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Económicas - 12 diciembre, 2020

La nueva normalidad de los bares en Valledupar: cerrar temprano y sin pistas de baile

La prohibición del baile, el horario poco favorable de apertura y cierre, además de los costos de los implementos de bioseguridad, ponen en aprietos a los bares que luchan por ganarle la batalla económica al covid-19.

Los usuarios no están de acuerdo con el cierre a las 11:00 p.m.

FOTO/CORTESÍA.
Los usuarios no están de acuerdo con el cierre a las 11:00 p.m. FOTO/CORTESÍA.

La normativa que deben cumplir los bares para funcionar en la ciudad de Valledupar, es uno de los mayores retos a los que se han enfrentado estos establecimientos, de acuerdo con un propietario de un negocio nocturno. La prohibición del baile y la restricción horaria son dos reglas a las que difícilmente se han acoplado los usuarios, según Jeremías Rangel, propietario de El Patio Bar, ubicado en la carrera 9.

Lee también: “La prueba piloto de bares es un experimento social”: representante del gremio

El golpe económico que sufrieron estos establecimientos por más de ocho meses, llevó a varios al cierre definitivo. El caso de Palenke Cultura Bar. Sus paredes bañadas en color y folclor se despidieron a través de un comunicado en su cuenta de Instagram el pasado seis de diciembre.

Otros negocios nocturnos, en la medida de lo posible, han tratado de adaptarse al nuevo estilo de vida que impuso la pandemia. Por medio de la venta de licor a domicilio y la incorporación de la gastronomía, algunos se mantienen a flote.

A pesar de estos recursos, el manteamiento es complejo, porque los clientes luego de un periodo de tiempo en confinamiento llegan a estos lugares buscando el acostumbrado entretenimiento que, en casos, va en contravía de las normas de bioseguridad.

Con los pocos bares abiertos es difícil salir con la pareja a pasar un rato agradable. Antes de la pandemia iba con mi esposa a estos sitios después del trabajo, alrededor de las nueve, según recuerdo, pero ahora a las diez de la noche ya nos están sacando”, comentó Alirio Rojas, abogado.

Respecto al horario establecido para el funcionamiento, el propietario de El Patio Bar aseguró que no es suficiente para que los negocios obtengan las ganancias para continuar abiertos y los usuarios se sientan satisfechos con el servicio. “Es difícil que las personas se acostumbren al horario de cierre y a la prohibición de que no pueden bailar con su pareja, porque esa es una de las razones por la que vienen a un bar. Los clientes en algunos casos se molestan ante esta negativa, porque no le encuentran el sentido de venir sino pueden bailar”, aseveró Rangel.

Se han presentado trifulcas por el horario de los bares y la prohibición del baile. FOTO/CORTESÍA.

El COVID QUE SE CUELA EN LA BARRA

El  Decreto 1550, establecido por el Gobierno nacional el pasado 30 de diciembre, extendió las limitaciones de operación de los bares.  Alberto Ramírez, especialista en medicina interna, asegura que aunque en la ciudad los casos de covid-19  están disminuyendo, los protocolos de bioseguridad deben seguir vigentes porque la falta de cuidado podría ocasionar una nueva curva de contagios, como sucedió en Italia y Francia, por ejemplo.

No dejes de leer: Autorizan apertura de 15 bares en Valledupar como plan piloto

Es necesario que los vallenatos acepten las medidas de bioseguridad en los establecimientos públicos, como lo son los bares, porque en estos sitios el contacto es mayor. Al ser espacios de tamaño reducido las partículas en el aire se desplazan con mayor velocidad hasta llegar al cuerpo”, aseguró Ramírez.

Debido a estos riesgos, la normativa del distanciamiento social, la prohibición del baile en el interior del establecimiento y en las áreas que tenga habilitadas para prestar el servicio, como también la realización de eventos públicos o privados que provoquen aglomeraciones de personas, continúan siendo restricciones fijas que la Secretaría de Gobierno municipal de Valledupar, se ha encargado de hacer cumplir mediante inspecciones en los distintos comercios.

Tales como las realizadas la primera semana del mes de noviembre, donde el secretario de Gobierno, Luis Galvis, aseveró que aquel establecimiento que no cumpla tácitamente con los protocolos de bioseguridad se verá abocado a sanciones legales”.   

