Esa ‘ventajita’ consiste en la posibilidad de aparecer junto al gobernador Monsalvo y los alcaldes en las fotos de inauguración de obras, también junto a los ministros cuando anuncian nuevas inversiones para el departamento.
Faltan más de 8 meses para las elecciones legislativas del 2022 en Colombia, pero en algunas regiones del país como el Cesar, las cartas ya están sobre la mesa. Las campañas y la búsqueda de aliados empezaron desde temprano para buscar las tan anheladas, pero ‘costosas’, sillas del Congreso de la República.
Lo claro es que cuatro de los cinco congresistas del Cesar buscarán repetir curul: los senadores Didier Lobo y José Alfredo Gnecco; y lo representantes Alfredo Ape Cuello y Eliecer Salazar. El representante Chichí Quintero, de Cambio Radical, no aspiraría nuevamente por razones de salud; lo reemplazaría uno de sus hijos. Lo cierto es que los cinco congresistas tienen una ‘ligera’ ventaja sobre los otros candidatos que también pelean por esa curul.
Esa ‘ventajita’ consiste en la posibilidad de aparecer junto al gobernador Monsalvo y los alcaldes en las fotos de inauguración de obras, también junto a los ministros cuando anuncian nuevas inversiones para el departamento.
Empezando por el senador José Alfredo Gnecco, padrino político del alcalde de Valledupar, Mello Castro. Aunque Gnecco no es precisamente reconocido por su protagonismo en los debates, ni las proposiciones, ni las redes sociales, en las últimas semanas se le ha visto acompañando al alcalde Mello Castro en diferentes eventos.
Estuvo junto al mandatario en el mercado campesino; en la entrega de casas en Valledupar junto al Ministerio de Vivienda; y en la socialización del proyecto de energía fotovoltaica que será implementado en los corregimientos de Caracolí, Mariangola y Aguasblancas, entre otros.
Además del apoyo claro de la Gobernación del Cesar, José Alfredo Gnecco tendrá el ‘sostén’ burocrático y estratégico de las alcaldías de Valledupar, Chiriguaná, Manaure, El Copey, Bosconia, Chimichagua y La Gloria, para alcanzar su cometido de repetir su silla en el Congreso.
El mayor derrotado en la capital del Cesar fue el representante Alfredo Ape Cuello, quien no contará con esta estructura para la próxima campaña. Sin embargo, tiene a su favor alcaldías fuertes, como La Jagua de Ibirico, con estructuras políticas bien formadas que mueven gente los días de elecciones.
Sin duda, de no haber sorpresa, Cuello será el más votado en Chimichagua, Pueblo Bello, Gonzáles y Río de Oro, donde además de ser el jefe de los mandatarios del partido Conservador y tomar decisiones en la contratación, en esos municipios durante el día electoral la ‘masa’ la mueven los líderes locales. Y es que en Pueblo Bello, el alcalde Danilo Duque; Henry Oñate, en Manaure; José Helí Santana, en Río de Oro; en Chimichagua, Celso Guerra; y Oscar Emiro Osorio en González, serán los principales ‘aliados’ que pondrán a disposición de Ape Cuello toda la maquinaria política durante la campaña.
Cabe recordar que a la lista Azul se unió un nuevo nombre: Fawzi Muvdi. Tradicional de una familia liberal, buscará nuevamente un lugar en el Congreso de la República junto a Ape. ¿Podrá esta vez, Fawzi Muvdi, regresar a su familia ese cupo del Congreso que perdieron una vez capturaron a su padre Pedro Muvdi?
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Así como Ape Cuello perdió su principal ‘botín’, el senador Didier Lobo, quien recién se recupera del covid-19, perdió en las elecciones pasadas su principal ‘mina’ burocrática, la Alcaldía de La Jagua de Ibirico.
Sin embargo, tiene otras bases, como la Alcaldía de Curumaní, en cabeza de Henry Chacón; y las alcaldías de Pueblo Bello y Palitas.
A Lobo es de los senadores que menos se le ve con los mandatarios locales, aunque es de los que cuenta con más apoyo fuera del departamento del Cesar.
