EDITORIAL

Un aliento a la Venezuela democrática

Periódicos de gran difusión mundial y de Colombia vienen dedicando sus líneas editoriales a la creciente amenaza militar estadounidense en El Caribe y Venezuela y al reciente Premio Nobel de Paz otorgado a María Corina Machado, hecho calificado como la noticia del momento por todo lo que ello implica para la situación política del hermano y vecino país y los millones de ciudadanos venezolanos que deambulan por el globo huyéndole al régimen de Nicolás Maduro.

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Periódicos de gran difusión mundial y de Colombia vienen dedicando sus líneas editoriales a la creciente amenaza militar estadounidense en El Caribe y Venezuela y al reciente Premio Nobel de Paz otorgado a María Corina Machado, hecho calificado como la noticia del momento por todo lo que ello implica para la situación política del hermano y vecino país y los millones de ciudadanos venezolanos que deambulan por el globo huyéndole al régimen de Nicolás Maduro.

Teniendo en cuenta nuestro entorno territorial, desde EL PILÓN también hacemos eco a ese hecho noticioso, toda vez que todo lo relacionado con Venezuela también ha de tener mucha incidencia en esa población venezolana residente en regiones fronterizas como el Cesar y La Guajira. Para esas poblaciones, este Premio Nobel es mirado, no solo como un reconocimiento individual a Machado, para ellas constituye un aliento de la lucha por la democracia y un mensaje de que no se ha olvidado la tragedia humanitaria ni la resistencia cívica que vive Venezuela desde hace años.

En las calles de Valledupar y en muchas otras zonas del departamento del Cesar, la mayoría de los venezolanos recibió la noticia como si se tratara de una victoria propia. En medio de las difíciles condiciones en las que viven por fuera de su país, además de la incertidumbre laboral y el desarraigo, este acontecimiento los anima a pensar que su lucha por la libertad sigue en pie.

Y tienen razón para animarse, los venezolanos saben que su país continúa sumido en una crisis humanitaria y política que no da tregua. Distintos informes periodísticos dan cuenta de que los servicios básicos colapsan, la pobreza se expande y el autoritarismo se afianza con el respaldo de potencias como Rusia, Irán y China, pero que ahora con esta vitrina mundial de su situación tal vez las cosas podrían comenzar a cambiar.

Para nadie es un secreto que la represión del régimen de Nicolás Maduro ha sido sistemática y contundente. Todos los días se habla de persecución a opositores y del uso instrumental de la justicia para impedir cualquier intento de alternancia. Como consecuencia de ello María Corina Machado fue elegida por la ciudadanía como líder de la oposición, pero que terminó forzada al exilio, escoltada por medidas de seguridad extremas como única forma de evitar la cárcel en Venezuela.

Por todo ello, este Premio Nobel de Paz alienta a la oposición para continuar con la organización de protestas y reclamando elecciones libres, aun cuando pesa sobre ellos el escepticismo acumulado tras negociaciones fallidas, pactos incumplidos y descarado fraude electoral. Ahora se abren nuevas expectativas.

Tanto en Valledupar como en otros municipios del Cesar y La Guajira, y en general en el país y vecinos suramericanos, solo basta salir a la calle y observar como gran parte de la comunidad venezolana vive en precarias condiciones. Muchos sobreviven con trabajos informales, alquilan habitaciones improvisadas y cargan con la nostalgia de un país que sienten cada día más lejano.

En algunos casos, pocos por cierto pero visibles, se incorporan al delito y al tráfico de estupefacientes. También los acompañan en esas malas prácticas malos ciudadanos colombianos. Pero, aun así, la inmensa mayoría no renuncia a la esperanza que en estos momentos vuelve a retomar fuerzas.

Por todas partes se lee y se dice que el Nobel a Machado obliga a la comunidad internacional fijar su mirada en Venezuela y en esas comunidades venezolanas residentes por fuera de su país. Ante la presión justa de la comunidad internacional, y las demostraciones de fuerza del gobierno Trump, ansiamos una salida pacífica de la dictadura cívico-militar instaurada hacia la plena democracia. Con ello, un escenario republicano, libre, próspero y productivo ganan Venezuela y Colombia, y su gente.

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