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Mientras en el Caribe una picada de bollo puede arreglar un problema, en otras partes lo genera.

Bollo perfumado Por: Miguel Ángel Castilla Camargo Perfumar un bollo, desde lo estrictamente etimológico, significa aromatizar un alimento para que sea más agradable al paladar.En Antioquia, ello demandaría un recorrido por el río Medellín viendo submarinos de toda índole. Menos mal a la Real Academia de la Lengua Española no se le ha ocurrido montar […]

Mientras en el Caribe una picada de bollo puede arreglar un problema, en otras partes lo genera.

Mientras en el Caribe una picada de bollo puede arreglar un problema, en otras partes lo genera.

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@el_pilon

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Bollo perfumado
Por: Miguel Ángel Castilla Camargo

Perfumar un bollo, desde lo estrictamente etimológico, significa aromatizar un alimento para que sea más agradable al paladar.En Antioquia, ello demandaría un recorrido por el río Medellín viendo submarinos de toda índole. Menos mal a la Real Academia de la Lengua Española no se le ha ocurrido montar sus oficinas en tierras paisas donde a las sobras de los comensales las bautizan al día siguiente con el sugestivo nombre de calentao.
Nadie entiende ni comprende por qué algunos leguleyos, de esos que pululan en el Congreso, revestidos de beatos, quieren hacerle creer a la ciudadanía que en el Chocó están ofendidos porque el diputado antioqueño Rodrigo Mesadijo que darle recursos a este departamento era “como meterle un perfume a un bollo”.
En la capital antioqueña, donde todo genera plata, en algunas facultades académicas ya vislumbran al señor Mesa como un caso digno de sicoanálisis con serios traumas originados por una generación de obscenos que no sabían distinguir entre un excremento de gato y un popó de perro. Dada la complejidad de dicho pre dictamen, prefiero omitir los detalles de tamaña investigación para que los lectores no terminen en el sanitario recordando el último guayabo.
Independiente de los problemas que tenga el doctor Mesa, los chocoanos están acostumbrados a ver feriar el erario. Robar es un verbo que se conjuga en todos los tiempos y circunstancias, y que para nada altera la dinámica social del Pacifico. Lo que no es normal, es la acusación formal del gobernador Luis Gilberto Murillo, quien afirma que ya se hicieron estudios jurídicos y determinaron que sí cabe una demanda penal al respecto. Como quien dice, el lio de un desliz oral comenzó a involucrar a la Rama Judicial, tan pestilente como el bollo de Rodrigo Mesa. Imaginamos que antes del juicio, documentarán al juez sobre el bollo, sus clasificaciones, tipos y denominaciones a la luz geográfica del Instituto Agustín Codazzi donde curiosamente todo lo delimitan a través de mojones.
De todas formas, el Partido Liberal Colombiano, que encarna la pulcritud nacional, envió a Simón Gaviria, acostumbrado a dirimir embrollos, para ver como resuelve semejante embarrada. Me acuerdo de su padre con las Barcazas, sin energía y con el reloj adelantado. ¡Qué cagada!
El costeñol, tan necesario en estos casos, define la palabra bollo como alimento vernáculo de maíz, vigente desde la época precolombina hasta nuestros días. También existe el bollo de yuca, conocido familiarmente como bollo e’yuca; bollo de coco, bollo limpio, de plátano maduro, de frijol, y el último y más moderno, el de atún con queso en cuadritos.
Es pertinente hacer esta aclaración, dada la discusión nacional por la denominación que se le da a la palabra bollo en diferentes latitudes. En Barranquilla muchos todavía preguntan por la mujer a quien un asambleísta quiso ofender con una fragancia. En las sabanas de Bolívar, Sucre y Córdoba les parece un despropósito que un producto alimenticio necesiten aromatizarlo para que sea atractivo, y en el Choco, donde la educación se mantiene en el último lugar, paradójicamente consideran este suceso una oportunidad para vender de otra forma a este bello paraíso donde todavía los padres de la patria, con cinismo, se ofenden porque les dicen la verdad, no propiamente salpicada de humor.

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