En Aguachica con el proyecto del acueducto, en Becerril, en Chiriguaná, en Chimichagua y en todos los eventos importantes de la Gobernación del Cesar, en cabeza de Luis Alberto Monsalvo, el representante a la Cámara Eliecer Salazar juega el papel de fiel escudero.
Eliecer Salazar es la ficha de los Gnecco en la Cámara de representantes. Aunque todos los congresistas del Cesar estén aliados al clan, Salazar es obra, hijo político de esa casa.
Más que alcaldes, su papel de escudero del gobernador le permite contar con ‘nichos’ políticos casi que en los 25 municipios del Cesar. Si las maquinarias siguen poniendo representantes, seguro estará otro periodo en el Congreso; su única amenaza, y la de los otros congresistas del departamento, es el voto castigo o de opinión, hasta ahora débil en el Cesar.
Aunque Salazar, junto al congresista Cristián José Moreno, es de los que más participa y está activo más allá de épocas preelectorales.
Después de una larga carrera política marcada de tropiezos, polémicas, éxitos (como su padrinazgo a la elección de Mello Castro) parece que Chichí Quintero, quien cambió su nombre por razones electorales, dará un paso al costado.
Quintero es la figura clara de la vieja política; entrado en años ha logrado abrirle espacios a sus hijos: Luis Fernando Quintero es concejal de Valledupar, y Carlos Quintero es contralor Distrital de Barranquilla.
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Al parecer, como en las monarquías, uno de los dos será el encargado de reemplazarlo en la carrera por un lugar en el Congreso. El más opcionado es Carlos Felipe Quintero.
Al representante Cristián José Moreno lo han atacado por su ‘pacto’ con el clan Gnecco. Quien durante años estuvo al margen y casi en oposición, ahora aparece en la foto junto a Luis Alberto.
Esta decisión es una apuesta a riesgo. Y es que aunque seguramente en las próximas elecciones contará con el apoyo burocrático y financiero de los Gnecco, ha recibido críticas de quienes lo consideraban ‘independiente’.
De todos los congresistas, según cálculos superficiales, Moreno es el que más mueve el voto de opinión, tal vez por tener el espíritu más político de los cinco congresistas, incluso, es el que más se une a causas ‘populares’, como salir a marchar en favor del Hospital Rosario Pumarejo de López, o realizar audiencias públicas para que las mineras cumplan los compromisos establecidos con las comunidades.
Pero ese voto de opinión ahora está más dividido y su alianza con los Gnecco le podría restar. A su favor tiene las bases de las administraciones de Curumaní, Pailitas y El Copey.
La furia de las redes sociales. Así puede llamarse el movimiento político que podría presentarse en el Cesar, y en el país, en las próximas elecciones parlamentarias: tradicionales e inexpertos aspirarán llegar al Congreso apelando a la rabia y al descontento en contra de los ‘mismos de siempre’. Para eso, dispondrán de la fuerza de las redes sociales y la impopularidad de los actuales congresistas, no solo del Cesar.
Ese camino lo empezó la Colombia Humana, que aún no tiene claro sus candidatos o si participarán con lista abierta o cerrada. Con ellos sabremos si el ‘descontento’ podrá vencer a las maquinarias, o al contrario, el statu quo seguirá mandando la parada.
También entrarán en la pelea tradicionales de la política departamental, como el diputado Miguel Ángel Gutiérrez. Aliado de los Gnecco, con una maquinaria que le ha asegurado un puesto en la Asamblea Departamental, ahora quiere dar el salto al Congreso, al parecer por su partido Cambio Radical.
Otro que se unirá a la discusión será Alejandro Aroca, miembro de una familia del centro del Cesar de tradición liberal. Aroca empezó campaña cuestionando el actuar del gobernador del Cesar. También buscará materializar el voto de descontento en contra de la clase política.
A medida que pasen los meses, los jugadores irán entrando al campo y sabremos quiénes tendrán posibilidad de victoria y quienes no serán protagonistas en el partido. También sabremos si las marchas de abril y mayo significaron un cambio político en el Cesar o las cosas siguen iguales. El tiempo dará las respuestas.
