EDITORIAL

Pasando el puente deprimido con plata, pero sin plan

El empréstito fue para ejecutar 4 grandes obras, además del intercambiador en mención; construcción de la vía circunvalar de doble calzada que va desde el Aeropuerto Alfonso López y empalma con la carrera cuarta y la avenida del canal de Panamá; la doble calzada que pasa por el barrio Don Alberto y se conecta con el anillo vial; y la construcción de varios acueductos en distintos corregimientos.

Pasando el puente deprimido con plata, pero sin plan

Pasando el puente deprimido con plata, pero sin plan

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Con deuda y sin proyecto. Suena paradójico, pero es la situación que se ha presentado. Mientras que la falta de presupuesto es el principal problema que enfrentan los entes territoriales en Colombia, aquí en nuestro municipio hay disponible un monto de $50.500 millones que se quedó sin el proyecto para el cual estaba destinado.

Al principio quedó en el ambiente, por las expectativas creadas en la gente ávida de tener en su ciudad puentes y deprimidos, como representación de progreso (lo cual es cuestionable), cierto halo de improvisación y ese es el riesgo que se debe evitar en todo proceso de gran responsabilidad social.

Explica el mandatario de los vallenatos que su administración, luego de varias mesas técnicas, se vio obligada a suspender la construcción del intercambiador vial en la glorieta Pedazo de Acordeón, debido a posibles sobrecostos y “a la necesidad de coordinar la intervención en la avenida Simón Bolívar con la Gobernación del Cesar”.

El alcalde argumentó que los sobrecostos podrían ser superiores al 30 % en razón a que se requiere integrar, con la obra de la Gobernación, las redes de alcantarillado sanitario y pluvial de ese sector.

Se especula que a esa historia le falta un pedacito y es a él a quien le ha tocado poner la cara, porque, además, esa iba a ser una de las obras bandera y que le pondría sello propio a su administración.

Ante tal situación, la administración decidió ejecutar dos proyectos: pavimentar 10 kilómetros, con sus redes húmedas, en la zona urbana; y mejorar la vía que conecta a los corregimientos de Los Corazones, Las Raíces y Badillo, para lo cual el Concejo Municipal debe aprobar el cambio de destino de esos $50.500 millones.

Conocedores del criterio gerencial, que caracteriza al alcalde Ernesto Orozco, han inquietado las razones que motivaron la decisión de suspender la obra en mención, porque por sentido común, durante la etapa de planeación, se debió ventilar todo lo que ahora se está presentando, máxime cuando existe un matrimonio institucional Gobernación-Alcaldía que trabaja de la mano y eso hace suponer un suficiente flujo de intercambio de información técnica.

Esos $50.500 millones hacen parte de un crédito que el municipio debió hacer por valor de $150.000 millones que, en su momento, durante el debate de aprobación en el Concejo Municipal, tuvo algunos críticos que lo consideraban inconveniente por la falta de capacidad de endeudamiento del municipio.

El empréstito fue para ejecutar 4 grandes obras, además del intercambiador en mención; construcción de la vía circunvalar de doble calzada que va desde el Aeropuerto Alfonso López y empalma con la carrera cuarta y la avenida del canal de Panamá; la doble calzada que pasa por el barrio Don Alberto y se conecta con el anillo vial; y la construcción de varios acueductos en distintos corregimientos.

Ahora bien, se debe pensar que obró la sensatez del mandatario y no su ego: no quería dejar una obra probablemente inconclusa; en algunos sectores de arquitectos y expertos en movilidad se decía que había que optimizar, en horas pico, el uso de la glorieta, ampliarla, centrarla, hacer ajustes en el tráfico, la automatización inteligente de los semáforos o eliminación de algunos.

También debemos reconocer que las vías proyectadas por la Alcaldía como la apertura de la Avenida Primera desde la Glorieta de la Pilonera hasta la cuarta (y futura Avenida del Río), o la pavimentación de la 38 y su prolongación al norte conectándose al puente Hurtado o a un nuevo puente más arriba, servirían de variantes y aliviarían la presión vehicular sobre la del Pedazo de Acordeón, por demás bella y emblemática. De esto, lecciones y aprendizajes han de quedar.

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