BARES LAPIDADOS

El cierre por más de ocho meses dejó grandes estragos económicos en los propietarios de estos establecimientos nocturnos.

Estuvimos diez meses pagando el alquiler del local esperanzados en que las obras en el centro histórico finalizarían, para luego cumplir con los requisitos de bioseguridad, pero nos hicieron quebrar porque las obras inconclusas no nos permitieron abrir”, comentó Yasser Orozco, propietario de Palenke Cultura Bar.

Orozco aseguró que el difícil acceso al bar por las calles que aún continúan en obra gris alejó a los clientes. Además de que cumplir con los protocolos de bioseguridad con las “calles destapadas” se les hace complicado porque la tierra y el barro entran al establecimiento en los zapatos de los usuarios a  pesar de que se utilicen tapetes, y esto afectaría la sanidad del lugar.

Este proyecto cultural, como lo llama Orozco, ubicado en la calle 15 No. 6-74,  se despide de Valledupar después de ocho años de estar brindando espacios de enriquecimiento cultural y folclor. No solo este bar cerró sus puertas. De acuerdo con Leo Beltrán, propietario del bar Faroto, ubicado en la carrera 19, alrededor de cinco compañeros de este mismo gremio han cerrado sus puertas porque no pudieron soportar el pago de los alquileres y los equipos durante estos meses.  

Anteriormente trabajábamos en el bar cinco personas pero debido a todo este tiempo sin actividad solo están trabajando dos, porque económicamente no me puedo permitir más trabajadores. La hora de cierre debería ser hasta las tres de la mañana porque es difícil obtener ganancias con el horario establecido”, comentó Beltrán.

Te puede interesar: División de opiniones en Valledupar por reapertura de bares

Los propietarios de los bares que están abiertos esperan que paulatinamente las actividades vuelvan a la normalidad, bajo el cumplimiento de las normas de bioseguridad para recuperarse luego de casi diez meses de pérdidas económicas, que, aseguran, difícilmente recuperarán. Por otro lado, los dueños de los establecimientos cerrados esperan reinventarse en la búsqueda de un nuevo negocio, que les permita salir adelante a ellos y a sus familias, frente a una pandemia que sin piedad les cerró las puertas.  

Por: Namieh Baute Barrios/ EL PILÓN.

Económicas
12 diciembre, 2020

La nueva normalidad de los bares en Valledupar: cerrar temprano y sin pistas de baile

La prohibición del baile, el horario poco favorable de apertura y cierre, además de los costos de los implementos de bioseguridad, ponen en aprietos a los bares que luchan por ganarle la batalla económica al covid-19.


Los usuarios no están de acuerdo con el cierre a las 11:00 p.m.

FOTO/CORTESÍA.
Los usuarios no están de acuerdo con el cierre a las 11:00 p.m. FOTO/CORTESÍA.

La normativa que deben cumplir los bares para funcionar en la ciudad de Valledupar, es uno de los mayores retos a los que se han enfrentado estos establecimientos, de acuerdo con un propietario de un negocio nocturno. La prohibición del baile y la restricción horaria son dos reglas a las que difícilmente se han acoplado los usuarios, según Jeremías Rangel, propietario de El Patio Bar, ubicado en la carrera 9.

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El golpe económico que sufrieron estos establecimientos por más de ocho meses, llevó a varios al cierre definitivo. El caso de Palenke Cultura Bar. Sus paredes bañadas en color y folclor se despidieron a través de un comunicado en su cuenta de Instagram el pasado seis de diciembre.

Otros negocios nocturnos, en la medida de lo posible, han tratado de adaptarse al nuevo estilo de vida que impuso la pandemia. Por medio de la venta de licor a domicilio y la incorporación de la gastronomía, algunos se mantienen a flote.

A pesar de estos recursos, el manteamiento es complejo, porque los clientes luego de un periodo de tiempo en confinamiento llegan a estos lugares buscando el acostumbrado entretenimiento que, en casos, va en contravía de las normas de bioseguridad.

Con los pocos bares abiertos es difícil salir con la pareja a pasar un rato agradable. Antes de la pandemia iba con mi esposa a estos sitios después del trabajo, alrededor de las nueve, según recuerdo, pero ahora a las diez de la noche ya nos están sacando”, comentó Alirio Rojas, abogado.

