En ese contexto Colombia aparece enarbolando la bandera blanca de la paz ambiental, señalándole al mundo que la transición hacia las energías limpias no da espera, que hay que hacer esfuerzos para no depender de los combustibles fósiles, iniciar el proceso de la reducción de nuestras emisiones de carbono, para favorecer el desarrollo sostenible.
En el marco del COP 28 cuyo anfitrión fue Dubai, y que no contó con la presencia del Papa Francisco, dado a su delicado estado de salud que, dicho sea de paso, tienen en vilo al mundo católico; muchos fueron los países que asistieron, pero una vez más se evidencia el poco compromiso de los Estados, frente a la crisis climática generada por las emisiones de gases de efecto invernadero entre otros factores. Pareciera que no hay consciencia de la gravedad del problema. los avances que en materia ambiental se han logrado hasta ahora, son insuficientes.
En ese contexto Colombia aparece enarbolando la bandera blanca de la paz ambiental, señalándole al mundo que la transición hacia las energías limpias no da espera, que hay que hacer esfuerzos para no depender de los combustibles fósiles, iniciar el proceso de la reducción de nuestras emisiones de carbono, para favorecer el desarrollo sostenible. Pero eso no puede quedarse en la mera retórica, es necesario predicar con el ejemplo, y en este particular Colombia tiene mucho para mostrar pues la deforestación de la selva amazónica se ha reducido en un 70 %, se han dejado de suscribir contratos de exploración de petróleo y gas, se eliminó el subsidio a la gasolina (medida fiscal que desestimula el consumo de las energías fósiles), y ha propuesto a los países con mayor emisión de CO2 para que se troque deuda externa por acciones climáticas. En contraste, las emisiones de CO2 en el mundo se incrementaron en un 12 % más que en el 2010, no se financió el fondo del clima, que fueron los objetivos trazados del COP de París.
Así las cosas, descarbonizar las economías debe ser un objetivo en el corto plazo si de salvar la humanidad se trata, y lo está diciendo el Presidente de Colombia, país que es el quinto exportador de carbón en el mundo y que además exporta petróleo, pero que es también el segundo país en biodiversidad, y que comparte la selva amazónica con Perú, Brasil, Bolivia y Venezuela, considerada la gran esponja en la absorción de CO2.
Es el momento de pensar menos en los petrodólares y comprometernos más con la casa de todos.
La frase de cierre: “Debemos preocuparnos de las enormes inequidades que existen entre nosotros, pues seguimos tolerando que unos se consideren más dignos que otros”. El Papa Francisco. Encíclica: Laudato Si, (Alabado Seas), publica en el año 2015.
Por: Darío Arregocés Baute / [email protected]
En ese contexto Colombia aparece enarbolando la bandera blanca de la paz ambiental, señalándole al mundo que la transición hacia las energías limpias no da espera, que hay que hacer esfuerzos para no depender de los combustibles fósiles, iniciar el proceso de la reducción de nuestras emisiones de carbono, para favorecer el desarrollo sostenible.
En el marco del COP 28 cuyo anfitrión fue Dubai, y que no contó con la presencia del Papa Francisco, dado a su delicado estado de salud que, dicho sea de paso, tienen en vilo al mundo católico; muchos fueron los países que asistieron, pero una vez más se evidencia el poco compromiso de los Estados, frente a la crisis climática generada por las emisiones de gases de efecto invernadero entre otros factores. Pareciera que no hay consciencia de la gravedad del problema. los avances que en materia ambiental se han logrado hasta ahora, son insuficientes.
En ese contexto Colombia aparece enarbolando la bandera blanca de la paz ambiental, señalándole al mundo que la transición hacia las energías limpias no da espera, que hay que hacer esfuerzos para no depender de los combustibles fósiles, iniciar el proceso de la reducción de nuestras emisiones de carbono, para favorecer el desarrollo sostenible. Pero eso no puede quedarse en la mera retórica, es necesario predicar con el ejemplo, y en este particular Colombia tiene mucho para mostrar pues la deforestación de la selva amazónica se ha reducido en un 70 %, se han dejado de suscribir contratos de exploración de petróleo y gas, se eliminó el subsidio a la gasolina (medida fiscal que desestimula el consumo de las energías fósiles), y ha propuesto a los países con mayor emisión de CO2 para que se troque deuda externa por acciones climáticas. En contraste, las emisiones de CO2 en el mundo se incrementaron en un 12 % más que en el 2010, no se financió el fondo del clima, que fueron los objetivos trazados del COP de París.
Así las cosas, descarbonizar las economías debe ser un objetivo en el corto plazo si de salvar la humanidad se trata, y lo está diciendo el Presidente de Colombia, país que es el quinto exportador de carbón en el mundo y que además exporta petróleo, pero que es también el segundo país en biodiversidad, y que comparte la selva amazónica con Perú, Brasil, Bolivia y Venezuela, considerada la gran esponja en la absorción de CO2.
Es el momento de pensar menos en los petrodólares y comprometernos más con la casa de todos.
La frase de cierre: “Debemos preocuparnos de las enormes inequidades que existen entre nosotros, pues seguimos tolerando que unos se consideren más dignos que otros”. El Papa Francisco. Encíclica: Laudato Si, (Alabado Seas), publica en el año 2015.
Por: Darío Arregocés Baute / [email protected]