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Columnista - 7 noviembre, 2018

La memoria urbana frente al urbanismo sentimental (primera parte)

Muchos de los conceptos referentes a los temas urbanos no son de manejo ni de comprensión común. A pesar de que los tenemos presentes a diario, pasamos por encima de ellos, los ignoramos sin meditar en su significado y en la importancia que tienen o no, más bien, que podrían tener si lo manejáramos con […]

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Muchos de los conceptos referentes a los temas urbanos no son de manejo ni de comprensión común. A pesar de que los tenemos presentes a diario, pasamos por encima de ellos, los ignoramos sin meditar en su significado y en la importancia que tienen o no, más bien, que podrían tener si lo manejáramos con buen sentido. Esta actitud es quizás consecuencia de que, en muchos casos, estos conceptos son aparentemente abstractos y no lo hemos hecho evidentes ante los ojos del ciudadano común, ni hemos insistido lo suficiente sobre ellos para que los profesionales y los responsables de las administraciones públicas pasadas le dieran el reconocimiento que requieren.

Dentro de esa categoría conceptual caben: El espacio público, la renovación y los hitos urbanos, la conservación urbanística y finalmente, la memoria urbana.

Estos temas íntimamente relacionados entre sí, son algunos casos materia de la práctica profesional y se constituyen en un ejemplo cuando son realmente exitosos. Cuando se integran a su entorno urbano y cuando los expertos y los ciudadanos la adoptan como suyos, entran a constituirse en símbolos de la ciudad, con los cuales se identifican los habitantes de un pueblo o ciudad y cuando los visitantes identifican a este con determinados hechos históricos y arquitectónicos.

La Plaza Alfonso López, el Colegio Loperena, el Coliseo Cubierto, el Monumento a la Revolución en Marcha, el Balneario Hurtado, la Casa de los Maestros, la Iglesia de la Concepción, la Torre del Antiguo Convento actual Catedral, la Casa de la Cultura (antigua Cárcel El Mamón), el Monumento Hernando de Santana (antiguo Tractor), Hotel Sicarare, el Monumento Mi Pedazo de Acordeón, y los actuales monumentos en homenaje a los músicos y compositores entre otros, son ejemplo de edificaciones, monumentos o sitios que han llegado a constituirse en patrimonio respetados y significativos para los vallenatos y visitantes convirtiéndose en hitos fácilmente identificables.

La historia de Valledupar, sucesión de eventos que la constituyen, ha encontrado en los espacios urbanos los lugares en donde su gente se ha reunido a celebrar, a reclamar, a protestar o a tomar decisiones precisamente por el significado que estos espacios representan.

Cuando los vallenatos se toman la Plaza Alfonso López, para un evento musical o político, o marchan desde La Ceiba hasta el Centro, o cuando se toman el Parque Lineal en el Balneario Hurtado, escenario del río Guatapurí, su esparcimiento los respalda este sitio y su aspecto simbólico. (Primera parte, la segunda parte de esta columna saldrá el próximo miércoles).

Postdata: El 9 de noviembre la Policía Nacional festejará sus 127 años. Los actos se llevarán a cabo en la Plazoleta de la Gobernación. Reciban un caluroso saludo y mis más sinceros deseos de éxito en el desarrollo de sus actividades. Felicitaciones al actual comandante del Departamento de Policía Cesar, coronel Mauricio Pedraza, cuerpo de oficiales, suboficiales, intendentes y policía en general.

Por Alberto Herazo Palmera

 

Columnista
7 noviembre, 2018

La memoria urbana frente al urbanismo sentimental (primera parte)

Feel the sand on your feet, not your wardrobe weight.
Alberto Herazo P.

Muchos de los conceptos referentes a los temas urbanos no son de manejo ni de comprensión común. A pesar de que los tenemos presentes a diario, pasamos por encima de ellos, los ignoramos sin meditar en su significado y en la importancia que tienen o no, más bien, que podrían tener si lo manejáramos con […]


Muchos de los conceptos referentes a los temas urbanos no son de manejo ni de comprensión común. A pesar de que los tenemos presentes a diario, pasamos por encima de ellos, los ignoramos sin meditar en su significado y en la importancia que tienen o no, más bien, que podrían tener si lo manejáramos con buen sentido. Esta actitud es quizás consecuencia de que, en muchos casos, estos conceptos son aparentemente abstractos y no lo hemos hecho evidentes ante los ojos del ciudadano común, ni hemos insistido lo suficiente sobre ellos para que los profesionales y los responsables de las administraciones públicas pasadas le dieran el reconocimiento que requieren.

Dentro de esa categoría conceptual caben: El espacio público, la renovación y los hitos urbanos, la conservación urbanística y finalmente, la memoria urbana.

Estos temas íntimamente relacionados entre sí, son algunos casos materia de la práctica profesional y se constituyen en un ejemplo cuando son realmente exitosos. Cuando se integran a su entorno urbano y cuando los expertos y los ciudadanos la adoptan como suyos, entran a constituirse en símbolos de la ciudad, con los cuales se identifican los habitantes de un pueblo o ciudad y cuando los visitantes identifican a este con determinados hechos históricos y arquitectónicos.

La Plaza Alfonso López, el Colegio Loperena, el Coliseo Cubierto, el Monumento a la Revolución en Marcha, el Balneario Hurtado, la Casa de los Maestros, la Iglesia de la Concepción, la Torre del Antiguo Convento actual Catedral, la Casa de la Cultura (antigua Cárcel El Mamón), el Monumento Hernando de Santana (antiguo Tractor), Hotel Sicarare, el Monumento Mi Pedazo de Acordeón, y los actuales monumentos en homenaje a los músicos y compositores entre otros, son ejemplo de edificaciones, monumentos o sitios que han llegado a constituirse en patrimonio respetados y significativos para los vallenatos y visitantes convirtiéndose en hitos fácilmente identificables.

La historia de Valledupar, sucesión de eventos que la constituyen, ha encontrado en los espacios urbanos los lugares en donde su gente se ha reunido a celebrar, a reclamar, a protestar o a tomar decisiones precisamente por el significado que estos espacios representan.

Cuando los vallenatos se toman la Plaza Alfonso López, para un evento musical o político, o marchan desde La Ceiba hasta el Centro, o cuando se toman el Parque Lineal en el Balneario Hurtado, escenario del río Guatapurí, su esparcimiento los respalda este sitio y su aspecto simbólico. (Primera parte, la segunda parte de esta columna saldrá el próximo miércoles).

Postdata: El 9 de noviembre la Policía Nacional festejará sus 127 años. Los actos se llevarán a cabo en la Plazoleta de la Gobernación. Reciban un caluroso saludo y mis más sinceros deseos de éxito en el desarrollo de sus actividades. Felicitaciones al actual comandante del Departamento de Policía Cesar, coronel Mauricio Pedraza, cuerpo de oficiales, suboficiales, intendentes y policía en general.

Por Alberto Herazo Palmera