Llevas a tu mamá al otorrinolaringólogo, casi un trabalenguas de título para una especialidad que a la larga solo se dedica a ver con una microcámara conectada a una manguerita el interior de los conductos nasales, auditivos y un poquito de los digestivos en la partecita donde se mezclan funciones respiratorias y digestivas.
Por Jarol Ferreira Acosta
Llevas a tu mamá al otorrinolaringólogo, casi un trabalenguas de título para una especialidad que a la larga solo se dedica a ver con una microcámara conectada a una manguerita el interior de los conductos nasales, auditivos y un poquito de los digestivos en la partecita donde se mezclan funciones respiratorias y digestivas.
Aunque si el asunto se vuelve muy laringoso, de una: remisión al gastroenterólogo. Otra de esas especialidades médicas largas de escribir, tragadoras de caracteres cada vez más escasos para los columnistas de este magazín, qué digo periódico.
El centro médico típico: un panal de guacales de concreto compactados en una estructura obsoleta, deprimente por sucia y caliente, sin iluminación ni naturaleza ni arte o sus imitaciones que almenos lo intentan, ni nada. Puro cemento pintado de rosa ocre y magenta oscuro, pisos de baldosas de imitación de piedra y un vigilante hosco en todo el centro de la recepción. La cita en el cuarto piso y el ascensor no funciona. Cuando descubres la cantidad de citas en las agendas de la secretaria te das cuenta de que el médicofácilmente podría él solo pagar el arreglo de su bolsillo.
Mi mamá tan delicada para andar subiendo a pie cuatro pisos de escaleras empinadas porqueestos tacaños de la salud tienen aquejadosque treparían a sus consultorios hasta por las paredes con tal de ser atendidos aunque luego remitidos a otro especialista con la esperanza sembrada en la mejoría de su malestar.
El otorrinolaringólogo le metea tu mamá una manguerita por la nariz. Diga: e. E- dice tu mamá. Ahora , diga: e,e,e,e,e,e,e. E,e,e,e,e,e.- dice tu mamá.
El tipo descarga el archivo de lo que grabó la camarita en su computador. Al fondo, exhibidos como cornamentas de alce, los dos diplomas enmarcados que le permiten ser reconocido como médico especializado en otorrinolaringología. “Bueno mi señora, veo que tiene disfonía porque está rígida la cuerda izquierda; pero como ella está influenciada por un nervio que viene desde bien abajo, vamos a hacer lo siguiente: la voy a remitir donde un gastroenterólogo, pero para que no pierda su tiempo al momento de la cita, le voy a pedir un tac de tórax porque cuando vaya a la consultaseguramente él le va a pedir eso. Aquí están las órdenes para que las autoricen en su eps y una orden para que cuando lo necesite vuelva aquí sin cita previa”.
Llevas a tu mamá al otorrinolaringólogo, casi un trabalenguas de título para una especialidad que a la larga solo se dedica a ver con una microcámara conectada a una manguerita el interior de los conductos nasales, auditivos y un poquito de los digestivos en la partecita donde se mezclan funciones respiratorias y digestivas.
Por Jarol Ferreira Acosta
Llevas a tu mamá al otorrinolaringólogo, casi un trabalenguas de título para una especialidad que a la larga solo se dedica a ver con una microcámara conectada a una manguerita el interior de los conductos nasales, auditivos y un poquito de los digestivos en la partecita donde se mezclan funciones respiratorias y digestivas.
Aunque si el asunto se vuelve muy laringoso, de una: remisión al gastroenterólogo. Otra de esas especialidades médicas largas de escribir, tragadoras de caracteres cada vez más escasos para los columnistas de este magazín, qué digo periódico.
El centro médico típico: un panal de guacales de concreto compactados en una estructura obsoleta, deprimente por sucia y caliente, sin iluminación ni naturaleza ni arte o sus imitaciones que almenos lo intentan, ni nada. Puro cemento pintado de rosa ocre y magenta oscuro, pisos de baldosas de imitación de piedra y un vigilante hosco en todo el centro de la recepción. La cita en el cuarto piso y el ascensor no funciona. Cuando descubres la cantidad de citas en las agendas de la secretaria te das cuenta de que el médicofácilmente podría él solo pagar el arreglo de su bolsillo.
Mi mamá tan delicada para andar subiendo a pie cuatro pisos de escaleras empinadas porqueestos tacaños de la salud tienen aquejadosque treparían a sus consultorios hasta por las paredes con tal de ser atendidos aunque luego remitidos a otro especialista con la esperanza sembrada en la mejoría de su malestar.
El otorrinolaringólogo le metea tu mamá una manguerita por la nariz. Diga: e. E- dice tu mamá. Ahora , diga: e,e,e,e,e,e,e. E,e,e,e,e,e.- dice tu mamá.
El tipo descarga el archivo de lo que grabó la camarita en su computador. Al fondo, exhibidos como cornamentas de alce, los dos diplomas enmarcados que le permiten ser reconocido como médico especializado en otorrinolaringología. “Bueno mi señora, veo que tiene disfonía porque está rígida la cuerda izquierda; pero como ella está influenciada por un nervio que viene desde bien abajo, vamos a hacer lo siguiente: la voy a remitir donde un gastroenterólogo, pero para que no pierda su tiempo al momento de la cita, le voy a pedir un tac de tórax porque cuando vaya a la consultaseguramente él le va a pedir eso. Aquí están las órdenes para que las autoricen en su eps y una orden para que cuando lo necesite vuelva aquí sin cita previa”.