el amor gratuito de Dios brilla con más fuerza que el sol en el cenit.
Noticia de noticias:¡Cristo vive y nos hace vivir de una manera diferente!, su Pascua y la certeza de su presencia en medio nuestro debe ser el aliciente para seguir adelante en nuestras vidas, aunque sintamos a veces que las fuerzas nos abandonan; el amor infinito que le llevó a ofrecerse por nosotros en el ara de a cruz debe ser una provocación para que nuestro adormecido amor dé el salto fuera de las fronteras del yo para encontrarse con el nosotros, aunque parezca que en el mundo imperan el odio y las enemistades que amenazan con una guerra que acabará con todo; la humildad con la que nos mostró la majestad del rostro de Dios debe hacernos entender que el poder es para servir a los demás y no para servirse de los demás.
La vida ha vencido la muerte y, luego de haber celebrado con gozo la Semana Santa, hemos de seguir con la antorcha de la fe encendida en nuestros corazones, para que nuestros caminos sean siempre claros y para que podamos iluminar por doquier a quienes aún caminan en tinieblas. Somos discípulos de un crucificado que resucitó, somos seguidores de la luz del mundo que nos invita a ser luz. Felices pascuas de resurrección.