La poda de árboles en Valledupar ha generado que en la margen derecha del río Guatapurí se creen hornos de carbón artesanales.
La poda de árboles en Valledupar ha generado que en la margen derecha del río Guatapurí se creen hornos de carbón artesanales que afectan la naturaleza y contribuyen al calentamiento global. Sin embargo, la importancia de la producción del carbón vegetal o artesanal en la zona radica en la contribución al ingreso de las familias que habitan allí de manera ilegal; pero, aun cuando esta práctica les garantiza la alimentación, trae consecuencias irremediables para su salud, específicamente para los pulmones.
Bajo cantidades de arena y ramas de árboles se encuentran los troncos a los que deben prenderles fuego para crear el carbón. Transcurridos 15 o 20 días, desde que se inició la quema, proceden a sacar el elemento y posteriormente lo venden a tiendas y asaderos. Esta forma de trabajo representa, sin duda, una amenaza para la salud ya que el humo se dispersa por el aire, pero también es un peligro para la naturaleza debido a que los árboles cercanos sufren afectaciones por la ‘candela’ y las altas temperaturas; además de que están a escasos metros del río Guatapurí.
Según indicó Luis Maestre, vigía ambiental de Valledupar, se han reportado humos procedentes de los hornos de carbón en la zona céntrica de la ciudad, ya que la margen derecha del río se encuentra a pocas cuadras del Centro Histórico, la plaza Alfonso López y el Colegio Nacional Loperena. Aquejando de esta manera a los vallenatos.
“Nosotros aquí reciclamos la leña de las podas y con eso hacemos el carbón. Cuando lo vamos a vender nos pagan 8.000 mil pesos por bulto, pero ¿qué más podemos hacer? Si uno se pone a reciclar, eso no está dando para nada, por eso me pongo a hacer carbón porque sé que eso por lo menos sí me va a dar para la comida”, dijo Oneida Cadena, quien se dedica desde hace tres años a quemar leña para sacar carbón.
Pese a que los hornos ilegales de carbón representan un peligro y una problemática para toda la ciudad, no cuentan supervisión o vigilancia por parte de las autoridades competentes.
Por: Ketty Gutiérrez Maestre/EL PILÓN
La poda de árboles en Valledupar ha generado que en la margen derecha del río Guatapurí se creen hornos de carbón artesanales.
La poda de árboles en Valledupar ha generado que en la margen derecha del río Guatapurí se creen hornos de carbón artesanales que afectan la naturaleza y contribuyen al calentamiento global. Sin embargo, la importancia de la producción del carbón vegetal o artesanal en la zona radica en la contribución al ingreso de las familias que habitan allí de manera ilegal; pero, aun cuando esta práctica les garantiza la alimentación, trae consecuencias irremediables para su salud, específicamente para los pulmones.
Bajo cantidades de arena y ramas de árboles se encuentran los troncos a los que deben prenderles fuego para crear el carbón. Transcurridos 15 o 20 días, desde que se inició la quema, proceden a sacar el elemento y posteriormente lo venden a tiendas y asaderos. Esta forma de trabajo representa, sin duda, una amenaza para la salud ya que el humo se dispersa por el aire, pero también es un peligro para la naturaleza debido a que los árboles cercanos sufren afectaciones por la ‘candela’ y las altas temperaturas; además de que están a escasos metros del río Guatapurí.
Según indicó Luis Maestre, vigía ambiental de Valledupar, se han reportado humos procedentes de los hornos de carbón en la zona céntrica de la ciudad, ya que la margen derecha del río se encuentra a pocas cuadras del Centro Histórico, la plaza Alfonso López y el Colegio Nacional Loperena. Aquejando de esta manera a los vallenatos.
“Nosotros aquí reciclamos la leña de las podas y con eso hacemos el carbón. Cuando lo vamos a vender nos pagan 8.000 mil pesos por bulto, pero ¿qué más podemos hacer? Si uno se pone a reciclar, eso no está dando para nada, por eso me pongo a hacer carbón porque sé que eso por lo menos sí me va a dar para la comida”, dijo Oneida Cadena, quien se dedica desde hace tres años a quemar leña para sacar carbón.
Pese a que los hornos ilegales de carbón representan un peligro y una problemática para toda la ciudad, no cuentan supervisión o vigilancia por parte de las autoridades competentes.
Por: Ketty Gutiérrez Maestre/EL PILÓN