Los habitantes del corregimiento de Caracolicito denunciaron que la administración de El Copey impide las protestas en dicho territorio por medio de intimidaciones con la fuerza pública.
La comunidad del corregimiento de Caracolicito, jurisdicción de El Copey, denunció que el alcalde de este municipio, Francisco Meza Altamar, declaró de manera presuntamente intimidante que para las protestas deben solicitar un permiso ante el gobierno local, de lo contrario la Policía Nacional estará autorizada para intervenir.
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Según Bryan Duarte, habitante de Caracolicito, una protesta que se dio en dicho corregimiento por fallas en el suministro del agua fue “saboteada o intimidada” por parte del dirigente porque muchas personas que asistirían tuvieron temor para presentarse debido a que creyeron que la fuerza pública atentaría contra su integridad física.
“Ayer a las cuatro de la tarde iniciamos una protesta pacífica por las calles del corregimiento reclamando que el servicio del agua en los hogares solo es de tres a cuatro horas, cuando en las anteriores administraciones gozábamos del preciado liquido 12 horas. Pero por las declaraciones del alcalde en la emisora Ecos del Cesar, las personas tuvieron miedo de pronunciarse”, manifestó Duarte.
Según este habitante, la comunidad sufre por el reducido horario en el que llega el agua a los hogares del corregimiento de Caracolicito, acotando que el líquido que proviene de la planta de tratamiento, que está ubicada en el casco urbano de El Copey, no es suficiente para cocinar, hacer las tareas del hogar, regar las platas e hidratar a los animales.
Esta misma postura la mantiene Horacio Quiroga, habitante de este corregimiento, quien aseveró que el corto horario de distribución del preciado líquido para esta zona afecta la calidad de vida y salud de sus habitantes.
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“Con pancartas marchamos los ciudadanos para solicitar al gobierno municipal un mejor servicio en la distribución del agua porque es indispensable para poder vivir. Las personas de manera pacífica se hicieron presentes para que la administración del El Copey se enterara de sus necesidades”, comentó.
Al respecto, el alcalde de El Copey, Francisco Meza Altamar, aseveró que aunque la protesta es un derecho fundamental de la sociedad, la comunidad no puede realizarla sin solicitar la autorización de la Secretaría de Gobierno Municipal debido a la pandemia de la covid-19, teniendo en cuenta que se deben garantizar los protocolos de bioseguridad.
“Desconozco que mis declaraciones sean para reprimir. Yo lo que estoy haciendo es garantizar el derecho a la vida y el respeto por el ordenamiento jurídico que está establecido que los diferentes decretos que ha expedido el Gobierno nacional por la pandemia”, manifestó el mandatario.
Sobre las denuncias del limitado tiempo del servicio del agua en el corregimiento de Caracolicito, señaló que son “falsas”. Agregó que a la comunidad anteriormente le llegaban de la planta de tratamiento ocho litros de agua por segundo y que actualmente su administración lo incrementó a 16 litros por segundo.
“El municipio de El Copey no es culpable que en las horas garantizadas del servicio, que son aproximadamente entre ocho y diez horas diarias para 1.500 personas distribuidas en 400 viviendas, dos invasiones dispersen el líquido a la parte baja del corregimiento”, comentó.
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Agregó que los pobladores de dichos asentamientos humanos “dejan las mangueras del agua abiertas” y en la parte alta del corregimiento se despresuriza o se disminuye la presión. Aseveró que los habitantes de Caracolicito no pagan este servicio público y no aceptan facturación, recalcando: “Nunca en la vida la comunidad ha querido pagar ni la factura de agua ni de aseo y esto dificulta la atención continua y regular del servicio”.
Por: Namieh Baute Barrios / EL PILÓN.
Los habitantes del corregimiento de Caracolicito denunciaron que la administración de El Copey impide las protestas en dicho territorio por medio de intimidaciones con la fuerza pública.
La comunidad del corregimiento de Caracolicito, jurisdicción de El Copey, denunció que el alcalde de este municipio, Francisco Meza Altamar, declaró de manera presuntamente intimidante que para las protestas deben solicitar un permiso ante el gobierno local, de lo contrario la Policía Nacional estará autorizada para intervenir.
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Según Bryan Duarte, habitante de Caracolicito, una protesta que se dio en dicho corregimiento por fallas en el suministro del agua fue “saboteada o intimidada” por parte del dirigente porque muchas personas que asistirían tuvieron temor para presentarse debido a que creyeron que la fuerza pública atentaría contra su integridad física.
“Ayer a las cuatro de la tarde iniciamos una protesta pacífica por las calles del corregimiento reclamando que el servicio del agua en los hogares solo es de tres a cuatro horas, cuando en las anteriores administraciones gozábamos del preciado liquido 12 horas. Pero por las declaraciones del alcalde en la emisora Ecos del Cesar, las personas tuvieron miedo de pronunciarse”, manifestó Duarte.
Según este habitante, la comunidad sufre por el reducido horario en el que llega el agua a los hogares del corregimiento de Caracolicito, acotando que el líquido que proviene de la planta de tratamiento, que está ubicada en el casco urbano de El Copey, no es suficiente para cocinar, hacer las tareas del hogar, regar las platas e hidratar a los animales.
Esta misma postura la mantiene Horacio Quiroga, habitante de este corregimiento, quien aseveró que el corto horario de distribución del preciado líquido para esta zona afecta la calidad de vida y salud de sus habitantes.
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“Con pancartas marchamos los ciudadanos para solicitar al gobierno municipal un mejor servicio en la distribución del agua porque es indispensable para poder vivir. Las personas de manera pacífica se hicieron presentes para que la administración del El Copey se enterara de sus necesidades”, comentó.
Al respecto, el alcalde de El Copey, Francisco Meza Altamar, aseveró que aunque la protesta es un derecho fundamental de la sociedad, la comunidad no puede realizarla sin solicitar la autorización de la Secretaría de Gobierno Municipal debido a la pandemia de la covid-19, teniendo en cuenta que se deben garantizar los protocolos de bioseguridad.
“Desconozco que mis declaraciones sean para reprimir. Yo lo que estoy haciendo es garantizar el derecho a la vida y el respeto por el ordenamiento jurídico que está establecido que los diferentes decretos que ha expedido el Gobierno nacional por la pandemia”, manifestó el mandatario.
Sobre las denuncias del limitado tiempo del servicio del agua en el corregimiento de Caracolicito, señaló que son “falsas”. Agregó que a la comunidad anteriormente le llegaban de la planta de tratamiento ocho litros de agua por segundo y que actualmente su administración lo incrementó a 16 litros por segundo.
“El municipio de El Copey no es culpable que en las horas garantizadas del servicio, que son aproximadamente entre ocho y diez horas diarias para 1.500 personas distribuidas en 400 viviendas, dos invasiones dispersen el líquido a la parte baja del corregimiento”, comentó.
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Agregó que los pobladores de dichos asentamientos humanos “dejan las mangueras del agua abiertas” y en la parte alta del corregimiento se despresuriza o se disminuye la presión. Aseveró que los habitantes de Caracolicito no pagan este servicio público y no aceptan facturación, recalcando: “Nunca en la vida la comunidad ha querido pagar ni la factura de agua ni de aseo y esto dificulta la atención continua y regular del servicio”.
Por: Namieh Baute Barrios / EL PILÓN.