EDITORIAL

Necesidad Urgente de Salvaguardia del vallenato, a los diez años

Desde EL PILÓN acogemos esa dinámica que siempre se pone en práctica cuando se está ante un fenómeno amenazante, tal es la de alertar y alertar de manera reiterativa sobre el peligro que este nos acecha. En este caso lo hacemos frente al riesgo de perder la esencia de nuestra música tradicional vallenata.

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Desde EL PILÓN acogemos esa dinámica que siempre se pone en práctica cuando se está ante un fenómeno amenazante, tal es la de alertar y alertar de manera reiterativa sobre el peligro que este nos acecha. En este caso lo hacemos frente al riesgo de perder la esencia de nuestra música tradicional vallenata.

La más reciente alerta la lanzamos el pasado 22 de noviembre a raíz de lo conversado durante el panel: “Valledupar, ciudad creativa: Talento e identidad que inspiran desarrollo”, escenario donde se puso sobre el tapete el tema de la declaratoria de la música tradicional vallenata como Patrimonio Cultural Inmaterial por defender según el llamado de la UNESCO. Allí se dijo que esa advertencia no se ha valorado en su justa dimensión.

Esta vez retomamos esa voz de alerta porque justo en esta fecha, primero de diciembre, se celebran 10 años de esa declaratoria de la UNESCO, una década en la que no se han mostrado resultados importantes en pro de la de preservación.

En ese mismo sentido, para esta edición hemos elaborado un informe especial sobre los pormenores que, durante esta década, han rodeado ese proceso que debió ser de preservación de lo tradicional y de vigilancia de todo aquello que atentara contra la autenticidad de la música vallenata. Los resultados no son los mejores, o por lo menos no se han cumplido las expectativas que se crearon aquel primero de diciembre del año 2015.

Es por ello que, en esta fecha puntual, los distintos actores musicales, organizaciones y autoridades competentes, están obligados a hacer una revisión punto por punto del Plan Especial de Salvaguarda, PES, aprobado por la UNESCO, tal como se manifiesta en el informe de EL PILÓN, donde se esbozan suficientes razones para asistir al conversatorio programado a partir de las 7 p.m. en Guacaó, donde se hará ese ejercicio sobre los aciertos y desaciertos del plan. Celebramos también otros eventos el día de hoy en igual propósito o recordación

La convocatoria es general, a la cual no deben faltar intérpretes, detentores, gestores, actores y entidades públicas y privadas para que de manera conjunta se asuman compromisos que quedarán establecidos en un acta oficial de defensa del folclor vallenato. También se espera que allí se definan estrategias que ayuden a la preservación de las raíces del folclor vallenato.

Las diferentes voces, reacciones, análisis de expertos, contenidos en el informe de EL PILÓN, nos indican que no vamos bien y que estamos en deuda con una verdadera tarea de protección del vallenato autóctono, ese, que nacido en el Magdalena Grande, también, es bueno reconocerlo, fue un árbol de tan extensas raíces que atravesando el Río Grande halló suelo del otro lado en las antiguas sabanas del viejo y amplio departamento de Bolívar (hoy convertido en tres). Pero no es suficiente con informarnos y conocer en detalle lo que está sucediendo, lo realmente urgente es actuar en consecuencia y que cada uno, desde su propia capacidad, asuma una posición crítica y propositiva en ese proceso, para que así podamos seguir apreciando la riqueza musical de un merengue, un paseo, una puya y un son, interpretados con los instrumentos originales y con la misma cadencia con la que lo hacían nuestros juglares de antaño.

Además, es hora de hacerle un reconocimiento a todos esos gestores y actores musicales y de la cultura en general que se dieron a la tarea de argumentar ante la ONU la riqueza cultural de la música vallenata.

Una precisión importante, que nos ha hecho el gestor y empresario cultural Carlos Llanos: la UNESCO no incluyó técnicamente al vallenato en la lista de Patrimonios Inmateriales de la Humanidad, propiamente. Lo que hizo fue, reconociendo su importancia universal, un llamado a la acción, a no hablar paja y basura. Por ello la incorporó en el plano internacional a la “Lista Representativa de Patrimonio Cultural Inmaterial en Necesidad Urgente de Salvaguardia”.

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