-->
Seguidamente, tenemos la imagen de Rodolfo Hernández, cuando siendo alcalde de Bucaramanga, le propinó un bofetón al concejal.
La imagen lo es todo, dicen los publicistas que adoran vender un producto, un candidato o un perfume haciendo uso de variadas estrategias publicitarias. En materia política una imagen vale más que mil palabras y de esto dan cuenta las siguientes imágenes que marcaron un antes y un después en la vida de sus protagonistas. Empecemos por el señor Antanas Mockus, quien, en el año 1993, siendo rector de la Universidad Nacional, en un gesto displicente se bajó los pantalones mostrando sus glúteos. El hecho causó todo tipo de comentarios, pero lo cierto es que los réditos políticos no se hicieron esperar, pues el lituano salió del alma mater rumbo a la Alcaldía de Bogotá.
Seguimos con el coscorrón de Germán Vargas Lleras a su escolta. Es otra imagen icónica que ha quedado en el alma nacional, y que ocurrió en el año 2016 cuando el señor Vargas Lleras le propinó un coscorrón a su escolta personal, sin percatarse de que estaba siendo grabado por las cámaras de televisión. Desde entonces la imagen del exvicepresidente se ha venido como el tango: “cuesta abajo”.
Seguidamente, tenemos la imagen de Rodolfo Hernández, cuando siendo alcalde de Bucaramanga, le propinó un bofetón al concejal. Ese capítulo lo catapultó a nivel nacional, y lo mostró como un hombre de carácter fuerte, al punto que aspiró a la Presidencia, y estuvo a muy poco de obtenerla.
Imágenes que han calado hasta los tuétanos en el sentir popular, y que, sin duda alguna, quedaron como “marca registrada” de sus protagonistas, a quienes les costará muchísimo “desmarcarse” de estos episodios icónicos de nuestra vida nacional. Pero no podríamos terminar este articulo sin mencionar la escalofriante imagen del juicio que se sigue contra el exsenador Álvaro Uribe Vélez, por los presuntos delitos de soborno a testigos y fraude procesal, cuando este se pasa el dedo por la garganta. Es que, si fungiéramos como abogado de la defensa de Uribe, le haríamos un fuerte llamado de atención, en el sentido que el imputado no solo debe manifestar que es inocente sino parecerlo, y ese gesto en particular, no le ayuda en absoluto.
La frase de cierre: “Creo que la memoria ha sido un vehículo para la incidencia y un justo reclamo reivindicativo que va más allá de lo político electoral, porque contribuye a la transformación, pues permite que las ciudadanías comprendan que, por parte de algunos sectores muy poderosos, existe un interés por fomentar el odio hacia otro sector del país por su forma de pensar o porque ha cuestionado la forma en la que se ha erigido y mantenido ese poder. Para no perderlo, quienes lo detentan han vivido del odio y la violencia”. Autora: María José Pizarro. Obra: El camino hacia mi nombre. Página 196
Por: Darío Arregocés Baute/ darioarregoces2308@hotmail.com
Seguidamente, tenemos la imagen de Rodolfo Hernández, cuando siendo alcalde de Bucaramanga, le propinó un bofetón al concejal.
La imagen lo es todo, dicen los publicistas que adoran vender un producto, un candidato o un perfume haciendo uso de variadas estrategias publicitarias. En materia política una imagen vale más que mil palabras y de esto dan cuenta las siguientes imágenes que marcaron un antes y un después en la vida de sus protagonistas. Empecemos por el señor Antanas Mockus, quien, en el año 1993, siendo rector de la Universidad Nacional, en un gesto displicente se bajó los pantalones mostrando sus glúteos. El hecho causó todo tipo de comentarios, pero lo cierto es que los réditos políticos no se hicieron esperar, pues el lituano salió del alma mater rumbo a la Alcaldía de Bogotá.
Seguimos con el coscorrón de Germán Vargas Lleras a su escolta. Es otra imagen icónica que ha quedado en el alma nacional, y que ocurrió en el año 2016 cuando el señor Vargas Lleras le propinó un coscorrón a su escolta personal, sin percatarse de que estaba siendo grabado por las cámaras de televisión. Desde entonces la imagen del exvicepresidente se ha venido como el tango: “cuesta abajo”.
Seguidamente, tenemos la imagen de Rodolfo Hernández, cuando siendo alcalde de Bucaramanga, le propinó un bofetón al concejal. Ese capítulo lo catapultó a nivel nacional, y lo mostró como un hombre de carácter fuerte, al punto que aspiró a la Presidencia, y estuvo a muy poco de obtenerla.
Imágenes que han calado hasta los tuétanos en el sentir popular, y que, sin duda alguna, quedaron como “marca registrada” de sus protagonistas, a quienes les costará muchísimo “desmarcarse” de estos episodios icónicos de nuestra vida nacional. Pero no podríamos terminar este articulo sin mencionar la escalofriante imagen del juicio que se sigue contra el exsenador Álvaro Uribe Vélez, por los presuntos delitos de soborno a testigos y fraude procesal, cuando este se pasa el dedo por la garganta. Es que, si fungiéramos como abogado de la defensa de Uribe, le haríamos un fuerte llamado de atención, en el sentido que el imputado no solo debe manifestar que es inocente sino parecerlo, y ese gesto en particular, no le ayuda en absoluto.
La frase de cierre: “Creo que la memoria ha sido un vehículo para la incidencia y un justo reclamo reivindicativo que va más allá de lo político electoral, porque contribuye a la transformación, pues permite que las ciudadanías comprendan que, por parte de algunos sectores muy poderosos, existe un interés por fomentar el odio hacia otro sector del país por su forma de pensar o porque ha cuestionado la forma en la que se ha erigido y mantenido ese poder. Para no perderlo, quienes lo detentan han vivido del odio y la violencia”. Autora: María José Pizarro. Obra: El camino hacia mi nombre. Página 196
Por: Darío Arregocés Baute/ darioarregoces2308@hotmail.com