El pasado 3 de diciembre del año en curso, la Cámara de Comercio de Valledupar, bajo la dirección del doctor José Luis Urón Márquez, realizó un significativo homenaje y brindó reconocimiento a diversas personas que se han destacado en distintos ámbitos y labores.
Se trata de un acto que genera legítimo regocijo, en la medida en que constituye una verdadera fuente de motivación para quienes, con esfuerzo y perseverancia, han luchado por alcanzar sus objetivos en los campos económico, académico, cultural y deportivo, entre otros. Este tipo de iniciativas inciden de manera positiva y directa en el proceso de construcción, desarrollo y fortalecimiento social de la ciudad de Valledupar y del departamento del Cesar.
Soy firme partidario de que los homenajes y reconocimientos deben hacerse en vida, pues ello permite que el ser humano se estimule y se motive a seguir creciendo. La naturaleza humana está orientada al progreso, a la evolución constante. Reconocer el mérito ajeno se convierte, sin duda, en un poderoso acto de motivación: es como regar una planta para que dé frutos, dado que nuestras acciones están guiadas tanto por motivos internos como externos, los cuales no son únicamente de carácter material, sino también moral y espiritual.
Una palabra de aliento, un mensaje positivo, contribuye de manera decisiva al crecimiento personal y al logro de los propósitos trazados. Todos los seres humanos —estamos conformados por mente, cuerpo y espíritu— necesitamos de procesos motivacionales. La psicología ha explicado la motivación desde enfoques biológicos, conductistas y cognitivos, los cuales se originan en procesos mentales y en necesidades fisiológicas, como el hambre o la sed, así como en aspiraciones intelectuales y sociales, por ejemplo, el estímulo que impulsa a un estudiante a obtener una buena calificación. El reconocimiento produce motivación en nuestra psiquis y responde a factores biológicos, psicológicos, económicos, culturales y académicos.
Con base en lo anterior, es justo hacer un reconocimiento público al doctor José Luis Urón Márquez, quien durante muchos años ha demostrado disposición y voluntad para exaltar el mérito de numerosas personas de Valledupar y del Cesar. Algunos podrían afirmar que ello corresponde simplemente a su cargo como director ejecutivo de la Cámara de Comercio; sin embargo, discrepo de tal postura, pues las personas jurídicas —públicas o privadas— reflejan su dinamismo y proyección de acuerdo con las personas naturales que las dirigen.
El doctor Urón Márquez, a quien tuve el honor de tener como docente en una de mis especializaciones, merece toda mi admiración y respeto. Siempre cumplió con responsabilidad y cabalidad su labor académica, incluso cuando ejercía funciones como secretario del Gobierno Departamental durante la administración del doctor Hernando Molina Araújo. Su vasto acervo de conocimientos era transmitido con método, orden sistemático y sólidas reglas didácticas, demostrando en todo momento su profunda formación jurídica.
Es una persona digna de emular. Su trayectoria académica —matemático-físico, abogado, administrador público, especialista en Finanzas Públicas y en Derecho Administrativo, magíster y doctor en Derecho, docente universitario y autor de diversas obras jurídicas publicadas—. Así mismo, ha superado múltiples obstáculos en la vida. En las pocas ocasiones en que he visitado su despacho, he percibido su marcada vocación de servicio y sus cualidades humanas: atiende con cordialidad a todas las personas, sin distinción de estratos socioeconómicos, siempre con la actitud genuina de servir sin esperar nada a cambio.
Elevo una plegaria al Todopoderoso para que conserve al doctor José Luis Urón Márquez, y le permita continuar en esa noble labor en favor de Valledupar y del departamento del Cesar.
Finalmente, quiero expresar mis más sinceras felicitaciones a los periodistas de este prestigioso diario, quienes recientemente obtuvieron el Premio Sirena Vallenata: José Alejandro Martínez, Andrea Guerra, Shelymar Riquett y Luis Ángel Bolaños, así como al reportero gráfico Jesús Ochoa. Los felicito por ejercer con vocación y compromiso una de las profesiones más nobles, como lo es el periodismo. Este reconocimiento se constituye, igualmente, en un acto de estímulo y motivación para seguir contribuyendo al desarrollo de nuestra ciudad y de nuestro departamento.
Dios nos bendiga a todos.
Feliz Navidad.