Por: Redacción EL PILÓN
Esa ‘ventajita’ consiste en la posibilidad de aparecer junto al gobernador Monsalvo y los alcaldes en las fotos de inauguración de obras, también junto a los ministros cuando anuncian nuevas inversiones para el departamento.
Faltan más de 8 meses para las elecciones legislativas del 2022 en Colombia, pero en algunas regiones del país como el Cesar, las cartas ya están sobre la mesa. Las campañas y la búsqueda de aliados empezaron desde temprano para buscar las tan anheladas, pero ‘costosas’, sillas del Congreso de la República.
Lo claro es que cuatro de los cinco congresistas del Cesar buscarán repetir curul: los senadores Didier Lobo y José Alfredo Gnecco; y lo representantes Alfredo Ape Cuello y Eliecer Salazar. El representante Chichí Quintero, de Cambio Radical, no aspiraría nuevamente por razones de salud; lo reemplazaría uno de sus hijos. Lo cierto es que los cinco congresistas tienen una ‘ligera’ ventaja sobre los otros candidatos que también pelean por esa curul.
Esa ‘ventajita’ consiste en la posibilidad de aparecer junto al gobernador Monsalvo y los alcaldes en las fotos de inauguración de obras, también junto a los ministros cuando anuncian nuevas inversiones para el departamento.
Empezando por el senador José Alfredo Gnecco, padrino político del alcalde de Valledupar, Mello Castro. Aunque Gnecco no es precisamente reconocido por su protagonismo en los debates, ni las proposiciones, ni las redes sociales, en las últimas semanas se le ha visto acompañando al alcalde Mello Castro en diferentes eventos.
Estuvo junto al mandatario en el mercado campesino; en la entrega de casas en Valledupar junto al Ministerio de Vivienda; y en la socialización del proyecto de energía fotovoltaica que será implementado en los corregimientos de Caracolí, Mariangola y Aguasblancas, entre otros.
Además del apoyo claro de la Gobernación del Cesar, José Alfredo Gnecco tendrá el ‘sostén’ burocrático y estratégico de las alcaldías de Valledupar, Chiriguaná, Manaure, El Copey, Bosconia, Chimichagua y La Gloria, para alcanzar su cometido de repetir su silla en el Congreso.
El mayor derrotado en la capital del Cesar fue el representante Alfredo Ape Cuello, quien no contará con esta estructura para la próxima campaña. Sin embargo, tiene a su favor alcaldías fuertes, como La Jagua de Ibirico, con estructuras políticas bien formadas que mueven gente los días de elecciones.
Sin duda, de no haber sorpresa, Cuello será el más votado en Chimichagua, Pueblo Bello, Gonzáles y Río de Oro, donde además de ser el jefe de los mandatarios del partido Conservador y tomar decisiones en la contratación, en esos municipios durante el día electoral la ‘masa’ la mueven los líderes locales. Y es que en Pueblo Bello, el alcalde Danilo Duque; Henry Oñate, en Manaure; José Helí Santana, en Río de Oro; en Chimichagua, Celso Guerra; y Oscar Emiro Osorio en González, serán los principales ‘aliados’ que pondrán a disposición de Ape Cuello toda la maquinaria política durante la campaña.
Cabe recordar que a la lista Azul se unió un nuevo nombre: Fawzi Muvdi. Tradicional de una familia liberal, buscará nuevamente un lugar en el Congreso de la República junto a Ape. ¿Podrá esta vez, Fawzi Muvdi, regresar a su familia ese cupo del Congreso que perdieron una vez capturaron a su padre Pedro Muvdi?
Lea también: Gobernadores de La Guajira: destituciones, corrupción y elecciones atípicas
Así como Ape Cuello perdió su principal ‘botín’, el senador Didier Lobo, quien recién se recupera del covid-19, perdió en las elecciones pasadas su principal ‘mina’ burocrática, la Alcaldía de La Jagua de Ibirico.
Sin embargo, tiene otras bases, como la Alcaldía de Curumaní, en cabeza de Henry Chacón; y las alcaldías de Pueblo Bello y Palitas.
A Lobo es de los senadores que menos se le ve con los mandatarios locales, aunque es de los que cuenta con más apoyo fuera del departamento del Cesar.