Respecto al horario establecido para el funcionamiento, el propietario de El Patio Bar aseguró que no es suficiente para que los negocios obtengan las ganancias para continuar abiertos y los usuarios se sientan satisfechos con el servicio. “Es difícil que las personas se acostumbren al horario de cierre y a la prohibición de que no pueden bailar con su pareja, porque esa es una de las razones por la que vienen a un bar. Los clientes en algunos casos se molestan ante esta negativa, porque no le encuentran el sentido de venir sino pueden bailar”, aseveró Rangel.

Se han presentado trifulcas por el horario de los bares y la prohibición del baile. FOTO/CORTESÍA.

El COVID QUE SE CUELA EN LA BARRA

El  Decreto 1550, establecido por el Gobierno nacional el pasado 30 de diciembre, extendió las limitaciones de operación de los bares.  Alberto Ramírez, especialista en medicina interna, asegura que aunque en la ciudad los casos de covid-19  están disminuyendo, los protocolos de bioseguridad deben seguir vigentes porque la falta de cuidado podría ocasionar una nueva curva de contagios, como sucedió en Italia y Francia, por ejemplo.

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Es necesario que los vallenatos acepten las medidas de bioseguridad en los establecimientos públicos, como lo son los bares, porque en estos sitios el contacto es mayor. Al ser espacios de tamaño reducido las partículas en el aire se desplazan con mayor velocidad hasta llegar al cuerpo”, aseguró Ramírez.

Debido a estos riesgos, la normativa del distanciamiento social, la prohibición del baile en el interior del establecimiento y en las áreas que tenga habilitadas para prestar el servicio, como también la realización de eventos públicos o privados que provoquen aglomeraciones de personas, continúan siendo restricciones fijas que la Secretaría de Gobierno municipal de Valledupar, se ha encargado de hacer cumplir mediante inspecciones en los distintos comercios.

Tales como las realizadas la primera semana del mes de noviembre, donde el secretario de Gobierno, Luis Galvis, aseveró que aquel establecimiento que no cumpla tácitamente con los protocolos de bioseguridad se verá abocado a sanciones legales”.   

BARES LAPIDADOS

El cierre por más de ocho meses dejó grandes estragos económicos en los propietarios de estos establecimientos nocturnos.

Estuvimos diez meses pagando el alquiler del local esperanzados en que las obras en el centro histórico finalizarían, para luego cumplir con los requisitos de bioseguridad, pero nos hicieron quebrar porque las obras inconclusas no nos permitieron abrir”, comentó Yasser Orozco, propietario de Palenke Cultura Bar.

Orozco aseguró que el difícil acceso al bar por las calles que aún continúan en obra gris alejó a los clientes. Además de que cumplir con los protocolos de bioseguridad con las “calles destapadas” se les hace complicado porque la tierra y el barro entran al establecimiento en los zapatos de los usuarios a  pesar de que se utilicen tapetes, y esto afectaría la sanidad del lugar.

Este proyecto cultural, como lo llama Orozco, ubicado en la calle 15 No. 6-74,  se despide de Valledupar después de ocho años de estar brindando espacios de enriquecimiento cultural y folclor. No solo este bar cerró sus puertas. De acuerdo con Leo Beltrán, propietario del bar Faroto, ubicado en la carrera 19, alrededor de cinco compañeros de este mismo gremio han cerrado sus puertas porque no pudieron soportar el pago de los alquileres y los equipos durante estos meses.  

Anteriormente trabajábamos en el bar cinco personas pero debido a todo este tiempo sin actividad solo están trabajando dos, porque económicamente no me puedo permitir más trabajadores. La hora de cierre debería ser hasta las tres de la mañana porque es difícil obtener ganancias con el horario establecido”, comentó Beltrán.

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Los propietarios de los bares que están abiertos esperan que paulatinamente las actividades vuelvan a la normalidad, bajo el cumplimiento de las normas de bioseguridad para recuperarse luego de casi diez meses de pérdidas económicas, que, aseguran, difícilmente recuperarán. Por otro lado, los dueños de los establecimientos cerrados esperan reinventarse en la búsqueda de un nuevo negocio, que les permita salir adelante a ellos y a sus familias, frente a una pandemia que sin piedad les cerró las puertas.  

Por: Namieh Baute Barrios/ EL PILÓN.