No es cierto que se estrena la JEP con el sonado caso de Jesús Santrich, desde hace mucho tiempo muchos militares y guerrilleros condenados por hechos propios del conflicto han recuperado su libertad en el marco de la Jurisdicción Especial para la Paz, lo que debemos mirar es que se estrena con un peso pesado […]
No es cierto que se estrena la JEP con el sonado caso de Jesús Santrich, desde hace mucho tiempo muchos militares y guerrilleros condenados por hechos propios del conflicto han recuperado su libertad en el marco de la Jurisdicción Especial para la Paz, lo que debemos mirar es que se estrena con un peso pesado de la antigua guerrilla.
Jesús Santrich uno de los miembros de las FARC más desafiantes, a quien todos recuerdan por su “quizás, quizás, quizás” como respuesta ante la pregunta sobre reparación de las víctimas, cuenta con un arsenal de pruebas en su contra que lo señalan como parte de un grupo dedicado a una colosal operación de tráfico ilegal de droga. En este caso no se puede hablar de un complot de la Fiscalía colombiana y la DEA, es natural que en este tipo de hechos exista una cooperación internacional entre autoridades colombianas y las autoridades de USA para establecer estrategia de investigación con el fin de obtener pruebas que permitan acabar con los carteles que se dedican al negocio del narcotráfico.
La reincidencia es una alternativa para quien delinque, ocurre en la justicia ordinaria y no es raro que ocurra en aquellos modelos de justicia transicional, aunque lamentable esto no debe sorprender a nadie, lo que se debe esperar es que funcione ese sistema creado para juzgar los delitos inherentes al conflicto y establecer si las conductas por las que Santrich está solicitado en extradición, se cometieron antes o con posterioridad a la firma del acuerdo; de ser cierto que se encontraba delinquiendo por fuera de los tiempos que la JEP exige para mantener su competencia, la decisión no debe ser otra que su expulsión y dejarlo a disposición de la justicia ordinaria exponiéndolo a ser juzgado en los Estados Unidos.
Esto es una gran prueba de fuego, no solo por la decisión que debe tomarse alrededor del caso Santrich, también pone a prueba a la JEP frente a los recientes escándalos de corrupción por los dineros destinados a la paz, las sospechas fundadas de utilizar la JEP como torta burocrática, caso puntual la señora Pilar Rueda Jiménez, esposa del senador del Polo Democrático, Iván Cepeda, asuntos delicados que le restan credibilidad a esta jurisdicción especial, pero que ante las actuales circunstancias se requiere o mejor se hace forzoso pronto e imparcial pronunciamiento de la JEP, sin perder de vista que este desde ya es un caso emblemático que marcará el rumbo del acuerdo es su componente jurisdiccional.
No es cierto que se estrena la JEP con el sonado caso de Jesús Santrich, desde hace mucho tiempo muchos militares y guerrilleros condenados por hechos propios del conflicto han recuperado su libertad en el marco de la Jurisdicción Especial para la Paz, lo que debemos mirar es que se estrena con un peso pesado […]
No es cierto que se estrena la JEP con el sonado caso de Jesús Santrich, desde hace mucho tiempo muchos militares y guerrilleros condenados por hechos propios del conflicto han recuperado su libertad en el marco de la Jurisdicción Especial para la Paz, lo que debemos mirar es que se estrena con un peso pesado de la antigua guerrilla.
Jesús Santrich uno de los miembros de las FARC más desafiantes, a quien todos recuerdan por su “quizás, quizás, quizás” como respuesta ante la pregunta sobre reparación de las víctimas, cuenta con un arsenal de pruebas en su contra que lo señalan como parte de un grupo dedicado a una colosal operación de tráfico ilegal de droga. En este caso no se puede hablar de un complot de la Fiscalía colombiana y la DEA, es natural que en este tipo de hechos exista una cooperación internacional entre autoridades colombianas y las autoridades de USA para establecer estrategia de investigación con el fin de obtener pruebas que permitan acabar con los carteles que se dedican al negocio del narcotráfico.
La reincidencia es una alternativa para quien delinque, ocurre en la justicia ordinaria y no es raro que ocurra en aquellos modelos de justicia transicional, aunque lamentable esto no debe sorprender a nadie, lo que se debe esperar es que funcione ese sistema creado para juzgar los delitos inherentes al conflicto y establecer si las conductas por las que Santrich está solicitado en extradición, se cometieron antes o con posterioridad a la firma del acuerdo; de ser cierto que se encontraba delinquiendo por fuera de los tiempos que la JEP exige para mantener su competencia, la decisión no debe ser otra que su expulsión y dejarlo a disposición de la justicia ordinaria exponiéndolo a ser juzgado en los Estados Unidos.
Esto es una gran prueba de fuego, no solo por la decisión que debe tomarse alrededor del caso Santrich, también pone a prueba a la JEP frente a los recientes escándalos de corrupción por los dineros destinados a la paz, las sospechas fundadas de utilizar la JEP como torta burocrática, caso puntual la señora Pilar Rueda Jiménez, esposa del senador del Polo Democrático, Iván Cepeda, asuntos delicados que le restan credibilidad a esta jurisdicción especial, pero que ante las actuales circunstancias se requiere o mejor se hace forzoso pronto e imparcial pronunciamiento de la JEP, sin perder de vista que este desde ya es un caso emblemático que marcará el rumbo del acuerdo es su componente jurisdiccional.