En Aguachica con el proyecto del acueducto, en Becerril, en Chiriguaná, en Chimichagua y en todos los eventos importantes de la Gobernación del Cesar, en cabeza de Luis Alberto Monsalvo, el representante a la Cámara Eliecer Salazar juega el papel de fiel escudero.
Eliecer Salazar es la ficha de los Gnecco en la Cámara de representantes. Aunque todos los congresistas del Cesar estén aliados al clan, Salazar es obra, hijo político de esa casa.
Más que alcaldes, su papel de escudero del gobernador le permite contar con ‘nichos’ políticos casi que en los 25 municipios del Cesar. Si las maquinarias siguen poniendo representantes, seguro estará otro periodo en el Congreso; su única amenaza, y la de los otros congresistas del departamento, es el voto castigo o de opinión, hasta ahora débil en el Cesar.
Aunque Salazar, junto al congresista Cristián José Moreno, es de los que más participa y está activo más allá de épocas preelectorales.
Después de una larga carrera política marcada de tropiezos, polémicas, éxitos (como su padrinazgo a la elección de Mello Castro) parece que Chichí Quintero, quien cambió su nombre por razones electorales, dará un paso al costado.
Quintero es la figura clara de la vieja política; entrado en años ha logrado abrirle espacios a sus hijos: Luis Fernando Quintero es concejal de Valledupar, y Carlos Quintero es contralor Distrital de Barranquilla.
No deje de leer: Procuraduría indagará presuntas irregularidades en la contratación del Centro Cultural
Al parecer, como en las monarquías, uno de los dos será el encargado de reemplazarlo en la carrera por un lugar en el Congreso. El más opcionado es Carlos Felipe Quintero.
Al representante Cristián José Moreno lo han atacado por su ‘pacto’ con el clan Gnecco. Quien durante años estuvo al margen y casi en oposición, ahora aparece en la foto junto a Luis Alberto.
Esta decisión es una apuesta a riesgo. Y es que aunque seguramente en las próximas elecciones contará con el apoyo burocrático y financiero de los Gnecco, ha recibido críticas de quienes lo consideraban ‘independiente’.
De todos los congresistas, según cálculos superficiales, Moreno es el que más mueve el voto de opinión, tal vez por tener el espíritu más político de los cinco congresistas, incluso, es el que más se une a causas ‘populares’, como salir a marchar en favor del Hospital Rosario Pumarejo de López, o realizar audiencias públicas para que las mineras cumplan los compromisos establecidos con las comunidades.
Pero ese voto de opinión ahora está más dividido y su alianza con los Gnecco le podría restar. A su favor tiene las bases de las administraciones de Curumaní, Pailitas y El Copey.
La furia de las redes sociales. Así puede llamarse el movimiento político que podría presentarse en el Cesar, y en el país, en las próximas elecciones parlamentarias: tradicionales e inexpertos aspirarán llegar al Congreso apelando a la rabia y al descontento en contra de los ‘mismos de siempre’. Para eso, dispondrán de la fuerza de las redes sociales y la impopularidad de los actuales congresistas, no solo del Cesar.
Ese camino lo empezó la Colombia Humana, que aún no tiene claro sus candidatos o si participarán con lista abierta o cerrada. Con ellos sabremos si el ‘descontento’ podrá vencer a las maquinarias, o al contrario, el statu quo seguirá mandando la parada.
También entrarán en la pelea tradicionales de la política departamental, como el diputado Miguel Ángel Gutiérrez. Aliado de los Gnecco, con una maquinaria que le ha asegurado un puesto en la Asamblea Departamental, ahora quiere dar el salto al Congreso, al parecer por su partido Cambio Radical.
Otro que se unirá a la discusión será Alejandro Aroca, miembro de una familia del centro del Cesar de tradición liberal. Aroca empezó campaña cuestionando el actuar del gobernador del Cesar. También buscará materializar el voto de descontento en contra de la clase política.
A medida que pasen los meses, los jugadores irán entrando al campo y sabremos quiénes tendrán posibilidad de victoria y quienes no serán protagonistas en el partido. También sabremos si las marchas de abril y mayo significaron un cambio político en el Cesar o las cosas siguen iguales. El tiempo dará las respuestas.
Por: Redacción EL PILÓN